domingo, 1 de septiembre de 2024

!EMERGENCIAS!

Más aturdida que nunca pugnó por distinguir algo y, como pudo, logró sentarse al filo de su cama que estaba en completo desorden y allí permanecía aun ida, absurda; irreal. Mostraba las mechas encima todo desgreñadas y cubriendo gran parte de aquello que sabía llamarse en otros momentos hermoso rostro, dejando descubrir, entre reducidos espacios, esparcidas manchas de un corrido rímel trasnochado entre cremas y sudores; hacia abajo, casi seguía totalmente helada y desnuda.

Trató de ponerse en pie, pero todavía se hallaba muy adormitada y tambaleante, con los brazos abiertos, buscando desesperadamente cómo apoyar una de sus manos  en el lejano espaldar de la cama y la otra, en la desvencijada mesita que parecía iba a llorar, apenas sintiese algo sobre ella. A pesar de todo, fue acercándose de a pocos. Y apenas pasó furtivamente frente al espejo; aquel que siempre le había respondido ser la más bella, no se pudo encontrar; entonces, regresó, pero sin dejar de sentir un temor latente, escondido e inexplicable, que conforme aparecía la imagen, crecía un tembloroso descontento.

 Antes de poder verse completamente viva y en directo, se percató, un tanto azarosa, que una de sus chichis se había escapado y deambulaba libremente, colgando y bamboleándose de un extremo a otro; que no tenía control alguno y su inicial miedo se iba convirtiendo en creciente temor. Cuando de improviso, logró por fin verse todita: Quedó espantada, pues había sufrido una transformación inexplicable, rara; sobre todo, maltrecha y descuidada. Permaneció allí estática, muda y casi petrificada de dolor por un tiempo que no lo entendía ni pudo cuantificarlo:

(No podía ser que de aquella rubia despampanante, hermosa e incomparable no quedara, sino, muy poco; casi nada. Como pudo, regresó arrastrándose a cuestas, casi cayéndose y sólo alcanzó a sentarse dificultosamente sobre las enrevesadas cobijas. De pronto vino a su mente que ahora ella seguía muy desesperada por aquel brasier que no lo había podido hallar desde el domingo por la mañana, antes de la parrillada preparada por la vecindad y sólo recordaba los dos primeros vasos de Chuchuhuasi, que se atrevió a beberlos después de haber probado tan sólo un sorbito (que le supo a miel). De pronto, toda ella se vino al suelo: ¡sólo le quedaba llamar una ambulancia!!

Apenas se recuperó, todavía nerviosa al extremo, estaba terminando de escuchar luego de diez seguidas tentativas, una y otra vez las indicaciones grabadas por la central telefónica, temblando de cólera. A duras penas logró marcar nuevamente aquellos números sugeridos por la requerida unidad de salud. Ese preámbulo musical se repetía constantemente y su desesperación iba en aumento; hasta que por fin:

-“Aquí la central de citas… usted se ha comunicado con la central de ESSALUD  y estamos a su entera disposición… Tome en cuenta las siguientes indicaciones: ¡Marque 1 y precise el número de su DNI; marque 2, si quiere comunicarse con la Unidad de Informes; marque 3, si quiere alguna atención en los consultorios de Medicina; marque 4, para efectuar una postergación; marque 5, en caso de necesitar curaciones; y marque 6, si precisa de otro tipo de consulta…que gustosamente le pasaremos a cualquiera de las asistentes personales disponibles…”

-Bip, bip, biiip…

 Y volvió a sonar la cargosa música inicial sin parar, esta vez por diez largos minutos…

- Sí… Alóoo. Buenooo, ¿Alguien que me pueda ayudar, aló, aló...?

 Pasaron unos 30 minutos con sus cansados dedos sin dejar de marcar los cinco números propuestos para obtener la maldita consulta:

-“¡Aló, Aló, Aló! ¡Aquí la central de citas…! Usted se ha comunicado con la central y estamos a su entera disposición. Tome en cuenta las siguientes indicaciones...

-¡No! Noo, nooo! Solo quiero comunicarme con Emergencia… “Si precisa de otro tipo de consulta gustosamente le pasaremos a cualquiera de las asistentes personales disponibles…”

-Bip, bip, biiip…

Se tomó de los pelos. Quiso arrancárselos de ira, mientras seguía girando la misma cantaleta grabada desde la Central Telefónica en los cinco números propuestos para una consulta inmediata. Sí, pues, el desgraciado sistema es inmediato y sus respuestas son las más deseadas” ¡Qué carajo! Esta vaina de conseguir una ambulancia está resultando completamente una mermelada. Coge el celu, lo levanta furiosamente y… otra de las chichis también se le escapa. No puede más y empieza la puteada en Re Mayor: Cha su mare, aunque esta cojudez es virtual y no tiene vieja. Mejor me doy un baño con el agua recontra helada…hasta la p.m. Me seco con mucho tacto y delicadeza; me perfumo hasta las pestañas; ¡Claro! Es lo más correcto que puedo y debo hacer…Y no recuerdo nada más de esa mañana de miércoles…

Ahora, abro los ojos no sé después de cuántos días y estoy en una habitación limpia y ordenada. Logro verme ligeramente en el reflejo de una de las ventanas y estoy linda, como siempre… Cuando, de pronto, ingresa un hombre mayor vestido con uniforme azul de Serenasgo y me pregunta:

- ¿Y cómo te quedó el brasier?

Y por Diosito… ¡Que ni lo sentí!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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