domingo, 4 de agosto de 2024

MARIANO MELGAR

 Más conocido entre sus coterráneos como el popular MM – el primero y  original- (los demás son simples relatores). Este  genio prematuro, apenas abrió los ojos bajo el eterno cielo azul balbució las primeras ideas libertarias del yugo español, al día siguiente ya recitaba versos completos de León el Hebreo, Horacio y Virgilio; a los dos años se hablaba de tú a vos con Marco Tulio Cicerón, habiendo dejado en el camino las producciones de Sócrates Platón y Aristóteles en su versión original; a los tres, ya dominaba además del griego, del latín y el quechua, alguna terminología impropia para gran parte de las personas mayores y muy propia de los koros d´ese tiempo..

Sin embargo, Dña. Andrea y Dn. Juan de Dios Melgar –su padres-, más rígidos que la empuñadura de las 30 monedas por parte de Judas, lo “invitaron” al seminario por medio de tres azotainas seguidas con chicote de tres ramales hechas con verga de toro mañoso y junto con otras seis más que le zamparon para que adquiriera la vocación religiosa de la época. Obviamente, la gracia divina obra milagros y estas fueron tan suficientemente persuasivas que  lo ultimaron por convencer de su prodigiosa y recogida beatitud, iniciándolo rápidamente en los caminos del fidelísimo acólito de todas las misas en el templo de San Lázaro – a tres cuadras de su casa- así como ser el  monaguillo oficial de todas las procesiones de Arequipa, las cuales en ese entonces eran 362  al año, menos los rigurosos tres días para los endiablados carnavales, plenos de aguas –espirituosas- y polvos que ya hubiésemos querido participar en esas pachangas plenas de carnes…tolendas.

Es así que, a los cinco años ya era mentor (a todo el mundo se la mentaba), y a los 12, tenía a su cargo la enseñanza de latín en Seminario de San Francisco, donde, una gran cantidad de ellos –sus discípulos- estaban repitiendo el Dominus Vobiscum per omnia secula seculorum. Era, pues, digamos, todo un prodigio de sabiduría, sapiencia y resignación. Siendo el único portador de  esta envidiable hoja de vida, ganador de todos los concursos de: “Quien estudia Triunfa” no cabía duda que era el mejor candidato para recibir la sotana en menos de lo que cantase un chihuanco en un día nublado del lluvioso mes de febrero.

Pero, razones vemos y corazones no sabemos, Dios en su infinita bondad, le hizo retomar el correcto camino de la vida y muy pronto se vio sacudido por un terremoto sentimental. Él ya se había recibido de experto en sacudones causados por nuestra cercanía al Valle  de los Volcanes, tanto así que los últimos diez temblores le movieron el jopo, la corbata; pero por sobre todo las niñas de sus ojos. Sí, efectivamente como era tan cucufato, tenía que apuntarse obligatoriamente todos los domingos a las misas de fiesta las cuales se celebraban a las 9:00, previo convite de las campanas de la iglesia mayor, la menor, las primas, hermanas y demás parentela de la curia mistiana; cosa que irremediablemente te “invitaba” obligatoriamente a concurrir. Pero, tantas idas y venidas, pronto se percató de un par de ojazos  que le hacían ojitos muy coquetones e incitadores.

Este candidato a la tonsura de San Panchito, por fin se pudo explicar el porqué de esos sacudones mortales en su pecho: bastaba que se le entrecruzaran un par de miradas y muerto el cholo. Le producían un cataclismo que empezaba a la altura del cerebelo y  se le iba hasta la punta extrema de la columna vertebral. ¿Inexplicable? Todo aquello que había leído en Las Cartas de Amor del gran  Ovidio se hacía realidad y recién pudo entenderlo a cabalidad, inclusive, ahora, hasta le rendía pleitesía al Rey Salomón, queriendo beber las mismas fuentes diamantinas todo el verso aún a costa de padecer continuos calambres, cosquilleos inoportunos, sobre todo cuando tenía que alcanzar el agua al cura después de la comunión, bañándole toda la almidonada casulla y chorrearle los zapatos, las medias y el pantalón;  hasta se creía camino a la santidad por el estado de arrobamiento y éxtasis que adquiría con sólo pensar en aquella aparte tan íntima que le había descubierto a su Silvia, cuando se hallaba en la acequia del Puente Bolognesi y su “escotadísimo” traje de baño  le mostró algo imposible en ese tiempo: su talón del pie izquierdo.

Y no es que María Santos Corrales fuera diestra para patear penales con la zurda. No. Los cierto es que, en esos tiempos,  no había forma de mostrarse en ropa de baño so pena de confesarse tres días seguidos por semejante pecado mortal.

Bien, por fin, un domingo a las doce, después de la misa, pudo acercarse a la susodicha. Había preparado cinco décimas de pie forzado, tres sonetos e inclusive un himno a la alegría, pero apenas la tuvo a tiro y quiso iniciar el diálogo, bastó que la musa de su inspiración tornara suavemente la mirada y chas¡ cholo al suelo. Tardó toda una semana en recuperar el habla, Se le había torcido la lengua y los ojos, lo cual le permitía mirarse más profundamente, pero ya estaba camino al inconsciente y su ego perdió la convicción de pertenencia.

