Pareciba qu´estos tres julanos venius dend´el oriente estaban metius en sus raras vestimentas tan largas cuan brillantes ponchos estraños y chillones, catatando brillantes coronas doradas en sus torocmas; pero, además trayían bien escuendiditas sus reyales ofrendas hechas incensho, mirra y oro, acolpachadas e´nún rinconcito de sus mágicas alforjas; sin embargo, estos reyales príncipes s´iabiyan quedau atracaus, porque aquellas bestias, con sus inmensas jorobas, no pasaron por el portal de la dentrada a´yste lindo pago salpicau de montoncitos de racays blancos repletos d´iárboles frutales; pero shempre los más cargaditos eran sus ricos y deseyaus perales qu´iabiyan en tuitas las casas que teniyan huertas; plantaus allí, en plena subida a´ista Tierra Santa… allá…peee…po´resos caminintos que cruzaban, de lau a lau, las ricas tabladas verdes qu´iban a dar a la mesmita Tiabaya; y como les cayó la noche encima, tuvieron que jondiarse entre los chilcales d´iajuntito el riyo qu´iandaba un tantito cargau.
Ese diya, concidiya con cada 6 de
enero, ande se daba la llamada Fiesta del Cuasimodo. En dicho lugar, dende
aontes, s´iarmaba la tan buscada “sacudida de los perales”; es dicir, d´iaquellas
delishosas frutas q´uiabiya en tuitas las huertas de dicho pago, al cual
sabiyamos acudir dende shempre, tal como me lo cuentaba, de tanto en tanto, mi
queriu tata de mi tata:
-Sí, pueee, hijito…la noche
anterior a la bajada de reyes, ya s´iabiya comentau en la sobremesa de nuestra
“Comida” y mi agüelo Benito, tomó la palabra y me dijo: -mañana nos mandamos a
los perales…
D´iallí, que, hoy diya, un tantito
después del desayuno, mi´agüelo Benito, me llevó trote, trote, a los corrales y
me dijo:
-Mientras, yo ensillo al
Pintauuu, vos hacélo con el Motiauuu, que nos vamos pa´Los Perales… Andá,
decíle a tu mama que les vamos a trayer una fanega de peras y´otro tanto de brevas
y tunas… que tanto nos gusta… ¡Corré, corriendooo!
Más tardé en parar las orejas que
en yir trote y trote a pedir permiso a mi mamitay. Pronto, por tuito el camino,
mi güen viejo, m´iba cuentando de sus andadas de zorro maltón y´habiya que
festejarlo a más no poder, porque l´uaciya con tuito su cariño y sabias
palabras; mientras nuestras dóciles cabalgaduras pareciyan trotar de memoria tuitos
los recovecos d´ese largo y polvoriento camino d´iarena roja amontonada por los
cascos qu´iavanzaban a trote tendiu por el sendero hecho por aquellas bestias
que pasaban a diario pa´yir a sus chacras.
Recuerdo como si juera aurita que
llegamos a la casa grande del compadre Froylán. Seriya más o menos cerca del
medio diya y nuestros sombreros huacalis jueron quitados amablemente pa´saludarlo
al igual qu´ia sus demás parientes y´otras personas que por esa fecha nunca
faltaban.
-¡Compadrito, Beno, ¿a qué se
debe este milagro? . ¿Cómo está mi comadrita… y sus wawas? D´iaseguro que ya
deben estar almiando las cuartillas pa´la shembra d´este año… nooo?
-¡Sí, peee… compadrito!
Tuitos, con la gracia del nuestro Tatito, bien, nomáaa… Por lo visto, vos
estáis mejor que nunca… ni se nota los ochenta años que te tiráis al lomo,
¿nooo? ¿O m´equivoco?
-¡No seyáis tan ucumari, creyo
que querís pecar de trejo… cuando tuito el mundo ya sabe que vos sois pasado
por agua tibia… Pero si vos sois de la misma lechigada de mi tiyo “El Pellejo Adalberto”,
quien y´está p´entregar las verijas al diablo, o seya… que vos sois tan viejo
com´uel pantión de La Apacheta!
-¡No m´echís tantas flores,
compadrito! Que tú has siu el primer poblador d´estas tierras… allí cuando el
riyo Chili tuaviya e´runa llocllita que la chimbaban con los ojos cerraus…
-Güeno… güeno… dejémonos de
tanta guaragua y vamos al grano… D´iaseguro que ustedes han veniu a sacudir lo
perales…
-No solo a sucudir los
perales… si no tamién a sucudirte el polvo de tus fundillos… porque la comadre
Eduviges se mia quejau… que vos estáis sacando los pies del plato…
-¡No, no, nooo…! ¡Cómo le
gua´cer eso a tu comadrita! Mejor dejemos eso pa´después del almuerzo que nos
ha preparau una rica Timpusca…
-¡A caracas! No me la
pierdo por nada del mundo…hace tiempo que no me zampo una güena chuga d´este
rico plato… Sí, peee…Tenemos que aprovechar esta época de las ricas peras…
y´esta es la mata d´ellas. ¡Pasemos al comedor, compadrito! Que después ya
vendrá la raspa que te va cayer y si el caso lo amerita, por Dios que saco el
cincho de mi montura y con él te rallo el lomo…
-¿A su compadre? Es pecau… y
con rabo… ¡Te vais a
condenar, compadrito! Y lo peyor… que tamién m´enterau que vos tenís tus
cositas sucias… por la ciudá… Ahhh… ¡Vos tamien tenís lo tuyo, bandiu!
-¡Tenís razón, mejor
pasamos luego, luego, al comedor! Que la tripa grande se la come a la chiquita…
y ya se m´está hashedo agüita el toncori…
AREQUIPEÑISMOS:
basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz
Acolpachado: arrejuntado,
detenido
Almiar: preparar
el terreno para la siembra
Aontes: antes
Catatar:
llevar, arrastrar
Cuartilla:
trozo pequeño de terreno agrícola
Chuga: plato
hecho de barro
De lau a lau:
de lado a lado
Fanega: medida
de cantidad para granos y legumbres
Jondiar:
mandar, enviar, lanzar
Lechigada: promoción,
edad, igual generación
Lloclla: torrentera
Maltón: joven,
mancebo
Pecau con rabo:
Exp. algo más que un pecado
Racay: vivienda
humilde
Raspa: reprimenda
Sombrero
Huacali: típico sombrero arequipeño de alas anchas y caídas
Tablada:
extensión de terreno sembrado
Toncori:
pescuezo
Torocma: cabeza
Trejo: pillo,
vivo,
Ucumari: dos caras, revecero;
hipócrita, uraño.
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