Querida y recordada Chola:
Como es de tu entero
conocimiento, este pasado 7 fue un día de miércoles, pero no uno cualquiera,
sino, aquel en el cual creían haberse reunido secretamente, el prosor, la Betssy
y el veterano asesor, quien no dejaba de hacer sus seniles pucheros, mientras
intentaban medir la cantidad exacta de votos posibles a obtener en el
Chongreso. Es más, inocentemente, según cuentan, habían llamado previamente a
esa vieja Dina fiel (o sea, tumbes) la de las noches anteriores para seguir contando su apego
fiel y desinteresado; asimismo, convocaron a la DINI de Chota para que les
pasen los últimos chismes del otro gallinero congresal, pues la cosa no pintaba nada
bien. Después de tirar números, sortear en coca y mandarse dos litros de
Chuchuhuasi, las posibilidades extremas de aguante iban camino directo al
matadero y por esta sencilla razón, el venerable casi se desvanece en los
brazos de la querida Betssy, y aunque no lo creas. Ella fue quien, en un
esfuerzo extremo, tuvo que aplicarle la respiración boca a boca para conseguir reanimar
al moribundo veterano.
Ayyy… hija, como te cuento, después
de algunos minutos plenos de desesperación y angustia en plena Sala de los
Pasos Perdidos, sabían que a los tres les había llegado la hora; entonces,
ella, plena de coraje, no aguantó más; dijo ir al baño porque se le salía una
loca e incontenible bicicleta y empezó a rasgarse, furibunda, sus dos filas de
enaguas. La más larga para usarla como PH, porque con la carrera a los
servicios, se le vino el huayco abajo, pero por el poniente; y, la otra fila,
para poder hacerle aire a cuatro manos al asustado y reciente rico en un país
de pobres… pero de pobres…cojinobas. En tales circunstancias, el fulano de
Chota había perdido toda señal de rubor, la misma que desaparecía desde que
inició su colecta pública y, ahora, ese su amarillo pálido pasó mortalmente a un
blanco sucio y cadavérico. Pero, Chola, Diosito es muy grande y el prosor
estaba volviendo en sí, cuando escuchó una voz de ultratumba que le decía: -¡Tienes que echarle Kreso… porque esto que
se nos viene, huele muy mal! Y el tipo, más muerto que vivo, cerró el
Chongreso…
Pero… tú, Cholita de mi alma,
bien sabes también que eres toda una pende…nciera; digo, -entre nos- eres toda
una pilla de tres suelas; porque ya te habías comunicado previamente con el
Williams y la Moyano. Ellos te hicieron la propuesta del sillón… y al toque, te hiciste
la…pila, en lugar de hacerte la difícil. –Todo se sabe, Chola-, y yo sé que a
las finales, también en el otro bando tiraron números, sacaron cuentas y te
propusieron que las ganancias sería hafanahaf. –Total, te dijeron- te haces la loca, ignorando las cochinadas
de estos tus choches, los padres putativos de la patria, te olvidas de los
niños, pero preferentemente de sus niñas, que no tienen nada de niñas…
Pero, cholita, amiga, eso sí,
ahora que has aceptado la banda de tres metros y con aumento, además, lo has
hecho también –implícitamente- con esta otra banda de choros; digo, de colegas
de bancadas: ¡Ojito, ojito! que con esto no hay que voltearse ni un poquito,
porque, a la primera, te clavan. Te lo digo por experiencia propia…Si me habrán
clavado un huevo de veces…
Finalmente, tu que juras ser la
amante más cogedora o acogedora del Taita José María, tienes que ponerle huevos
a tu gestión…; es decir, bañarte en agua de ruda por los moscos que te están
midiendo; echarte cada día un par de litros de insecticida para alejar a las tarántulas,
polillas y demás badulaques que quieren seguir viviendo de la mamadera.
De allí que si aceptas, Cholita,
estos sanos consejos a pesar de todo lo que te pueda ocurrir con carácter de
invalidez permanente o te genere un lotecito en el Presbítero Maestro (pero con
todas las de la ley: misa de cuerpo presente con asistencia del Prelado, dos
días de duelo nacional y repique de campanas por ser la primera mujer que
intentó pisar el poncho a la tira de rufianes que tienes por colegas dentro y
fuera de palacio). Sin embargo, si persistes en este loco descalabro de tratar
de hacer bien las cosas en este país de miércoles y quieres seguir en el
intento, te puedo conseguir fácilmente dos cosas: a) un brasiere de la potente colega
Miriam, La Vaca Suiza, doblemente reforzado y a prueba de choques con los
sujetos metiches, pero sobre todo, para que tengas buena leche; b) Y si, como
lo presiento, necesitas urgentemente un par de huevos, me avisas; que te puedo
prestar los míos… tengo una caja, por si las moscas y los alistados zánganos
que siempre están prestos a picar… y eso solo tú… ¡bien lo sabes!
Como siempre, quedo a tus gratas
órdenes para cuando desees mis huevos.
Susel.
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