lunes, 12 de diciembre de 2022

CARTAS SECRETAS

 Querida y recordada Chola:

Como es de tu entero conocimiento, este pasado 7 fue un día de miércoles, pero no uno cualquiera, sino, aquel en el cual creían haberse reunido secretamente, el prosor, la Betssy y el veterano asesor, quien no dejaba de hacer sus seniles pucheros, mientras intentaban medir la cantidad exacta de votos posibles a obtener en el Chongreso. Es más, inocentemente, según cuentan, habían llamado previamente a esa vieja Dina fiel (o sea, tumbes) la de las noches anteriores para seguir contando su apego fiel y desinteresado; asimismo, convocaron a la DINI de Chota para que les pasen los últimos chismes del otro gallinero congresal, pues la cosa no pintaba nada bien. Después de tirar números, sortear en coca y mandarse dos litros de Chuchuhuasi, las posibilidades extremas de aguante iban camino directo al matadero y por esta sencilla razón, el venerable casi se desvanece en los brazos de la querida Betssy, y aunque no lo creas. Ella fue quien, en un esfuerzo extremo, tuvo que aplicarle la respiración boca a boca para conseguir reanimar al moribundo veterano.

Ayyy… hija, como te cuento, después de algunos minutos plenos de desesperación y angustia en plena Sala de los Pasos Perdidos, sabían que a los tres les había llegado la hora; entonces, ella, plena de coraje, no aguantó más; dijo ir al baño porque se le salía una loca e incontenible bicicleta y empezó a rasgarse, furibunda, sus dos filas de enaguas. La más larga para usarla como PH, porque con la carrera a los servicios, se le vino el huayco abajo, pero por el poniente; y, la otra fila, para poder hacerle aire a cuatro manos al asustado y reciente rico en un país de pobres… pero de pobres…cojinobas. En tales circunstancias, el fulano de Chota había perdido toda señal de rubor, la misma que desaparecía desde que inició su colecta pública y, ahora, ese su amarillo pálido pasó mortalmente a un blanco sucio y cadavérico. Pero, Chola, Diosito es muy grande y el prosor estaba volviendo en sí, cuando escuchó una voz de ultratumba que le decía: -¡Tienes que echarle Kreso… porque esto que se nos viene, huele muy mal! Y el tipo, más muerto que vivo, cerró el Chongreso…

Pero… tú, Cholita de mi alma, bien sabes también que eres toda una pende…nciera; digo, -entre nos- eres toda una pilla de tres suelas; porque ya te habías comunicado previamente con el Williams y la Moyano. Ellos te hicieron la propuesta del sillón… y al toque, te hiciste la…pila, en lugar de hacerte la difícil. –Todo se sabe, Chola-, y yo sé que a las finales, también en el otro bando tiraron números, sacaron cuentas y te propusieron que las ganancias sería hafanahaf. –Total, te dijeron- te haces la loca, ignorando las cochinadas de estos tus choches, los padres putativos de la patria, te olvidas de los niños, pero preferentemente de sus niñas, que no tienen nada de niñas…

Pero, cholita, amiga, eso sí, ahora que has aceptado la banda de tres metros y con aumento, además, lo has hecho también –implícitamente- con esta otra banda de choros; digo, de colegas de bancadas: ¡Ojito, ojito! que con esto no hay que voltearse ni un poquito, porque, a la primera, te clavan. Te lo digo por experiencia propia…Si me habrán clavado un huevo de veces…

Finalmente, tu que juras ser la amante más cogedora o acogedora del Taita José María, tienes que ponerle huevos a tu gestión…; es decir, bañarte en agua de ruda por los moscos que te están midiendo; echarte cada día un par de litros de insecticida para alejar a las tarántulas, polillas y demás badulaques que quieren seguir viviendo de la mamadera.

De allí que si aceptas, Cholita, estos sanos consejos a pesar de todo lo que te pueda ocurrir con carácter de invalidez permanente o te genere un lotecito en el Presbítero Maestro (pero con todas las de la ley: misa de cuerpo presente con asistencia del Prelado, dos días de duelo nacional y repique de campanas por ser la primera mujer que intentó pisar el poncho a la tira de rufianes que tienes por colegas dentro y fuera de palacio). Sin embargo, si persistes en este loco descalabro de tratar de hacer bien las cosas en este país de miércoles y quieres seguir en el intento, te puedo conseguir fácilmente dos cosas: a) un brasiere de la potente colega Miriam, La Vaca Suiza, doblemente reforzado y a prueba de choques con los sujetos metiches, pero sobre todo, para que tengas buena leche; b) Y si, como lo presiento, necesitas urgentemente un par de huevos, me avisas; que te puedo prestar los míos… tengo una caja, por si las moscas y los alistados zánganos que siempre están prestos a picar… y eso solo tú… ¡bien lo sabes!

Como siempre, quedo a tus gratas órdenes para cuando desees mis huevos.

Susel.

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