lunes, 30 de mayo de 2022

DOMINGO DE RABOS

En el barrio, apenas le habían pegado un bisté al bendito anuncio y maliciando un escondido doble sentido imposible, sobre todo, por ser Lunes Santo y de madrugada, publicado en el socorrido Fase y demás aplicaciones, al toque, se pararon por doquier todas las antenas jóvenes y viejas; buscando afanosamente “onstaba” la misteriosa doblez por demás sospechosa, indirecta, pero calentadora que picaba y mordía hasta el mismísimo ambiente que permanecía esa mañana un tanto frío y santurrón, “propio de esa Semana Santa”.

Luego, toda la patería, estando al borde del recogimiento, no solo por el frío circundante, que encogía todos los apéndices del cuerpo, sino, del propio del espíritu que en estos días nos recordaba la sentida y trágica muerte de Cristo; este singular hecho fue suficiente para despertar la curiosidad y, sobre todo, querer averiguar de qué diablos se trataba el asunto publicado y difundido a través de las redes sociales.

Entonces, cogí nuevamente mi aparatito de miércoles, lo encendí para tener un poco más de calor mental y me puse a navegar para ver de qué demonios se trataba en sí. A la vez, mientras identificaba la aplicación y su lugar correcto, iban divagando en mi mente un huevo de posibilidades sobre el tema: a) lo más próximo, que este Domingo de Pascua, se daría un desfile de singulares traseros, con sus características tan atractivas, como lascivas: tamaño, forma, dominio y manejo del calculado bamboleo; todo lo cual constituiría un espectáculo por demás agradable, ricotón y nada despreciable; pero nooo… Apareció el espíritu cucufa de la semana y pensé: no permitía tirarse ese tipo de versículos porque podrían ser comentados, criticados y prohibidos tanto por la curia y la feligresía local, poniendo en riesgo su suculento puesto o permanencia a todas las autoridades civiles, políticas, policiales; prefiriendo, como siempre, mostrar, a la vista de todos, ese típico olor a devotos monaguillos de última hora.

b) Tampoco podría estar referido al rico potaje, sopa o caldo propio de la culinaria local que lleva como inocente nombre, Timpo de Rabos, y no le correspondía para nada, dado a que las preferencias comestibles de este domingo en especial son, quieras o no, el tradicional Caldo de Pascua, elaborado con siete tipos de carne. Aunque ahora se prepara con las piltrafas de cualquier pájaro que se pueda chapar, cazar o robar (ni siquiera de paloma); pudiendo ser de chihuanco, tankitas o las abundantes cahuanchitas, y nunca de las negritas huacochas por una simple cuestión de discriminación pajaril, en vista que el pollo,  sacrificado, eviscerado y relleno de hielo, lo estaban haciendo volar por las nubes y las gallinas casi ni se conocían por estos lares; salvo cuando llega el equipo de la U.

c) Menos podría estar invitando, de una manera especial, para concurrir a una gran feria tauromáquica en plena la Plaza de Toros nuestra, donde se darían tantas buenas corridas que, como nunca, garantizaban traer rabos de primera; donde cada buena estocada sería premiada por el rabo, digo, con el rabo cortado, lavado y perfumado; propiciando actuaciones capaces de pelear entre sí por ser sacado en hombros o por las mulas. Pero, la verdad, sopesando los rabos existentes, en la plaza no había diestros de calidad y los pocos aficionados al capote tenían que estar rogando a sus amigos íntimos y algunos otros familiares para su concurrencia, siendo amenazados con cortarles el rabo si es que no aplaudían o vitoreaban a morir su nombre del matador.

Finalmente, pude ubicar el lugar de este anuncio en mi cel y, después de releerlo dos y tres veces, pude comprobar que se trataba de una real invitación hecha por un grupo denominado: Cucufatas Unidas de Cayma y Yanahuara, que por una desaparición sistemática de las limosnas se hallaban más agujas y peladas que San Juan Calato y, por esa razón, decidieron organizar “El Mejor Caldo de Pascua” que podría disfrutar cualquier hijo de vecino que se animase a mandarse un güen plato del mencionado chupe. Además, con la garantía de ser hecho por expertas manos cocineras y tradicionales d´esta ciudá. El único problema fue que no revisaron el título de su invitación y así quedó esta famosa palabrita… Aunque, la verdá y entre nos, sabiendo que dicho grupo estaba comandado por doña Malena del Santo Sepulcro, quien a pesar de su nombrecito que se había colgado para ser identificada dentro de la cofradía, ella era más pende…nciera que las arañas y tenía mucho ingenio para jugar con el doble sentido de las palabras… De allí que no sería nada raro que tal titulito haya sido dejado a propósito para lograr el mejor merchandising de su abnegada empresa… Pero eso no era nada, porque también se averiguó, por otra ex compinche beata, a quien le llevaba una bronca maldita, que las carnes que fueron utilizadas (en su real sentido) para hacer el promocionado caldo de pascua, a pesar que aseguraba que sus presas estaban benditas de antemano, la comadre promotora del evento había hecho su milagrito, propio de la Semana Santa y pegada a las exigencias de la tradición, no solo lo había sido elaborado con siete tipos de carnes, pues sus vecinas habían notado que días antes del evento, habían desaparecido del vecindario, su viejo y querido loro, sus gatitos techeros y algunos perritos de la iglesia, hasta su fiel Firulais, que fue sacrificado “por una cuestión de humanidad”, pues el pobre estaba viejo y seco; ya pasaba de las quince pascuas… Sin embargo, como soy güen cristiano y amante de las veyatas calzón sin forro, solo me queda decir:

-¡Güen provecho… por los rabos!

 

 

 

 

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