lunes, 28 de noviembre de 2022

CUESTIÓN DE HUEVOS

 Dende shempre, habiya parau las orejas pa´saber a qué se referiyan mis tatas, mis parientes y demás personas mayores que se poniyan a lajlar, anque la mamitay de mi mamita Maura, m´iagüela Salomé, s´iarremangaba las polleras, haciya como que se paraba de s´uashento y me mandaba un aviso:

-Maver… maver, ¿dénde cuándo se permite q´uestos ccoros, estén parando las orejas a tuito aquello q´uestán tratando sus mayores? ¿Acaso no sabís q´ues pecau meter tus narices en cosas que tuaviya no son de t´uincumbensha?...!Zapeee…zape… zape, gaaato… y llocsi caymanta!

Entoce, c´omún rayo ricién cayiu…!Patitas pa´qué te quiero! Tuitos los ccoros sentaus a la mesa, saliyamos volando al patio y desapareciyamos en un santiamén.

Y´en la noche, metiu en mi camita, me poniya a pensar en tuito lo aconteciu en ese santo diya; pero, sobre todo, en aquellas palabras qu´iantes las habiya escuchau muchas veces en el almuerzo:

-¡Servile sus huevos fritos al Marianito…que ya se quiere comer el mantel. Y´acabó el chupe y solo falta su segundo…

O tamién, cuando cada mañanita, apenitas cantaba el gallo y´antes de tomar nuestros inmensos jarros de leche, con sus tres panes de tres puntas, su queso fresco y su rica mantequilla, metida en sus panccas de maiz, te provocaban mandarte un par de jarros más en el buche. Pero a lo que voy, es que, cada mañana yo teniya como tareya recoger los huevos de tuitos los gallineros; luego, después del colegio, habiya que limpiar cada nido y sus grandotes gallineros, los que debiyan quedar “más limpios que la patena d´iun cura”. Sin embargo, durante el almuerzo, habiyan lajlau sobre otros huevos, pero q´uiademás deberiyan ser sacados o cortados porque, para ello, deberiyan yir ande el Cuche Calderón, quie era el encargau de hacerlo y su güena mano era tan conocida que veniyan dende distantes puntos de la ciudá pa´sacar los huevos.

Ya estábamos por terminar la comida del medio diya y aurita m´iarecuerdo, jue justmente después de tomar el vaso de chicha del final, que escuché a m´iagüelo tan queriu, mandarse la siguiente amenaza:

-Si, peee… a pesar de ser tan chico, al muy bandiu l´ue pescau hashendo malas cochinadas… y pa´que no tengamos problemas el diya de mañana, mejor l´uacemos capar…

Y´esa palabrita “capar” me sonaba a capujar y dende que jui a l´escuela por tuito el camino andaba pensando en qué habiya queriu decir m´iagüelo que l´uabiya soltau a boca´ijarro; y´esuera santa palabra en esta casa. Y´astaba sentau en mi carpetita, pero no podiya quitarme de la torocma aquella bendita palabrita de miéchica y, como quien no quiere la cosa, disimuladamente, le pregunté al Froilán, mi compañero de carpeta:

-Oíte, Froilán, en el recreyo e´scuchau que te van a capar…¿ya lo sabiyas? ´tas jodido!

-¿Acaso soy cuche…tampoco güey…nooo? Solo a los cuches o a los toros se los capa…

-¡Claro que lo sabiya! Pero…como se referiyan a vos… quise avisarte. ¿Debe doler mucho, nooo?

-¡Maver, que te saquen los huevos! Yaaa te veyo… cuando te los saquen…

-¿Has visto alguna vez, cómo l´uacen?

-¡Claro, peee… con los cuches… tuitos los años; pa´cerlos envernar y s´engorden… pa´venderlos…

-Entonce, a las personas no se les puede capar, ¿nooo? Porque ¿d´iande van a sacar huevos… ni que juésemos gallinas?

-Anda… cojuchooo… cuando te capan te quitan las bolas que tenís entre las piernas…

Y´aquella malisha se m´izo rialidá. Tamién se llamaban huevos… Sin querer, me puse muy triste y pareciba que estaba caicau, que se m´aibiya cayiu tuita m´ialegriya. Bajé las vista y miré sin querer aquel bulto d´iadelante que hacías mis calzones. Traté de tocar aquella parte, pero estaba en l´escuela y, peyor, mi compañero me podiya catiar y después tuita mi clase iba a rajar de mí. Pero, ¿por qué habiya dicho m´iagüelo aquellas palabras que más pareciyan una sentensha…

Seriya más o menos las cinco y media de la tarde y los rayos del sol estaba jugando a l´esconde-esconde y no sentí nada del camino hasta llegar a la casa. Seguiya con la duda metid´en la torocma y´aura no teniya ganas de tomar el té. No pude más, me jui a la sala, ande paraba m´iagüela a quien llamaba mamá grande y le pregunte:

-Mamitay…¿qu´ia queriu decir...

-!Güenas tardes! Un burrito s´ientrau... serones y todo!

-¡Güenas tardes, mamitay grande! Decímeee…¿qu´ia queriu decir m´iagüelito con aquello de… al muy bandiu l´ue pescau hashendo malas cochinadas… y pa´que no tengamos problemas el diya de mañana, mejor l´uacemos capar…

-Ajáaa… conque vos sois quie est´aciendo esas cochinadas, nooo?

-¡Nooo… te juro que nooo!-

-Entonce de qué te vais a priocupar… ¡No seyais tonto… estábamos lajlando de los cuches maltones… y´uno d´ellos s´está metiendo a la huerta y n´ua dejau nada de las verduras que tanto nos ha costau cuidarlas… entonce…

-¿Y qué tienen q´uiacer los huevos? Si ya conoce el camino…

-¡Tenís razón, hijitooo… entonce, el domingo tenís un adobo pa´chuparte los dedos!

 

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