lunes, 31 de octubre de 2022

¡MALDITA BRUJERIYA!

 … Y tuito esto que nos lajlaba, nos pareciba  tan sherto como que nunca nos lo olvidariyamos, puesto que desde qu´empezó la cuentadera, nos acolpachamos a su alrededor, allí en la mismita concha de sillares y barro… D´iaquella cocina que tuaviya nos regalaba su rescoldo callentito.

Pero aquella noche tan escura y tan espeshal, pareciba qu´escondiya entre la quechincha muchos fantasmas, aparecius, terribles duendes y muchas horribles brujas; puesss… como nunca, vide los restos d´iaquellas velas de sebo s´estaban apagando y no queriyamos tantear en l´escuridá pa´buscar otras nuevitas, ya que no quedaba n´iunita pa´remedio en la vieja l´alacena, shempre con ambas puertas cerradas; entonce, luego, luego, tuvimos qu´encender los tres candiles trayidos por el Beno dende la sala. Y pronto pudimos descubrir que aquellas sombras que pareciban jugar a la esconde-esconde sobre las paderes d´esos sillares, nos asustaban, pues pareciban pintados de luto, y peyor, apenas empezó a menshonarse la palabra “brujas”, nuestros miedos saltaron; pues el tiyo este le puso bastante ají a su cuentadera. Dejó un tantito de silensho pa´ver qué cara poníyamos y una sonrisa malishosa apenas se la pude sacar desde el inisho d´esta nueva reguñón pa´los ñetos de la casa:

-…así pueee… mis querius lajlas d´esta noche qu´iademás parece nos caye una juerte camanchaca…y no vais a poder destinguir nada de nada… Maver… les cuento que… seriya l´auna de la madrugada, y´el sendero qu´iabiya dejunto al estanque seguiya más escuro que d´iacostumbre y´el caballo miyo en qu´estaba montau, queriba detenerse, n´uavanzar por nada d´este mundo…porque habiya algo medio blanquisco y misterioso que se nos plantó en pleno camino. Me sobé ambos ojos creendo qu´eran mis chognis, pero nooo… Esa sábana inmensa que teniya por ojos dos huecazos amenazantes y´una bocaza en medio… se nos veniya encima pa´comernos d´iaseguro. Se cruzó de lau a lau y nos dejaba dar un paso.

El caballo temblaba a más no poder, se puso muy agitau; botaba harta espuma por el hocico. Yo vide que resoplaba candela com´un diablo y pegó un juerte relincho que por poco me bota. Y´ostaba chorreando sudor por todo el cuerpo. Empecé a tiritar como nunca y mis dientes no dejaban de chocarse unos contra otros. Me persiné tres veces seguidas y m´iagarré lo más juerte de la rienda.

-¡Paraaa… para, para, m´ijo…! Y le sobé juerte el pescuezo… ¡Ya pasóoo… ya pasóoo, yaaa pasó! M´iacomodé el huacali y´el poncho l´uarremangué hast´el hombro y ajusté las piernas como un par de tenazas y sentiya qu´el pobre animal estaba acesando d´iacontinuo y ya pareciba qu´el pecho se l´iba a reventar. Le tapé ambos ojos con mis manos temblorosas y piqué las espuelas en sus mojadas ijadas. Al fin pudo dar unos pasos tamballantes hasha delante. Respire jondo y m´encomende a tuitos los santos de mi devoshón…

-!Vamooo… vamo, vamo… m´ijo! Así, asíii... despasho...! Y´um breve resplandor pude destapar en esas aguas negras y por demás tranquilas y silenciosas que haciyan más dolorosa la soledad, pues n´uaviya n´iun alma que nos diese una mano de allento; pero recién m´iacordé que m´iabiya robau el caballo pa´yir a visitar a la Lindaura… Aquella linda maltona que la vide después de varios años en la fiesta de la Cruz, ande nos reconocimos y habiya quedau en visitarla ese domingo por la tarde.

-No creyó que t´ianimes a yir… porque si lo pensáis bien, es muy lejos y si vas a pie, d´iasegurito te vais a tirar tuito el diya y´además te vais a quedar patacala…sin tus caucachos…

-¡No! T´iaseguro que gua yir… cueste lo que cueste… Y ya sé cómo hacerlo. Sí peee… t´iaseguro qu´el próximo domingo me tenís por tu racay… ¡Te lo prometo!

-Maver… luego, luego, veré si vos tienes palabra d´iombre… Y pa´que no vayáis d ´iaporgusto… te g´üesperar con una sospresa…

-¿Qué será? ¿Qué será esa sospresa? D´iaseguro te vais a poner bien pije... pero n´ues necesario… porque tus tatas te puede descubrir… y no quiero causarte peleyas ni disgustos… además…

-No te digo… si no, no seriya una sospresa… Sé que te v´agustar… ¡Ya verís!

Y a escondidas ensillé el caballo bayo de mi padre, Chapé su poncho de vicuña que tanto le gustaba, me puse sus botas nuevas de cuero y… Patitas pa´qué te quiero… Me jui volando, teñendo en mi pecho la ilusión más grande de mi vida: poder ver sus hermosos ojos color miel y tocas sus trenzas hechas d´ioro… Si es que me dejaba… porque tuaviya era muy arisca y d´iseguro no se dejariya tocar por nadies. Iba trotando a galope tendiu por toda la calle Chullo, seguí bajando por la calle nueva… Los Corrales… Las casas de barro y sillar pasaban volando a mis laus y de rato en rato, me fijaba en los bordos y las señales más conocidas que marcaban el camino.

Seriya más o menos las cinco de la tarde, porque los rayos del sol empezaban a guardarse, pero el clima lo sentiya alegre y generoso. Pronto divisé la casa rosada y blanca con techo de paja que hoy la veyia más linda que nunca.

(CONTINUARÁ)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario