lunes, 1 de noviembre de 2021

EL TUTURUTU (I)

 Tuito el santo diya habiya estau magmando uno tras otro bebes de chicha ande la mentada Vaca Brava… allá por los lejanos arenales coloraus que llamaban Huaranguillo, la Tierra de las Brujas. Creyo que habiyan siu más de cinco cantarillas de chicha bien curadita y pa´sentarla, d´iaseguro que jueron unas tres botellas de resacau; porque lo último que m´iacuerdo jue que, com´ua media noche, me salí po´reyse sendero d´iatrás lleno de champas recién cortadas, con puras tojras y´un montón de piedras que m´iaciyan tocpir de tanto en tanto y luego, luego se m´iacaban las ideyas y tuito yo me´quedau metiu en un limbo de Padre y Señor miyo.

Lo que sí m´iarrecuerdo es qu´estuve como un güen rato tratando de abrir mi puerta cuando llegué a mi  taller y así poder pegar una pestañita, ya que ricién sentiya co´mún inmenso quepi que cargaba penosamente en vez del cuerpo y las primeras luces de esa madrugada no jueron sufishentes pa´poder embocar la llave en la cerradura; puesss… pareciba que también ella s´iabiya escapau pa´meterle al trago junto con mis amigos de lechigada.

Pero, nooo… Aurita lo veyo… Lo sherto es que dispués d´iaber estau pellandoméee con la puerta, nosé por cuantas horas, logré dentrar en mi covacha y lo primero que pudieron ver estos ojitos chognis jue un bulto escuro d´iuna figura creyo que humana junto con tuitas mis herramientas; anque, conforme m´iba acercando, por el miedo que se m´iabiya metiu en el jondo, creyó que tamién se´miba pasando la borrachera y mi curiosidá pudo más: sí, pueee… aquello qu´estaba allí, tirado, era un ser con forma d´iombre, a pesar que no me pareciba propio d´iun soldau, ponerse una pequeña pollera que lesaliya dende la cintura p´abajo. Me restregué ambos ojos pa´sacarme tuitas las lagañas y más que todo pa´ver s´iera sherta aquella visión bastante rara, porque aura me pareciba que trayía algo en su mano y m´iacerqué más y más… Sí, pueee… con mucho recelo lo toqué y se m´espantó el miedo al comprobar qu´estaba muy helau y muy duro, a no ser qu´este julano seya de fierro; solo así que pude comprobarlo, tuito ese soldau estaba hecho de metal; recién pude darme cuenta qu´iaquel personaje lo habiya visto muchas veces anteriormente y´asta me resultaba jamillar… Pero… ¿ánde? Y la asesina borrachera no se m´espantaba del todo.

-Yo n´ui dejau esto en mi taller ni ayer, ni antiayer, ni nunca -me dije- santiguándome sin saber el porqué y la duda aurita era mi mayor priocupashón. A pesar de sus finos rasgos, se podiya ditinguir qu´era la de un hombre, la de un soldau con uniforme, pero no un soldau cualquiera; además estaba tocando una corneta… ¡Ahhh… yaaa! Tuitos sus aviyos señalaban que´ra una figura de soldau romano… Inclusive creyo que teniba un penacho o una corona en la torocma… ¡Maver… es una especie de casco! Pero… yo sé que le falta algo… y lo gua descubrir aurita mismo…

Lo tomé con ambas manos y… ¡La pucha! Que por Dios pesaba unas tres arrobas y tendriya más o menos una vara y media de porte. Lo voltié pa´darle una revishón general y pareciba qu´estaba completito. Empero, ya m´estaba retirando pa´descansar sobre mis pellejos colocaus encima de mi viejo catre de madera, ande me recostaba después de una tareya pesada y… De pronto, aquella figura pesada creyo que se dio la güelta, porque al acercarme nuevamente pa´ver si estaba como la habiya dejau, pude descubrir con mucha priocupashón y no sin poco temor que no la habiya dejau voltiada, como estaba aura. La voltié pa´dejarla como estuvo en un principio y otra vez, m´ialejé  persinandomé sin dejar de mirar esa malishosa figura, pues no entendiya cómo pudo darse una güelta completita…

-¿Otra vez, la misma…? Y me levanté de mi lecho tamballando tuaviya por los efectos de la magmada y de no haber probau n´iun bocau dende haciya dos diyas. Entre sosprendiu y más temeroso que nunca, me jui acercando a ese soldau quia pesar de ser de purito metal, pareciba tener vida y´un sudor muy juerte empezaba a chorriarse por tuito mi cuerpo y conforme m´iacercaba a dicho ser estraño… -Me deciya-

Justo en ese momento una juerte tembladera invadió tuito m´iesqueleto y por poco me vengo abajo y´al istante se me vino a la mente aquel terrible terremoto que soportó la ciudá, dende muchos racais se cayeron p´abajo, y tamién las dos torres de la Catedral… y´aontes de llegar al sitio que pareciba embrujau, también m´iarrecordeé d´iaquella figura en el cetro de la Plaza d´iarmas: el Tuturutu, que shempre tocaba la trompeta… Sí, pueee… era la imagen viva de un ángel o un arcángel, dado la facha de tuita su vestimenta… pero… ¿qué jue de sus alas?

-¡D´iaseguro se jueron volando!

AREQUIPEÑISMOS: basado en el DICCIONARIO DE AREQUIPEÑISMOS de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Aontes: antes

Aviyos: alijos, utensilios, instrumentos; detalles, vestimentas

Bocau: bocado de comida

Cantarilla: depósito de latón hexagonal, con tapa y asa

Chogni: con legañas

Huaranguillo: topónimo. Distrito de Arequipa; Tierra de las brujas

Jamillar: por familiar

Lechigada: del mismo año, promoción

Magmar: tomar; embriagarse

Quepi: atado, generalmente un bulto hecho para cargarlo

Racais: casas humildes, improvisadas

Tocpir: tropezar 

Tojra: trozo de tierra solidificado

Tuturutu: voz onomatópica del corneta que representaba sobre la pileta en la Plaza de Armas

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario