domingo, 26 de mayo de 2024

CARTA DE FELICIANO MUTOMBO A SU PERDIDA MUJER

 Amada amante:

No coloco tu nombre de pila tal como corresponde y manda una formal redacción, no porque me haya olvidado del mismo, ya que hace un huevo de meses que no la veo… ni tampoco sea porque tu perfil de aguja que singulariza tu figura te hace impalpable a partir de los tres centímetros; ya que más allá, ni sombra haces. Inclusive no sé si sigues extremadamente flaca, irascible y caprichosa al extremo; cuidando de no perder una sola cana, lo cual resentiría significativamente tu peso; aunque, la verdad, te extraño, pero muy poco; porque desde aquellos últimos encuentros íntimos disputados a muerte, hasta la fecha he podido imaginar algo dónde tocar carne; pues, toda vez que prendes tu encendida desconfianza te obliga a dejar debajo del colchón ese tu brasier y tu calzón con aumentos que te hacían tan femenina y relativamente apetecible.

Con mucha sorpresa, lleno miedo y con una tembladera que me sacude completamente, trato de amarrar mi mano para poderte escribir esta mi decimotercera misiva y ojalá que esta vez llegue, por lo menos, a tus ojos; porque las anteriores, según los últimos chismes colgados en las redes y las malas lenguas, en especial las de tu obesa y metete progenitora, ella había comentado en todo el barrunto que sólo había recibido en sus manos, una carta sin remitente, el 31 de diciembre pasado; y que al ser declarado feriado largo, la guardó hasta este año. Pero al saber de mi autoría, su fidelísimo candidato a hijo político, la miró con sumo desprecio e inmediatamente la hizo pedacitos, no sin antes jurar mi muerte con sus propias manos delante de todas sus compinches; digo de sus íntimas amigas.

En primer lugar, dime, ¿Por qué usualmente me llamas estúpido a secas? ¿Será porque mii comportamiento, a todas luces, no te satisfizo? ¿Acaso no sabes que tuve y aun sigo recurseando ingresos en chambitas adicionales…y que cada tres días, en mi franco, solo dispongo de unos pocos momentos para poder cumplir con mis otros trabajos? Que no te como; digo, que no como de tus manos, ni duermo en nuestra camita, tal como dispusiste cuando metiste un par de tablones en medio de nuestro nidito, después que  fue la primera vez que llegué cinco minutos atrasado a la cena y desde allí, tuve que dormir en el patio acompañado por el Boby, el que me mordió varias veces cuando le quité su cama.

En segundo lugar, si bien paras declarando por las redes…que soy un perro desgraciado y malnacido; que por lo mismo me has puesto la chapa de Firuláis y toda la cuadra ya no me llama por mi apellido, sino, únicamente me chasquean los dedos y me llaman: ¡Firuláis, Firuláis…haber…siéntate…saluda! Y todos mis colegas se ca…ntan de risa. Dices que no merezco ni tu respeto, ni consideración, menos un campito en nuestra cama… Bueno, bueno; ya sé que es comprensible en tu desquiciada mente, pero… ¿Por qué me estás haciendo reglaje con ese soldado raso que tienes por madre, frente a mi pensión y los demás pensionistas que también se siente amenazados por el fusil que lleva al hombro? Además, estás dejando unos avisos de un metro colgados en plena puerta, donde amenazas con denunciarme por ser un marido y padre desnaturalizado, quien abandonó su hogar; aquel nidito vació donde dejé cinco boquitas que llenar… Y tú, sola, triste y abandonada, eres la única que cumple con algo de ello…

Finalmente, no entiendo a cabalidad ese motivo por el cual, hoy por la mañana, acabo de descubrir frente a la puerta de la pensión, junto a la ventana que da justo a mi dormitorio, un barril lleno de cartuchos, pero no de dulce, sino de cartuchos de dinamita con un cartelito que reza en letras diminutas: para que celebres tu onomástico con bombas, digo, con bombos y platillos… Tu chola que te adora y que te recordará hasta la eternidad...si es que escapas de esta.

PD. Si al final, no firmo con XXX o NN es por pura seguridad personal exigida por los demás pensionistas, pero ya sabes quién soy y acabo de encontrar otra casa y la próxima comunicación te la envío por F; pues no quiero que vayas a pensar que además de todo, soy tan animal que no manejo las vías sociales.

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