¡EXAMEN MAESTRO!
Era más o
menos las tres de la mañana y no era el viento frío, acaso ya helado, el que
soplaba acuchillándome por todo lado y me hacía tiritar como un triste perro
calato en plena cordillera; a pesar que estaba -desde la madrugada-,
resueltamente escondido y sudando a raudales dentro de aquel elevado rincón de
mi reducido ático o buhardilla que, en muchas oportunidades, había hecho las
veces de escritorio, de biblioteca y estante portátil; usualmente, de comedor
y, generalmente, de dormitorio, pero, ahora, de escondite muy personal pues… ahora
me pongo a pensar: sí, es culpa de la cacareada Prueba de Conocimientos que se
viene volando, fatalmente insoluble a pocas horas y todo para volver a tratar
de ocupar una plaza en el Magisterio y esta maldita suspicacia me está matando
de impaciencia y, para colmo de males quiero terminar de despertar… ¡ Y sacudo
muy violentamente la cabeza porque… -¡No
puede ser… de remate, hoy es domingo trece…!
Entonces, retornan
los acres recuerdos desde mis amargas épocas de colegio, y trago saliva;
dificultosamente, pues… tan solo “me preparaba a conciencia” el mismo día antes
de rendir cualquier examen; siempre confiado en mi buena suerte, en el soplo
oportuno de mis choches o en mis eximias habilidades de prestidigitación, magia
y ocultismo; o en mis diminutos rollitos de Kum Ram…
De pronto,
rompiendo mi atormentada soledad, aquel conocido ruido, más penetrante que
nunca, me sacó de mi labor esmerada de acucioso copista: saltó un conocido bip,
bip, bippp… Se iluminó brevemente la pantallita con un rojo fosforescente y
allí estaba mi suerte hecha realidad: conforme iba leyendo y releyendo su diminuto
texto, no lo podía creer: 25 respuestas marcadas en Razonamiento Verbal y otras
tantas en el Matemático…
-¡Diosito, nuevamente te acordaste… Señor de
los Milagros… este domingo venidero, por Dios, que voy a misa y si apruebo…
¡Palabra que me confieso y comulgo! Bueno, bueno… ¿Solo son 50 fijas? Algo es algo…
la puedo pelear… ¿Y cómo sé que no m´están metiendo el dedo? ¡Ahhh ya! Son mis
choches de la escuela donde chambeo… ¡N´uay caso… son mis bros…de la chamba!
¡Mejor lo guardo al toke! No vaya a ser…
Y se pasó el frío; desapareció la tembladera
y un súbito alivio invadía mi ser. ¿Y ahora, qué hago? ¿Las copio? ¿Y…luego?
¿Las reduzco a la fuente 5 del Arial Narrow? ¿O me las aprendo de memoria?
Nooo… no creo que pueda hacerlo…; mejor hago mi rollito y…si esto; y…si lo
otro; y…si me chapan?
En este momento, el copioso sudor bajaba por
mis sienes a raudales y sentía que algo dentro de mí lloraba con fuertes y
profundas lamentaciones; luego se calmaba para venir más fuerte y preguntarme:
¿y si se enteran tus alumnos? Tú, que siempre pecas de estricto, sobre todo, en
los momentos de los exámenes… así sea el de lectura… -¡Que estudien, tanto o
más que yo! -Y me recriminaba- ¡No perdono nada; ni que se pasen una sola
coma; que la diferencien perfectamente del punto y coma, del punto seguido y
del punto final y exijo hasta más no poder… y lo peor, cómo los castigo… Sí,
soy demasiado cruel con el puntaje otorgado al límite inferior, con las notas
desaprobatorias, con los promedios en rojo… ¡Puro feriado! ¡Y cómo lo festejo…!
¿Y si me pescan? ¿El profe Regente? ¿estás seguro? ¡No lo creo! Debe ser otro…
porque él, siendo tan recto, tan pulcro y tan capaz; no, no, no lo creo!
Yo aquí tan preocupado, con muchas dudas y
con un cargo de consciencia a punto de convencerme y no ir al examen, pero…
estas respuestas… ¿serán verdaderas? ¿a cuántos las habrán enviado? No he
comprobado su veracidad ni procedencia… ¿Qué hago? Mejor llamo a mi choche
Federico, el de Mate… ¿Y si lo meto en problemas? Aunque… él para en puro problema…
Sí, su vida son los problemas… je, je. Me arriesgo y lo llamo… pero son las
tres y treinta… debe estar en pleno jato… ¿O estará chancando duro y parejo? Lo
llamo:
Cogí el celu con cierto temor que, conforme
sonaban las seguidas llamadas, la impaciencia iba en aumento, hasta que escuché
la voz del profe:
-¿Síii… Regente? Choche… seguro que estás
filo como una navaja… aquí recién por la mitad del cuestionario desarrollado…
no creo que acabe… pero hay que presentarse… dos años de contratado es
demasiado…
-Y lo peor es el sueldo que no alcanza ni
para una chelita ¿nooo? ¡Hola, Choche! Creí que estabas jato todavía… Oye, ¿no
te ha ocurrido nada extraño hace pocos momentos?
-¡Claro pueee… estoy que me caygo de sueño…!
-¡Nooo… es con referencia a la Prueba… ¿Nada
de nada?
-Pero… no vas a decir a nadie, ¿nooo?
-¡Ahhh, yaaa… Entonces también ya estás
enterado… ¿nooo?
-¡Acabo de verificarlo! Solo es pa´la
patería…
-¡Ya pueee… entonces, ¿vamos a darlo?
-¿Y si nos descubren?
-¡No pueden! Solo es para un grupo muy
reducido… Bueno, y si otra vez no lo aprobamos, reclamamos y decimos que han
habido filtraciones de la Prueba, nos quejamos al sindicato y movemos la cosa
para que haya otro examen, mientras tanto tenemos contrato por un año más…
-¿Y te imaginas si se enteran nuestros
alumnos? ¿Qué van a decir?
-Digan lo que digan… decimos que no ha sido
nuestra culpa; que nosotros lo dimos honradamente, tal como nosotros les
exigimos a ellos…
Se pasaba la hora y había que estar antes
del tiempo para no observar irregularidades y pudiesen dar su examen sin ningún
contratiempo… Lo principal era que para que las próximas generaciones no
hicieran plagio, ni buscaran tráfico de influencias, menos que puedan aprender
disciplina por el buen ejemplo de sus profes, pues ellos acaban de jurar por
Dios y por todos sus santos que serían los últimos en seguir haciendo las
trafas de siempre.
🤣🤣🤣👍👍👍
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