Para variar, otra vez volvía a caer en los brazos de aquella vieja y desgraciada situación espantosa que, por un momento, pensé que era cosa del pasado; pues estaba recontra equivocado y, lo peor, traía solapa y del brazo, algo tan solo y propio de un embrujo; para colmo, tenía algo que me resultaba recontra familiar; inclusive me agarró tanta confianza que se convirtió en mi alter ego II empacado en tamaño King size, afectándome de manera visceral y se vino una diarrea mortal: pues, pensé que aquello de estar condenado a chotear latas había quedado en el SXXI y ahora me tenía pateando inmensos cilindros de plomo y para colmo, patacala; es decir, que ahora me hallaba archi, supra, recontra misio y botado en medio de la calle cual versión nativa de su fakir en jodas: tres días sin probar bocado y agonizando de a pocos dentro de mi destartalada combi Volkswagen que seguía parada gracias a una increíble casualidad y sus gastadas cuatro fajas redobladas a punto de decirme adiós y venirse debajo de por vida.
Durante las últimas semanas, solo masticaba
sueños y bebía agua bendita porque eran gratis. Hice hasta lo imposible por
tratar de conseguir cualquier chambita que pudiera generar algunos biyetes y solo pude recolectar algunos céntimos para comprar
restos de fruta con bastante agua del caño; pero, a pesar de tanta calamidad, seguía con mi fe inquebrantable buscando
desesperadamente salir al día siguiente de ese maldito atolladero. Alguna vez quise
hacerla como ayudante de albañil y apenas me pusieron a cargar ladrillos, las
piernas se me doblaban como dos chicles mascados todo el día y, por si fuera
poco, ambos brazos vivían en permanente calambre y a la media hora me botaron.
Luego de agenciarme caleta dos plátanos, pude ser aceptado como vendedor de pan
en una bodega y al final de la jornada, la caja de caudales no cuadraba con la
cantidad de panes que me fueron entregados; me molieron a palos, pero,
felizmente, con la panza llena de panes, bizcochos y pasteles escondidos en las
piernas de mi pantalón, pude sobrevivir un par de días, imaginando que bebería
cada sorbo de agua como si fuera la leche más pura jamás tomada al pie de una
vaca. Y es que mi fe no desmayaba y seguramente mañana sería diferente.
Efectivamente y un tanto repuesto, después de
muchos meses, me bañé, me afeité y pude lavar mi ropa. Ahora sí que parecía
otra persona; hasta una vecina piadosa, me vio diferente, joven y nada
despreciable. Me invitó el almuerzo y la comida por dos días. Tiempo que sirvió
para recapacitar y tomar una decisión: tenía que abrir un negocio urgentemente.
Lavé la vieja combi y saqué dos toneladas de
cosas inservibles, incluso todos los asientos y así pude realizar un rápido
inventario por si había quedado alguna cosa que pudiese servir todavía;
efectivamente: allí quedaron tres sillas y una mesita que, con una limpiada a
forro, quedarían como nuevas; además, varias extrañas cortinas negras, una
lamparita metálica como la de Aladino que, con una franelita… También, no sé de
dónde diablos salió una sotana de cura franciscano a medio uso y algo que me
llamó mucho la atención fue que debajo de todas las chucherías encontré una
máscara casi intacta que mostraba la terrible cabeza de un jaguar, con unos
largos y afilados dientes tan bien hechos que parecían ser reales y aumentaba
su ferocidad. ¿Y ahora que hago con toda esta vaina? Pensé toda la noche
y me quedé dormido como un tronco hasta medio día siguiente. Desperté iluminado
y me dije:
-¡Choche! Aquí está tu salvación: ya tienes un
posible escenario sobrenatural y…hasta tendrías un disfraz de adivino o chamán
para ser más creíble el asunto…podrías estar en condiciones de parar brutalmente
un consultorio esotérico, mágico y prodigioso; con la novedad que este sería móvil. Bueno…solo es cuestión que arregles las
llantas…un par de parchecitos por aquí y por allá; las cortinas negras las
colocas en el techo y en el fondo de la combi; las otras, medio raídas y arrugadas, a los
costados para dar una impresión de ser una cueva misteriosa y milenaria; a la
mesita la pintas de negro junto con sus dos sillas y arreglas la lámpara para
colocarle una luz rojiza que llame la atención de los incautos; digo de los
futuros consultores… Solo faltaría unos buenos anuncios en la parte de afuera y
si consigues un pequeño préstamo para gasolina, tu cucurucho de adivino decorado
con lunas y astros brillantes y… ¡listo el pollo! El próximo lunes tenemos un nuevo e
infalible chamán venido exclusivamente desde la Universidad Autónoma de
Huancarqui.
¿De dónde había surgido esta brillante idea y
por qué ahora? ¿Acaso no pudo ser antes…? En efecto, esa misma noche me puse a meditar
sobre el particular y recordé: ¡claro, todas aquellas lecturas de Freud, Jung; así
como otras acerca de la nigromancia, la cartomancia; la hechicería y la magia… Historia
y evolución del Chamanismo en El Cardo; Las Cosas ocultas de Las Diosas, el
Ocultismo de las Huaringas; El Ayahuasca y sus efectos retardados; La Escuela
de Harry Potter, Principios de Alquimia Moderna; Las 7 hierbas amargas; El
Poder del Baño con Ruda Macho; La Bolsa de una Bruja Maldita, Cristales y Coca;
Simbología Esotérica y Cien Años de Prácticas Chamánicas, La Herencia de Falstaff,
Pócimas del Mago Merlín, etc, etc. ¡Estaban haciendo efecto!
Como nunca, recurrí a mi vecina para pedirle
una falda en desuso y terminó obsequiándome una pecera pequeña que, volteada, podía
servir de mi bola de cristal, después de haberla puesto al día… en lo que a mi
nuevo emprendimiento se refiere.
///CONTINUARÁ…