De sobra, sabemos que resulta ser un pan comido para ti, choche de choches, cualquier conocimiento por más amplio y profundo que sea; por lo tanto, cualquier tema te lo tiras como un pan, ya sea en versión medio sensual como lo es un largo baguette o una diminuta pieza para bocadito; aunque, en general, estos hayan subido de precio y disminuido a tamaño migaja; una de las razones por la cual, hoy nos veamos en la necesidad de tirarlo solo imaginariamente, pero con sabor a galleta; ya que el aire siempre está por las nubes; luego, nos resulta imposible intentar tirar otra cosa que no sea por lo menos una livianita hostia, aunque con las escasez del pan, también las han escondido, con la esperanza eclesial que, próximamente las puedan vender de acuerdo al tipo de pecado y del pecador; pero aquí viene lo peor, estamos en pleno inicio de sufrir otra desgraciada pan…demia, pero más maldita y el bolsillo de los treinta y pico millones de perusolimitados o perusolimitanos, estando en estado agujas, no disponemos de una miserable china… ni para poder olerlas.
Luego, también
es un hecho que nuestra habla es diáfana, elegante, cuasi-perfecta y romántica
hasta el huevo; pero, por sobre todo, un elemento vivo, que por efectos de la propia
evolución, el significado del término tirar ha ido tomando diversa connotación:
de comida, cuando se dice tirase un buen lomo; de descanso, me voy a tirar la
pera; me voy a tirar la gran vida o…me voy a tirar a la Bartola; igualmente, para
indicar el dejar de trabajar, que resulta ser el más florido y tiene mayores
acepciones: acabo de tirarme un puesto público, me han tirado dedo pa´jefe
supremo… me he tirado una millonaria o tirarle dedo a un concurso sin saber
leer ni escribir; o el de enfermo crónico, que felizmente expresa: aquí estoy
tirado con una cuadriplejia mental
absoluta; asimismo, cuando te tiras a chongresista o jefe de jefes. Dicho de
otra forma, el término, voz, palabra, signo o dicción del significante ´tirar´
y sus derivados, en la actualidad, esta palabrita, a casi dos años del arribo
de la desgraciada pandemia, hoy cobra una especial significancia, pues al ser
tan activa y recurrente parece haberse contagiado del virus C-39 en versión peruana,
(la más pende…nciera de todas), y siguiendo los pasos de nuestras autoridades
en sus diversos cargos y función; todos, absolutamente todos, quieren, desean y
anhelan tirarse alguito.
-Pero…choche,
¿nunca has tenido el deseo de tirarte…
-¡Por
supuesto! Cuando la vi en vivo y en directo… además estaba dispuesta… y la
ocasión no podía ni debía postergarse… es decir, hubiese pasado por ser un simple
y llano…
-¡Entonces,
tuviste que tirártela… Ya ves…!
-¡Claro,
hombre; una vez en la vida, tirarte a la Bartola… después de 10 años de
romperse el lomo! ¡No cabía otra!
Bueno, como dijo el gorgojo a su gorgoja:
¡Vamos al lecho; digo, al hecho! Pues, el solo hecho de tener o disponer de
algo vivo en el puerco o en la mente, y peor en la sin hueso, más temprano que tarde,
tendrá que supervivir, cambiar o modificarse, si no, desaparece. En tal sentido
este homo sapiens de Perusalem, resulta ser un sujeto por demás receptivo, imaginativo
y creador; sobre todo en lo relacionado a su lengua, pues es un deslenguado de
miéchica; porque, primero lo pone en práctica, tan solo para refrendar lo
cierto de su expedita habla, su florido vocabulario o su infaltable floro.
Veamos, al respecto, solo tres ejemplos:
1. Tratándose
de tirar, cualquiera puede tirarse una pestaña, un piropo; una buena pitada o
una cana al aire, siempre y cuando no sea chapado por un dron, la principal o
la suegra; en cuyo caso estará firmando su sentencia de muerte;
2. Llegaron
los españoles creyendo que los monses de los nuevos indios encontrados acanga,
no sabían nada de lo que era tirar y luego, deberían enseñarles, con evangelio
en mano, para que no haya duda divina…y empezaron a tirarse a las ñustas y
cualquier material puesto y dispuesto graciosamente por su buena suerte o por El
de arriba; tanto se entusiasmaron con su catequesis que siguieron cambiando las
baratijas de oro que aquí estaban botadas y se desató la peor conquista, asalto
y robo… para que jamás se olvidaran los amables
nativos de sus mejores maestros… hasta la fecha, que siguen con la tiradera a
gran escala y con autorización oficial;
3. Consecuentemente,
todo aquel fulanito, venido allende los mares (español o criollo), le agarró
tal afición a la tiradera, que hoy después de los casi quinientos treinta años
de su arribo, siguen siendo los peores choros (pues habían sido reclutados y
cargados con lo peorcito de sus mazmorras para llenar los miles de carabelas);
sin embargo, la cosa sigue firme, aceptada y sofisticada por parte de los hispanos
recientes, tanto que, luego de practicarles exhaustivas autopsias, descubrieron que los chavales, no
solo se tiraron hasta las momias; si no, que además se habían tirado los instrumentos
empleados para la disección; porque en su ADN, se sabe, contienen genes
perfectamente reconocidos… como propios de los choros. Lo único raro fue que,
en cada caso de los millones de nativos sacrificados, al tratar de averiguar
sobre su espíritu o alma, no había ni rastros, pese a que se insistió mediante
un profundo análisis del Sacro en seguidas sesiones de espiritismo… ¡Puezzz..,
hombré, también ze lo habían tirao!
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