lunes, 19 de agosto de 2024

MEYONCITO

Todavía los juertes estragos de la guerra seguiyan colonchando diya y noche en tuita la ciudá;  souretodo, dentro de las vaciyas faltriqueras de las mamitas que teniyan que yir tuitas las mañanitas a la recoba con los bolsillos planchaus y sus canastas llenitas d´iaire; lo mismito que de sus maridos e hijos, leyales defensores de su ansiada libertá, de su nashente patria y sus querius jamillas; es así que los tres años venideros sigieron hashendo muchos estragos, soure todo en los buches de sus hambrientas wawas y pareciba que la desgrasha estariya por mucho rato después; puesto que no se veyía ni siquiera un intento de remedio por parte d´ialguno de sus autoridades de la lejana capiltal; mucho menos del gobierno local. Sí, puesss… pareciba q´uestariyamos a pan y´agua por mucho tiempo más.

Tanto la fiesta de Todos Santos com´uel Diya de los dijuntos habiyan transcurriu metiéndonos mucho más en las fatalidá más acsoluta y´asta el  escuro diya, tan solo pareciba un malagüero anunsho funerario veniu dende l´Apacheta, de tuito lo que vendriya más delante:

-Comadrita, Eduviges, no tenís por allí alguito de pan…aunque seya guardau?

- Maver, comadritay… la verdá, la purita verdá… es que ni siquiera m´iaquedau n´iun cachito de pan seco. ¿Que iremos a hacer?

-Mis guaguas se mueren d´iambre y ni siquiera tengo una gotita de leche…sólo me ha quedau por hay… un tantito de tostau y casi un media chuga de chancaca.

Y la cosa se puso peor, porque ya la sequiya se vino tuita y d´iadeveras y´aura teniya tuitas las chacras secas y abandonaus. Sí, peee…estábamos a fines de dishembre y n´uabía señas d´iun solo día que juese estar nublau…qu´ianunshara alguito de lluvia alguna.  Se nos veniya corre, corriendo la Navidá y la noche del 24. Pero, como shempre, d´iaseguro que nos cayeriya una remojada de padre y señor miyo… tal como habiya ocurriu sin faltita en años pasados.

Esa Nochebuena jue la peyor porque n´uabiya n´iun tantito d´iagua pa´ hacer un tecito kala y´asta las caritas de las wawas habiyan perdiu tuito s´uencanto y sus chapitas; es más, en la poblashón habiya tal desagrado que n´u esperaban n´iuna tacita de leche pa´l diya siguiente. Desesperaus como nunca, tuitos tomaron una acción desesperada y prestos, lograron regunir al Cabildo que, urgido porel clamor popular, se arrejuntó urgente a pediu de los desesperaus padres de jamilla que ya no sabiyan qu´iacer pa´ llevarse un bucau d´ialguito a la boca.

Ninguna de las propuestas hechas prometiyan una solushón que pudiera paliar la hambruna desatada en la población. Hasta que uno de los asistentes, que había permanecido callado hasta ese entonces, dijo repitiendo aquello que venía gritando el clamor de la´sambleya:

-¡Traigamos a la Virgen de la Candelaria de Cayma!

Todo el cabildo quedó sorprendido, pues habían olvidado recurrir con sus plegarias a dicha Patrona. Al día siguiente, la autoridad en pleno, la curia entera, los grupos de devotos y hasta las cucufatas, armaron una peregrinación que iría a pie hasta l´autrabanda, cruzando en Riyo Chili. Esa misma tarde, después de hacer una pascanita en l´iglesha de La Recoleta, la comitiva llegó hasta La Capilla de la Compañía de Jesús rogando a más no poder  y rezando con tuita s´ualma, pidiéndole a la Mamita que haga llover, aunque seya una rociadita.

Efectivamente, de no creerlo, pero al día siguiente, si bien despertó con un sol tan radiante que quemaba hasta los huesos, de pronto se nubla el cielo y toda la tarde y noche no paró de mojar a todos sus fieles y devotos hijos.

Este y otros amaneceres dispertaron bastante nublaus, pero, en cada diya, d´iadepronto, un´escuridá terrible tapaba enterita tuita la ciudá y  d´iadenuevo empezaba a cayer las muy solicitadas gotas de lluvia. Es así que los pobladores de esta Tierra Santa estaban recontra felices porque habiyan siu escuchaus y´atendius en sus plegarias y la paz d´iadenuevo volviya poco a poco a sus hogares. Y´era el cuarto diya y seguiyan las alabanzas y agradecimientos a la bondadosa Mamita. Y la cosa no paraba, seguiya y seguiya cayendo grandes chorros d´iagua diya y noche. Y´abiyan  pasau más de quince noches y las tormentas no s´iacababan. Es más, aparte de los aniegos en tuitas las casas, los incontenibles huaycos y las locllas seguiditas, se catataron tuitos los puentes de Chilina, de San Lázaro y del Molino San Juan.

-¿Y si no paraba la cosa, pronto nos creceriya harto pasto en el lomo, qué hacer entonces?

-Recurrir otra vez a la Mamita de la Candelaria de cayma, pero rogándole esta vez que su hijito deje de tomar tanta chicha de esa… de la chombita mañosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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