Tal vez resultaría un hecho inesperado, inconcebible, inaudito o altamente maravilloso si es que esta pequeña voz escrita lograse convertirse en un vozarrón (previa triple santiguada con ambas manos en una Pila de Agua Bendita, así como un baño completito de asiento en la gigantesca chomba donde guardan este consagrado líquido); no sin antes, habernos dirigido a nuestro portentoso Mulato de Pachacamilla para que haga otra vez de las suyas y nos regale otro de sus imposibles milagros y pueda juntar nuevamente estos perros, pericotes y gatos que pululan tras las limosnas, las alcancías y todo aquello que huela a sencío o biyete aun siendo una forzada cuota de sus declarados hermanos de cofradía.
Sin lugar a dudas, esto parecería algo
imposible de darse, sobre todo en el respetable seno de una supuesta hermandad
o cofradía, digo supuesta, porque un cofrade es un par, amigo, compañero,
condiscípulo, camarada o simplemente colega; pero, entre nos, también alude a cómplice,
compinche y malandro; de otro lado, también conlleva el carguito de fiel acompañante
en nuestras procesiones religiosas. En suma, podría tratarse de una congregación
plena de devotos para ejercitarse en obras de piedad. Por lo tanto, deberían
realizar labores asistenciales a través de sus actos religiosos que incluyan actos
plenos de marcada honradez.
Y aunque no lo creas, Choche,, resulta que… en
esta Tierra Santa, un día cualquiera, allá por los años del mil novecientos
noventa y tantos… como quien dice, aquisito nomá, se reunieron un grupo de impetuosos
NN, disfrazados de Batman…pero morados; con la piadosa finalidad de reunirse religiosamente
para cumplir actos de encendido fervor religioso para ganarse algunas…
indulgencias dentro de la inmensa deuda contraída cada quien en casa por ser flojos,
mataperros, malcriados; sabiendo desde diez
años atrás que, la madre siempre les dejaba sus hondas huellas de amor…ralladas
en su atrás, en la cabeza, en las piernas y cualquier otra parte externa, pues había
que asumirlo humildemente y sin chistar todos los mandados, pero especialmente
el cargar angustiosamente los cirios de 20 kilos con metro y medio de largo ante
el amenazante chicote debajo del velo
materno escondido piadosamente durante las interminables procesiones.
Y así, se sucedieron muchos aniversarios,
desfiles y acompañamientos en esta hermandad…mostrando un entusiasmo delirante para
los festejos posteriores en el recatado local de la cofradía después de cada
ceremonia concurrida por voluntad propia y de la superioridad; es decir,
festejar como Dios manda. Pasaron los años de fraternos abrazos y salús en una
entrega total de todos los cofrades… hasta que, cosas del misterio y de lo
extraordinario… aparece una denuncia y no una cualquiera, puesto que así lo
exige su elevado nivel de religiosidad, desapego y honradez; donde constaba:
total y absoluta malversación de los fondos, desaparición completa de la documentación contable, además del marcado abuso
de poder por parte de la eterna directiva, la cual no celebraba elecciones
desde hacía 20 procesiones anuales al Señor de los Milagros y todos estaban a
la espera de este milagro, calificado y santiguado como imposible hasta el
momento.
Pues las primeras versiones señalaban -de boca-
que, aparte del exigido recojo de las “voluntarias” cuotas sociales, de las
“muchas” compras realizadas y de los supuestos grandes pagos efectuados…Todo el
mundo confiaba en la seriedad y buena voluntad del Mayordomo; sobre todo, dada
su calidad intachable de ser una digna persona con una honradez a toda prueba; pero,
sin lugar a dudas, y para desechar cualquier sombra, pudo comprobarse que las continuas
fiestas de guardar calaron más en su devota mente al igual que las de los demás
hermanos amantes de preservar todos los hábitos monetarios de la
cofradía…incluyendo el cordón, los escapularios, los detentes y las cuotas;
pues, últimamente, surgieron continuos
celos y recelos por realizar las compras o ir de viaje para adquirir mejores
hábitos morados, aun cuando sus malos hábitos los tenían más morados que una
berenjena, pues, después de haberse probado unas nuevas prendas, a la primera
lavada quedaron completamente blanquecinos y por demás transparentes; los nuevos
cordones, solitos se hacían nudo ciego, los detentes perdieron su imagen;
mientras, a cambio y después de rezar
veinte novenas, aumentaron los negros hábitos.
-Pero, hermanitooo… ¿Cómo puede ser posible que
se hayan tirado todo el dinero de nuestras aportaciones desde 19…60 o 70?
-¡No solo es eso…! Inclusive se han tirado la
plata de las alcancías de las tres iglesias visitadas…las togas de los
franciscanos…hasta los baberos de los mercedarios… !No puede ser que esto
suceda en nuestra Hermandad!
-¿Y qué dice el Hermano Mayor?
-¡No dice nada de nada!
-¿Cómo es posible tal cosa? ¿Nada de nada?
-¡No! Porque está afónico…porque no puede
hablar…Solo manda mensajes escritos. Está por la Patagonia…fue a comprar una
lana muy especial para nuestros hábitos de invierno… y quiere probarlos uno por
uno…pero aún, allí, están en verano…
-¡No te preocupes! Que yo puedo ir hasta el
mismo Polo Sur y lo traigo de las alforjas…
-¡Pero eso es mucha plata! Los pasajes deben
estar por las nubes…
-¡Sí, alcanza! Hay suficientes fondos…
-¿Y cómo lo sabes?
-¡Porque soy el Hermano Reservista, encargado
de los depósitos de reserva…
-Y mejor…¿Por qué no vamos los dos? El viaje
podría ser más efectivo, y entre los dos…
-¡Entonces, sigue agradeciéndole con otra Novenita
al Señor de los Milagros!
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