domingo, 12 de octubre de 2025

Y AHORA... ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERME?

 Eran las dos de la mañana, y entre las brumas del maldito insomnio trataba de rebajarlo a punta de Alprazolan, Dormidox y Morfefín.  Se ha levantado desesperado para salir directamente a su oficina en el GREA; donde después de pasear de arriba abajo por un largo espacio, sintió que llamaban a la puerta desesperadamente y la luz de su celu prendía y apagaba en su bolsillo, aumentando su estado noico. Trató de calmarse. Tomó un buen vaso de vino y sin saber qué más hacer, se escondió, temblando, debajo de su amplio escritorio. Desde allí, sacó su aparatito que seguía parpadeando y preguntó:

-¿Quién anda ahí? Digo, ¿con quien quiere hablar? ¿De qué se trata…porque…estoy muy ocupado…aunque usted no lo crea…ya que son las cuatro de la mañana, hace frío y…

-No se preocupe…señor gobernador…¿nooo? Que tampoco yo pude dormir y como vi pasar su coche oficial…lo seguí y lo vi ingresar cautelosamente al edificio de la gobernatura y…

-¡Rápido, rápido…diga, de qué se trata, porque en la total orfandad en la que me encuentro… Esto de Lima me ha caído como un iceberg en pleno lomo y no sé qué voy a hacer ni qué decir…Estoy noico. ¡No puede ser! Si íbamos tan seguros en el poder…si yo le armaba su portátil en cada viaje y aquí, en AQP, le puse más de dos mil efectivos armaditos y listitos para intervenir… con mi plata…para su resguardo…y complacencia; tal como habíamos quedado anteriormente. Bueno, bueno…dígame, de que se trata…porque aquí, aunque no lo crea, extraño mis cálidas tierras norteñas…en cambio, hoy tengo que soplarme este frío de mier…coles, debajo de este escritorio y envuelto en 10 “frazadas” como dicen aquí estos…¿qué puedo hacer por usted? Pero ya sabe cómo es…la cuestión, ¿nooo?

-Disculpe…puede darme una entrevista? Breve, rápida y ligera…además no es sobre su gobierno…

-¡Ahhh…bueno, si es así…puede soltar la primera pregunta…que ya me acomodé un tantito…

-Señor gobernador…¿qué le parece la vacancia?

-¿Cómo se ha enterado? Si solo dos hijitos de la guayaba se han atrevido a lanzar esa propuesta de vacancia en  mi contra…yo que estoy dando todo mi esfuerzo desde Lima y con previa consulta a la jefa y los demás gobernadores que armamos su portátil; aunque, la verdad, la jefa no quería saber nada del Sur…ni de AQP, ni de Puno, ni de… Ella se sentía más segura que su engreído, el Santi…

-¿Y qué va a pasar con el Goyeneche, Majes Siguas, el Puente a la Joya, Corío, etc. etc?

-Se van a quedar colgados…porque ya presentamos las adendas de cada caso y no hay más presupuesto,  ni de mi permanencia en el GORE…

-Son gajes del oficio…pero es que también, la doña, vivía en un mundo paralelo, se veía gozando sus 30 abriles, sin presumir que tendría su 10 de octubre y como Miguel Grau, se hundiría con su gabinete, sus joyas…ni  podía imaginar en su nube que sería traicionada por las supuestas bancadas que siempre decían estar a su favor…Pero su vacancia le cayó encima y…

-Pero, aquí, en confianza, y para que no lo publique…me ha sucedido algo peor… Ayer, le envié un oficio a mi Presidenta de AMPACA, para dicho efecto, le ordené a mi secre que redactara el documento, donde, de entradita, en el vocativo, en lugar de poner Señora Pdta de AMPACA, colocó una U en lugar de la d y lo firmé. Ayer ha venido a mi despacho la agraviada, entró como una tromba tumbando todo a su paso, botó a mi secre y me gritó:

-¡Oye…hijito de Piura, ¿Quién te ha dicho que hagas público nuestros juegos íntimos?! ¡Eres un pobre diablo! Me voy directamente a la Comisaría a sentar la denuncia…Y así lo hizo, por más que le prometí doblarle…el sueldo, el cargo y muchas otras cosas más…

-Señor coronel, que me haya mandado un oficio… señalando una posible debilidad mía, pero, por ninguna razón merecía hacerla pública?

-¿De qué se trata, Maricucha, digo, señorita secretaria…del GREA?

-¡Léalo con sus propios ojos…sobre todo el enunciado…

-¡No puede ser, mi cariño! Aunque no sabía lo de la AMPACA…ahora me explico… ¡No puede ser…nos descubrieron!

-¡Mamá…!

