Era el chato más conocido como “Cuartito de Pisco”, no solo por su baja estatura, pues apenas llegaba al metro sesenta, empinado sobre la punta de sus pies; sino, sobre todo, gracias a su afición embriagadora a toda clase de bebidas que le supieran a su irresistible alcohol, el que apenas los olía, se los embuchaba del corcho al poto, terminando siempre rociado en cualquier sitio, al no saber decir stop en un determinado momento; pues los bebía puros o acompañados, pero siempre en cantidades navegables, y a la hora de la hora, todos los huariques diurnos y nocturnos no le merecían distinción alguna. También se había ganado, de pura garganta, el mote de “Niquelado”, porque una vez que estaba realmente “picadito” o bastante entonado, un cajón de chelas le resultaba tan solo una docena de gotas amarillentas con full espuma que le hacían cosquillas; donde un simple vaso con jugo de uva tendría más cuerpo y mayores efectos embriagantes; una bota de vino, tan solo sería como un vasito de chicha morada; inclusive, una galón del purol ron de quemar sería más efectivo para aplacar su galopante hipo capaz de tumbar al camello más dipsómano.
-Choche, pero…eso lo hace
cualquiera…
-¡Nooo… cualquiera no!
Solamente lo puede hacer un sujeto que tenga realmente una absoluta cultura alcohólica;
es decir…
-Tú, por ejemplo…
-¡Nones! Estoy hablando de
casos excepcionales; todos los demás integraríamos el común denominador de
“bebedores sociales” en sus diversos grados, modalidades, estilos y
posibilidades…
-O sea, que yo, por ejemplo,
me pego mis tragos generalmente los fines de semana.
-¿Hasta morir de pie, de
rodillas o de cúbito dorsal? ¿Con pura chela? ¿con ron, whisky, vodka;
pisquito, cañazo, anisado…chicha o con agüita de mote? ¿Solano, acompañado; en
un club, hueco o spá?
-Mejor no me delato, porque
mañana mismo se enteran por allí y me cae toda la zapatería encima; aparte que
voy a dormir obligado, en el patio con el Boby y el pobre perro va estar
zampado toda la semana…
Por eso se habla de una cultura
chupística, etílica o trágica (de tragos), pues es bien sabido que esto de la chupa
en general o tratándose de nuestra chupeta en especial, se afirma (por grandes
investigadores, en plena tranca), que esto responde a un atavismo, una
condición humana o reminiscencia ancestral que nos viene al gargüero desde muchos
siglos antes del borrachito de Noé, quien lo primero que hizo fue meter una
maceta con un sarmiento o vid prendidita debajo de su cama, por siaca le
faltara su líquido vital en la seca tierra, apenas abriera las compuertas de su
zoo navegable.
-¡No puede ser! ¡´Tonce… ¿por
qué nos echan toda la culpa después de perdernos por tres días y aparecer los
lunes a las cinco de la mañana?
-¡Son Gajes del oficio! Pero hay que meterle mucha fe…y persistir en
el líquido empeño.
Y para comprobar dicha teoría,
dicen: “Se ha comprobado fehacientemente que esto sucede hasta en los animales…
-¡Claro peee! Quienes chupan
así, son unos animales…
-Hoy todavía existen
animales.
-Uyyy…un montón…Yo conozco…en
mi chamba, en mi rioba, en el club, mi gallada…
-Como iba diciendo, hoy existen
animales que conforman esta teoría, por ejemplo, se sabe que los elefantes,
animales tan inteligentes, memoristas y con una fidelidad familiar y grupal
excepcionales… También se pegan unas borracheras tan grandes como sus increíbles
orejas…
-Nooo…no, Choche, me quieres
meter fufurufu…¿Cómo va ser posible que tales animalotes sepan qué chupar…Tampoco
me digas que tienen sus cantinas en pleno bosque, que han aprendido a leer… y
como tienen una memoriota como sus orejas…
-¡Tampoco, tampoco; como
dice el Chinito Kenyata, instintivamente “saben” cuáles y dónde pueden
encontrar aquellas zetas u hongos con propiedades alucinógenas y se pegan cada
panzada que…sus trancas les dura días de días…Más lo raro es que, también les
viene ataques de Diablos Azules y con el mismo efecto: desconocen su casa y sus
íntimos, a pesar de su extraordinaria memoria; buscan otras hembras, se olvidan
de la family y a la mañana siguiente…!No pasó nada! Y lo mejor, las hembras, ni
fa, ni fu…
-¿Pero son los únicos
borrachitos del bosque?
-Nones, hasta las mismas
hormigas, que son modelo de chamba, de trabajo en sociedad, de sacrificio por
la gallada… Bueno, bueno, chupan hasta por gusto; es decir que le meten duro al
trago porque le agarraron un cariño
único a la mamadera embriagante, tanto así que las hace bailar y cantar hasta la
semana siguiente, pararse desafiantes y sacar sus miles de lenguas frente al
mismo oso hormiguero (después de emborracharlo, arrastrarlo y meter su medio
cuerpo en las fauces de una boa), diciéndole repetidamente en la oreja: ¡Choche
de choches…te perdonamos, porque eres un animal de m…y no sabes las cochinadas
que te metes al hocico! ¡Venga un abrazote!
-Mejor saco mi cajita de
Anisado etiqueta verde que la traía caleta. No vaya a ser…
-Sí, mejor; porque es hora
que mi mujer haga requisa y…!No respondo de tu vida!
-Pero, Choche
Abstemio…¿Y ella…nada de nada?
-¿Ya estás zampado? Mejor la
dejamos solapa para otro día…!Que nos estamos jugando el pellejo!
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