Fue en este estado que, deambulando por el Callejón Loreto, cerca de la casa de Marita Santos del Corral, se volvieron a encontrar. El hombre o lo que quedaba de este, recobró el conocimiento y lo primero que le dijo fue: -Silvia, estoy muy enamorado de usted…   

La muchachita muy turbada en su inocencia –era 9 años menor que el infanticida MM- le contestó muy firme y resoluta:  -Se ha equivocado, don…

-Para nada, le respondió el apuesto varón. –Ya he averiguado –siguió, que su familia se cree pituca; que su padre es general del Ejército realista; que su madre es devota de Santa Rosa de Lima porque es blanquita; en cambio, no lo pasa a San Martincito de Porras porque es... de ideas revolucionarias como yo que…

- Sí. Ya lo he notado por su traje de bayeta y esos diz que zapatos comprados en Ojeda, pero más parece rematados en la Chirisuya, además no sólo están cubiertos de polvo, sino están recargados de bosta; es decir de m… Y… otra cosa: ¿es usted profesional? ¿Con qué vamos a alimentar a la guaguas?

- Bueno, lo de los zapatos tiene solución: los lavo en la acequia donde usted se baña todos los sábados de fin de mes a la 5:00 a.m. y ya le he visto…

- ¡No siga! Además, no puedo seguir conversando con un hombre que por lo menos debe llevarme 10 ó más añitos y mi papito eso no lo va a permitir…

-No. No eso no es tan cierto. Sólo son 9 y además, puedo hablar con el Padre Benedicto, quien es mi pata y puede ponerme una edad… digamos de…

-No, Mejor…!Váyase¡ que mi padre puede soltarle los perros y no queremos malograr el pedigree de la casa… ¡por favor…!

Y es así que nuestro querido y mal ponderado MM viajó a la capital para poder hacerse profesional. Ingresó a la Universidad para seguir estudios de Derecho. Allí también se desposó con muchas ideas libertarias y no pocas ansias de independencia.

Pero más pudo el amor por su adorada ´Silvia´ y regresa a lares mistianos y pronto se entera del compromiso matrimonial de aquel lomazo a lo Paco Rabán que tenía medidas escalofriantes: 90-59-120 y que le ocasionaba  fiebres, desvelos y pesadillas perpetuas: todas las noches se despertaba sudoroso y frío, balbuceando:

-No, fusilado no. A los hombres, no; prefiero la muerte antes que ser fusilado por la retaguardia.

El Insomne perpetuo de los Andes se fue a Majes para recuperarse. Aquí logra su mejor producción literaria. Sólo que la incomprensión de ese mundo tan ignorante como el de ahora, continuaba. Es así que le hizo llegar a su amada su mejor  soneto – según él- denominado: No Nació la Mujer Para Ser Querida, recibiendo como respuesta una carta chata, inmunda  y de carácter mortal, pues apenas la vio el poeta estiró la geta y empezó a cantar yaravíes. En este momento su texto resulta impublicable pese a los esfuerzos hechos frente al editor; actitud por demás comprensible y largamente esperada de quien no sabía nada de preceptiva literaria, tal como usted bien la conoce, mi estimado lecturador.

Sin embargo, el amor y su enamoramiento terco como una mula y sin alusiones a ninguna candidata, “lo rempujaron” para seguir insistiendo en este socorrido renglón poético con la creación de tres famosas fábulas dedicadas, la una a su futuro cuñado; pero cosas del destino, éste era más ciego que un topo y tuvo la desgracia de ser el escogido de MM para dedicarle la composición titulada: El Murciélago, recibiendo a cambio inmediata repulsa de su factible hermano político. Jurándole sacar la michi con su papito y mandarlo a fusilar por 50 cachacos. Casi igual respuesta fue la obtenida del cuasi suegro, a quien le dedicó la otra fábula intitulada: El Asno Cornudo y para colmo de la ingratitud, tampoco fue muy bien recibida la tercera, dedicada a su ´fiel mujer´ –la de su suegro- : La Ballena y el Lobo, cuya versión primigenia era: El Ballenato y la Loba.

Demás estuvieron las razones esgrimidas por el insigne poeta. Como se mencionó anteriormente, la fulana no sabía ni entendía nada de versificación ni lenguaje figurativo. Lo cierto es que esta última composición le permitió enterarse de las continuas escapadas de su vieja  so pretexto de meterle tres rosarios al hilo (dobleteando por la mañana y por  la tarde) para ser escuchada por Santa Rosita.

Muerto en vida prematuramente, MM se enteró de la rebelión de Mateo Pumacahua se hizo su pata y en el Combate de la Apacheta le sacaron la mugre a los realistas. Convirtiéndose MM en precursor de adivinos y parasicólogos al decir proféticamente: “Españoles de m… en menos de 9 años, con 9 meses y 9 días…la República Independiente de Arequipa, perdón, el Perú se librará de ustedes por los siglos de los siglos, amén¡

Luego se dirigió a Umachiri, donde la cosa le resultó al revés: perdió la batalla y perdió su musa; pero lo que más le dolió fue perder su caballo y perder la vida. Fue fusilado a los 25 años en el mismo campo del combate y una vez más se cumplieron sus proféticas palabras:“…seguiremos esperando por noventa veces nueve años independizarnos del yugo español y algunos otros vecinos del sur que empiezan a decir que Arica, Tarapacá y Tacna son suyas”.

Salve, Mariano Melgar, precursor del romanticismo, de nuestra independencia y de los parapsicólogos que somos de verdad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                 

 

 

 

 

 

 

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