 

OTRA VERSIÓN:

Eran las dos de la mañana. La ciudad dormía, pero él no. Él se deshacía. Entre las brumas del insomnio maldito, se empastillaba con Alprazolan, Dormidox y Morfefín como quien lanza piedras al abismo esperando que le respondan. Nada. Solo el eco de su propia ruina. Se levantó como un espectro, con la bata abierta y los ojos como dos focos fundidos, directo a su oficina en el GREA, ese mausoleo burocrático donde aún creía tener poder.

Paseó como alma en pena por el largo pasillo, hasta que escuchó golpes desesperados en la puerta. La luz de su celular titilaba en el bolsillo como un corazón en paro. Su estado noico se disparó. Tomó un vaso de vino, el cuarto, el quinto, ya ni sabía, y se escondió temblando bajo su escritorio, ese altar de su decadencia. Desde allí, con el aparato parpadeando entre sus dedos sudorosos, preguntó:

—¿Quién anda ahí? Digo… ¿con quién quiere hablar? ¿De qué se trata? Porque… estoy muy ocupado… aunque usted no lo crea… son las cuatro de la mañana, hace un frío de tumba y…

—No se preocupe… señor gobernador… ¿nooo? Yo tampoco pude dormir. Vi pasar su coche oficial, lo seguí, lo vi entrar como ladrón al edificio de la gobernatura y

—¡Rápido, rápido! Diga de qué se trata, porque estoy en la más absoluta orfandad. Esto de Lima me ha caído como un iceberg en pleno espinazo. No sé qué hacer ni qué decir. Estoy noico. ¡No puede ser! Íbamos tan seguros en el poder… yo le armaba su portátil en cada viaje… aquí en AQP le puse más de dos mil efectivos armaditos y listitos… con mi plata… para su resguardo y complacencia. Tal como habíamos quedado. Pero ahora… extraño mis cálidas tierras norteñas. Aquí me toca soplarme este frío de mier…coles, debajo de este escritorio, envuelto en diez “frazadas” como dicen estos… ¿Qué puedo hacer por usted? Pero ya sabe cómo es… la cuestión… ¿nooo?

—Disculpe… ¿puede darme una entrevista? Breve, rápida y ligera… además no es sobre su gobierno…

—¡Ahhh… bueno, si es así… suelte la primera pregunta… que ya me acomodé un tantito…

—Señor gobernador… ¿qué le parece la vacancia?

—¿Cómo se ha enterado? Si solo dos hijitos de la guayaba se han atrevido a lanzar esa propuesta en mi contra… yo que estoy dando todo desde Lima… con consulta previa a la jefa

y los demás gobernadores que armamos su portátil. Aunque, la verdad, la jefa no quería saber nada del Sur… ni de Arequipa, ni de Puno, ni de nada. Ella se sentía más segura que su engreído, el Santi…

—¿Y qué va a pasar con el Goyeneche, Majes Siguas, el Puente a la Joya, Corío, etc.?

—Se van a quedar colgados… como yo… como todos. Ya presentamos las adendas, pero no hay más presupuesto. Ni de mi permanencia en el GORE… Todo se hunde. ¡Todo se pudre…!

—¡No! Son puñaladas del destino. La doña vivía en un mundo paralelo, se veía gozando sus 30 abriles, sin sospechar que llegaría su 10 de octubre. Como Miguel Grau, se hundió con su gabinete, sus joyas, sus sueños. No podía imaginar que sería traicionada por las bancadas que le juraban amor eterno. Pero su vacancia le cayó como un meteorito en la frente y…

—Pero aquí, en confianza, y para que no lo publique… me ha sucedido algo peor. Ayer envié un oficio a mi Presidenta de AMPACA. Le pedí a mi secre que lo redactara. Pero en el vocativo, en vez de “Señora Pdta de AMPACA”, puso una U en lugar de la D. Y yo lo firmé. Sin leer. Como siempre… Ayer vino la agraviada. Entró como una tromba. Tumbó todo. Botó a mi secre. Me gritó:

—¡Oye… hijito de Piura! ¿Quién te ha dicho que hagas público nuestros juegos íntimos? ¡Eres un pobre diablo! Me voy a la Comisaría a sentar la denuncia…Y así lo hizo. Por más que le prometí doblarle el sueldo, el cargo, el alma si quería…

—Señor coronel, que me haya mandado un oficio, este gobernador de porquería… señalando una posible debilidad mía… puedo pasarlo; pero por ninguna razón merecía hacerla pública…

—¿De qué se trata, Maricucha… digo, señorita presidenta del GREA?

—¡Léalo con sus propios ojos… sobre todo el enunciado…

—¡No puede ser, mi cariño! Aunque no sabía lo de la AMPACA… ahora me explico… ¡No puede ser… nos descubrieron!

—¡Mamáaa…!

 

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