Sí peee… tantitas veces l´uaviya escuchau que ya me quemaban mis orejas a pesar qu´iotras tantas traté de n´uacer caso d´iaquellas habladuriyas que sin asco me las zampaban en plena cara o sabiendo que estaba allí:
-Sí, peee…ell´es una completa sabandija y´el
pobre…tan solo un pobre maltón muspo, escuendiu y casi mudo…!Pobre d´él…!
¡Qu´irá ser de su vida, porque el zonzo está enamorau com´ún burro: alm´ytodo…
Pa´rematar la cosa, mi mamitay grande, tamién
repetiya la mismita canshón:
-“Ni te vayís enamorar d´esa Kalita calzón sin
forro que t´ianda hashendo ojitos en plena misa y tuaviya delante d´esa
alcahueta de su mama…qu´es otra que bien baila y zapateya…
-No, mamitay…vos que t´estarís imaginando
d´este tu koro preferiu…Nooo…peee; ni que juera un pobre amemau que se muere
por la Benaaa…que pa´decir la verdá…está güenaza…pa´comerla zapatos y todo…
-¡Jueraaa, perro chogniii…¿d´iande m´iavís
sacau ese versito? Bien se nota qu ´esa flaca espinayperro, te traye d´iun ala
y t´está hashendo babiar mocos y babas…¿Nooo?
-¡Que va ser…! Ni que juera l´única maltona
suelta por estos lares del Señor y que no tenga otra…salvashón que chapar lo
que seya…anque no tenga nadita d´iande chiparme pa´garrar alguito de carne…
-Será de pura cecina sin dueño o…mejor, d´ialguna
raja de chalona botada, seca y desabrida, ¿nooo?
-D´iaseguro que podriya ser así como vos lo
decís, Mamitay grande y…por ello mismo, tengo que comprobarlo y…d´iande sabís
vos…me puedo encontrar con un güen lomo de primera…
-¡Juera, juera, pedazo de mocotecte; que vos
nos sabís ni limpiarte los mocos y y´estás pensando en chapar tu peyor es nada…
anque seya cualquier cosa…
Pero hasta ese momento mi madre nunca había
tocado el tema, menos había hecho alguna insinuación al respecto de lo que estaba
ocurriendo con su hijo menor y eso era lo peor; porque la experiencia me
aconsejaba saber escucharla con mucha atención; pues buscaría el momento y
lugar más adecuados para poder escucharme, hacer la reflexión respectiva y
llamarme la atención o simplemente, coger aquella fatal reata que de solo verla
colgada ese día por la mañanita en medio de nuestro dormitorio era señal
infalible que habría rendición de cuentas, cuestionario de obligadas y reales
respuesta; juicio sumario y los chicotazos que quedaban marcados en el alma y
que seguramente correspondían a cada falta o intento de cometerla.
Pa´mi tata, era tuito lo contrario, ante
cualquier insinuashón de mis hermanos, el viejo, paraba la cuchara, se poniya
recio y´altanero y mirándome fijamente, mostraba una sonrisa de oreja a oreja y
comentaba:
-Esto es muy natural qu´esto pase en mi
jamilla…más bien, ya m´estaba apriocupando que este chanaco no dé señal alguna
d´iaquello que distingue a los Paredes dende siglos atrásss…Así que…a dejarlo
que pase ese bocau, que por l´emoshón
casi se l´iatora ese bocau…
-Oíte, Nico, déjate d´iacer propaganda a tu
jamilla…y no quiero que se hable este tema en esta mesa, porque luego, luego
hablo y van a salir muchos muertos y´eridos en este entierro. En cuanto al Benito,
creyó que ya l´ia pasau el atracón de comida y solo debe pensar en sus libros,
en ayudar más en los chiqueros más temprano…que dispués las cosas vendrán a su
tiempo…Así que mejor terminamos de comer, porque ese zango que m´iacostau
hacerlo tuita la noche, está pa´chuparse los dedos…
D´iaseguro que m´iabiya puesto rojo co´mún
camarón herviu y las manos me sudaban como nunca. M´iapuré pa´cabar lueguito,
pararme de la mesa y mandarme hasta la huerta d´atrás, ande podiyamos
regunirnos lejos de los mayores y así podernos ver, tomarnos las manos y
contarnos tuitos nuestros planes p´ese diya o pal siguiente; sin embargo, las
palabras de mi tata miabiyan entonau como nunca y´estaba muy feliz. L´uentediya
con si juese una aprobashón dada y´apenas la vide, estaba recontra linda:
-¡Hola, Rosita…vos estáis más linda que nunca!
Ella, se puso coloradita, aletió sus lindas
pestañas y soltó una inmensa sonrisa…Me jui acercando más y más y pude ver
qu´ella no retrocediya y me animó a estirar tiernamente mis labios y ella hizo
lo mismo. Fue nuestro primer beso y d´iaseguro la felicidá entera estaba del
lado nuestro -me deciya- y luego quedamos abrazados por un largo e interminable
abrazo.
Disperté d´iaquel sueño hermoso y poco a poco
la jui soltando, anque la verdá, m´uviese gustau que dure tuita mi vida y aura
me sentiya el hombre más feliz del mundo. Queriba saltar y correr pa´contarle a
tuito el mundo que s´iabiya dau mi más grande hazaña al conquistar la más bella
de las chicas qu´iabiya en tuita la ciudá…
De pronto, pude sentir que detrás de los
cirgüelos y los peros algo se moviya, pero no teniba niun tantito de miedo;
solo queriba chapar a quién nos habiya estau huaspiando, pero luego, luego,
todo volvió al más quieto silensho y no sé cuanto tiempo más permanecimos
juntos hablando y contando no sé qué asuntos. Nos despedimos felices.
Golví chorriando alegriya por tuito el cuerpo y
ya no me caviya tanta felicidá. Pareciba que iba soñando y d´iadepronto
descubrí un par de ojazos que no dejaban de mirarme como nunca l´uaviyan hecho
y una sonrisa s´iba dibujando en ese maternal rostro de m´ialma.
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