lunes, 24 de octubre de 2022

CON ESA PIJRISHA

Como nunca, este “dichoso” diya habiya amaneciu dende muy tempranito tuito nublau y las sombras oscuras de la noche tuaviya permaneciyan hashendo la ronda hasta por los rincones más lejanos de la casa y teniya pocas ganas de levantarme pa´cer los mandados de la mañanita; más pareciba qu´esta vez, tamién yo´uempezaba a sentir los efectos de la nevada, aquel estau de los mil diablos en que tanto cayían nuestros mayores, cuando n´uaguantaban n´iel güelo d´iun mosquito y´amaneciyan con un geño de perro con rabia y deciyan qu´esta “nevada” t´iaciya cambeyar tu santa pasensha; es decir, con tuitos los demoños metius en tu torocma y no queribas que nadies se t´iacerque ni siquiera un tantitito así de poco, porqu´eras capaz de meterle su tacllanzo en pleno hocico sin saber porqué l´uaciyas…

Sí peee… más de juerzas que de ganas, me levanté de mi catre hecho de palos y pareciba que tamién lloraba con cada quejiu veniu desd´el jondo. Como pude, tacpiando, jui de´frente pa´bajar la compuerta y regar las lechugas y las zanaurias de la huerta, aquicito nomá, detrás de la casa.

Me quité los caucachos y´anqueran viejitos habiya que cuidarlos pa´que duren otro año. Mi´arremangué los calzones y me metí a la cequia qu´estaba recontra helada y no calculé. Creyó que m´iundí, porque luego, luego, estaba empapadito y chorriando agua hasta dende los bolsillos.

Bajé la tranquera con ambas manos y con unas cuantas champas aseguré el chorro d´iagua necesario. Salté a l´orilla y sacudí mis piernas. Cogí la pala y me puse a conducir l´agüita por cada surco mientras en mi mente, apareciya com´un cuento, lo que m´iabiya pasau la noche anterior en plena comida: estabámos tuitos nosotros sentados a la mesa, nos persignamos bajo la seña de mi tata y aquella sopa callentita me quemaba el toncori pero estaba pensando en otra cosa y permanecí callau casi en tuita la cena. De pronto, mi linda mamitay, me pegó una feroz mirada que me traspasó tuito y clavé mis ojos en los fideyos, tratando de evitar que mi madre pudiese descubrir lo que me estaba ocurriendo o peyor, lo que me habiya pasau en el Cole.

-Maver… oíte, Benito… ¿Qu´ia pasau? ¿por qué estáis con el hocico callau? N´uas abierto la boca sino pa´comer la sopa…¿Qué t´ia pasau en ese ojo? ¿Creís que no me dau cuenta? Maver… !Soltá la lengua!

-Es que… estoy pensando en los problemas…

-Los problemas qu´ias teniu en l´escuela… ¿nooo?

-¡No! Mamitay… en los de matemáticas…

-¿Así? ¿Y el problema del ojo?

-Me tocpiu con una rama de molle en la huerta…

-¡Ahhh… que tal ramita que justito t´iadau en el ojo...

-¡Dejálo, que termine el chico…! Se le v´enfriyar su sopa… -Resongó mi tata-

-¡Calláte vos… qu´estoy reprendiendo al chico! Al final de la comida, hablamos, Benito, ¿yaaa?

-Bueno, bueno… ¡Serví el segundo… qu´iace rato que terminau mi sopa! -dijo mi padre-

Pareciba que n´uabiya pasau nada de nada y todos seguiyan sirviéndose el Arroz Amarillo que tanto me gustaba; pero ya habiya un aire estraño que cortó tiutas las conversaciones. Yo seguiya clavau sobre mi plato a medio acabar, pero con cada cucharada sentiya que tuitos los ojos d´esa noche estaban puestos en la hinchazón de mi ojo.

Apenas terminó la comida, mi tata, me llevó en andas y velas hacia el patio, poniéndome juerte una mano en el hombro y me dijo con mucha calma, mirándome a los ojos:

-¡A tu madre, nunca la podís engañar! Decímeee… aquí entre nos, y´es tiempo qu´iablemos d´iombre a hombre… ¿Con quién t´ias pellau?

-¿Y cómo sabís que me pellau?

-Porque y´ui pasau por lo mismo…

-¿T´ian hinchau los ojos?

-No solo los ojos… pero t´uagüelo hizo lo mismo que gua ser contigo…

-¿Me vais a castigar?

-Sufishente con la cuera de tu mamitay…

-Ya sabiya…

-Pero… Benito, decíme, ¿quién t´ia hinchau el ojo?

-Te vais enojar…

-¡Decimeee… nomá!

-Co´nel Periquitooo...

-¿Y com esa pijrisha t´ias dejau hinchar el ojo?

-¡M´iadelantó!

-¡No puede ser…! Mañana mismo nos levantamos a las cinco… que te gü´enseñar a pellar como los hombres… No puede ser… Con esa pijrisha…de rial y medio…

 

AREQUIPEÑISMOS: Basado en el Diccionario de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Cambeyar: por cambiar

Caucachos: zapatos viejos y ordinarios

Cequia: por acequia

Geño: por genio, carácter; comportamiento

Jondo: por hondo

Lajlar: hablar; hablar o comentar en demasía

Maver: a ver…

Nevada: estado de desánimo por causa del mal tiempo

Pijrisha: o pijricha, cosa diminuta, de poco valor

Quejiu: quejido

Tacpiando: andar con dificultad

Tocpir: encontrar, chocar, pegar

Toncori: cuello, pescuezo, garganta; tráquea

Torocma: cabeza

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