lunes, 19 de diciembre de 2022

LA MISIVA DE PETER CASTELL

 Mi muy querido y apreciado numen tutelar y guía:

Aunque los desgraciados tuits me hacen ver cabizbajo, chupado y arrugado hasta el poto; al punto que seguramente parezco un chuño ricién almacenau y botau en la DIROES; pero, -aquí, entre nos- y en reconocimiento a sus acertados consejos; hoy, más seguro que Atahualpa, sigo convencido que aquello de vacado es solo por el momento; y que dicha desgracia solo fue obra y gracia de los fuelles arrimados a la Dina y aquellos otros volteados de mi fiel DINI chotana. En todo caso, ambas fueron aceitadas y condicionadas por las hegemónicas huestes conservadoras de la oscura derecha, de la prensa mermelera y sobre todo, de la envidia escondida y venida directamente desde la traicionera Vicepresidencia, las que me tienen encerrado, enmarrocado y fuertemente embarrado, oliendo fuertemente a chivo muerto; sin embargo, en este breve momento de sol y lucidez, me permito dirigirle las siguientes líneas plenas de un gran agradecimiento, con absoluto reconocimiento  a su total fidelidad mostrada justo hasta nuestra sentida despedida al tomar indefectiblemente las de Villadiego en la más absoluta seguridad de arribar indemne al destino previamente acordado.

Igualmente, sigo convencido hasta las lágrimas, que solo a usted le puedo confiar que este permanente temblor corporal aparecido después de los tres cocachos que me pegó con esa regla de metro con 10 cm. de grosor, al no poder repetir el texto de corrido por tres veces seguidas… pero no se preocupe mi querido prosor… tutor de tutores; que también en dicho video aparezco leyendo con una tembladera maldita; pero ahora solo usted, mi divino tutor, debe saber que, justo, en ese momento, la Betssy estaba muy ocupada corrigiendo nuestra postura y alguna que otra palabrita de miércoles al oído, aunque la verdad, ella tampoco tenía certeza sobre el uso del término exacto era disolver o revolver, cerrar o liquidar a todos los integrantes de enfrente.

Pero el motivo esencial de la presente es recordarle, una vez más, su itinerario de viaje, que tampoco lo pudo memorizar después de tres horas de prácticas, hasta que la Betssy le pegó una torcida de ojos y santo remedio, pero lo hago y lo repito por siaca; igualmente, mejor le escribo con letra de imprenta los nombres de sus 28 asesores de viaje y sus respectivas fotos tamaño postal, por siaca la miranda le sigue fallando; además, esta cartita incluye planos de los sitios exactos por donde debemos tirarnos una contrita para pasar piola cual remesa de charqui al Desaguadero. El único inconveniente que puedo advertirle es la edad; no se preocupe, que no me refiero a la ruma de almanaques que carga encima, si no, a la edad de las porteadoras, guías y mochilas, quienes ya tienen las órdenes respectivas, sus pergaminos de identidad con fotos hechas a mano porque no existen aquellas donde se le pueda identificar más chibolo.

En suma, ya sabe, mi único orientador y coach de coaching, tenga muy en cuenta: 1° Póngase desde ya aquella careta de abuelito, el bastón y la barba, pa´que pase piola a la salida de palacio por la puerta caleta de Desamparados; colóquese el sobretodo por si las moscas se le viene el huayco y lo descubren por el tiempo del goteo y sus zapatos mojados. Hay una moto Honda negra, ya encendida; se acerca y le dice al oído: -¡Soy el prosor de prosores! Una vez en el Rímac, lo espera una 4x4 blanca con lunas polarizadas con las señales de estacionamiento encendidas. Repite la contraseña y sube a la maletera. No se extrañe, que allí se viaja cómodo y… en su caso… no se puede arrugar más, ni va a hacer bulto.

De allí, no se preocupe por nada, a pesar que escuche desesperadas sirenas de patrulleros, de locas ambulancias y muchas voces tratando de chequear la unidad. Tampoco es de cuidado el aroma de Chanel N°5 propio de sus afanes, necesidades y miedos; para tal situación, hemos colocado 20 kg. de chalona y 30 de charqui especialmente escogido por estar a punto de entrarle gusano.

El único problema que podría presentarse a la entrada del Desaguadero sería que el personal de esa zona, al toque, saben distinguir si les quieren meter de contra un charqui que no sea de alpaca o de llama; sin embargo, el chofer ya sabe cómo arreglar esta posible revisión. Total, estando ya en la República Plurinacional, se va a dar cuenta de ello cuando no pueda estirarse, de tanto estar tan rígido como un chupete de hielo y al querer miccionar, sus disparos serán cada cinco minutos y pueden ser capaces de agujerear la capota. Después… todo nos va a salir a pedir de boca.

Al respecto, estando en El Alto, allí estará esperando un bimotor que a pesar de su aspecto de una unidad de la 2da. Guerra Mundial y lo destartalado de su fuselaje, lo llevará con mucha seguridad y absoluta discreción hacia un lugar reservado del país de Pelé. Allí lo pueden reanimar con un par de garotinhas, darle una freiolada de la gran flauta y, si llega con algún ánimo de proseguir con el viaje, lo embarcaran en una unidad de combate hacia tierras del Orinoco. 

A pesar de su consumada experiencia, me permito hacerle las siguientes recomendaciones: en caso de tener algún tiempo extra en El Alto, no haga intentos juveniles como cuando estuvimos acá en palacio; mucho cuidado con las chicocas bolivianas; en cuestión de faldas son asesinas: un par de movidas… y me lo matan; tampoco las brasileñas que son más fogosas y rapiditas, como si estuvieran bailando una samba. Mejor serían las Caraqueñas de imponente figura; aunque de solo verlas le puede dar un síncope y peor, si trata de subir…puede morir en el intento. Saludos a Maduro y buen provecho!

Su único alumno… aunque un poquito desubicado, pero siempre agradecido.

Peter Castell

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