A simple vista parecía guardar, entre sus exuberantes bondades, unos…15 añitos pero recontra bien distribuidos. Si bien toda ella menudita parecía pertenecer al tallarín XS; a cambio mostraba una retaguardia por demás bien dotada, aparte de ser full pilas. Entonces, Mi alter ego y yoni, después de una fugaz deliberación, nos juntamos y pues, consideramos necesario dar una vuelta por el centro de la city; dado que a su lado, me sentía más conquistador que Panchito Pizarro entre desnudas acllas; más seductor que un burro cualquiera pero full biyete y con más floro que el cura de mi pueblo, Patricio, ese tío con 80 sobrinos no declarados; quien, para confesar a todas sus fieles devotas, se quitaba la sotana, les exigía estar previamente calatayud, digo, limpias, gracias al Jacuzzi solapa se lo guardaba bajo 7 llaves en la sacristía de nuestra parroquia.
Para tal efecto, el del paseo y ya firmemente
acompañado, solo me asistía una inmensa duda: tal vez sentiríamos encima miles
de torvas miradas… cargadas con otro tanto de mentadas nada maternales y, por
supuesto, con las respectivas murmuraciones mascadas entre dientes que con
seguridadme gritarían: ¡Sugar Daddy! ¡sugar daddy! Para tal
efecto, ya blindado mentalmente, esperaba estar a tono de las circunstancias amenazantes
y hacerme el loco ante la lluvia de maldiciones por recibir. Todo por esa
miserable envidia ajena de quienes no podían darse el lujo de poder lucirse con
un hermoso ejemplar de lomo fino A-1, como la que llevaba de la mano. Aunque
como dije, no era un ejemplar modelo tamaño XL, sino más bien semejaba una
chiquilla de 15 abriles vista de frente; pero ya de cerca, y una vez que pasaba
su imponente retaguardia, dejaba estupefacto, estúpido y virolo a cualquiera
que se atreviera a contemplarla; con el grave peligro de quedar en TOC de por
vida.
Sin lugar a dudas, tenía que aprovecharme de
ella ipso pucho; es decir, de su grata compañía y gozarla cuanto más se
pudiese; ya que de su parte no había la mínima intensión de abandonarme o
sentirse mal por las infaltables lacras; por el contrario, estaba atenta a
cualquier situación que se nos presentase para alabarme y hacerme sentir como todo
un macho. Todo seguía caminando a las mil maravillas, con decir que parecía que
estábamos hechos el uno para el ocho…a pesar de la diferencia que saltaba a la
vista en cuanto a tallarín, puerco y edad se refiere. Inclusive, teníamos una
canción preferida y esta era: “Cuarenta y Veinte”; pero con algunas
modificaciones que no vienen al caso porque, entonces, tú también, choche,
conformarías aquella legión de absurdos envidiosos carentes de aquel material
capaz de cambiarte la vida; mandar todo a la mismísima, chapar tu flaca y
largarte a recorrer todos los caminos de la vida; porque tu sentido común es
como un sentido inexistente que especialmente te grita a la oreja: ¡Oe,
won, olvídate de los chismes y las malditas críticas que solo significan
atraso, complex y barbarie en plena época del chape, los salientes y las
flacas.
Sin
embargo, todo iba de lo mejor y parecía no haber inconveniente alguno y todo
transcurría de la manera más sencilla y natural. Estábamos, pues, como dije,
tomados de la manita en pleno centro del mercado mayorista, y si bien sentía en
el lomo muchas miradas acusadoras, no le hicimos caso alguno; pero, de pronto,
una vieja corpulenta carnicera con los ojos desorbitados y portando un cuchillo
de medio metro, alzó ambos brazos en pose amenazante de La Grulla armada y
empezó a gritar: ¡Agárrenlo, Agárrenlo! ¡No es posible, Dios mío, cómo
permites este abuso… Si ella es una guagua ¡Agarremos a este abusivo, que yo
tengo el cuchillo listo y nunca más se va a poder tener descendencia. !Lo juro!
Menos mal que fui salvado por la policía del
mercado a cambio de ser acusado vilmente por pedófilo declarado y confeso;
ignorando todo ese público que ella, en el fondo, tiene 35 añitos y acaba de
hacerse 20 cirugías que la han dejado como una esbelta modelo listita para un
concurso de Miss Teen 2024.
Mientras tanto, movidas hasta el alma por los
gritos desesperados de su colega de armas, prestas, acudieron tres compañeras, también
con cuchillo en la diestra. Me cogieron de las cuatro extremidades y ya estaban
a punto de dejarme como un gato capón, cuando por suerte y gracias a unos
gritos más fuertes de la víctima, acudieron diez policías municipales, aunque
muy molestos por haberles cortado su segundo calderón de gallina viuda y, con
franco desgano, acudieron a salvarme; no sin antes enfrascarse en feroz disputa
de mis restos totalmente maltratados.
Hoy, nuevamente soltero por obligación, tengo
que concurrir a la audiencia donde van a ver mi caso: prisión preventiva de 30
meses por ser un pedófilo en potencia y parece que mi suerte está echada porque
mi damita de compañía ha desaparecido por completo… Seguramente, porque tenía
una cirugía pendiente: sus patas de gallo aún le habían quedado como las de un
pollo; pero por lo demás no había queja alguna, estaba pa´pegarle otra serie de
viajes por tutti li mundi!!
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