lunes, 13 de septiembre de 2021

RECLAMO CELESTIAL

 Sin pretender tocar tu lado cucufa, my dear brosss… y estando en vísperas de caer en las garras de la tercera ola con sus funestas consecuencias mortuorias, supongo que ya tienes una idea de lo que es o se presenta bajo el nombre de arcángel; esto es, metiéndonos de cabeza en un plano netamente esotérico, de creencia, fe o religión; pues generalmente lo hacemos imaginándolo a nuestra imagen y semejanza, pero del lado bueno, es decir,  los ubicamos gozando de lo lindo en el otro  bando, es decir, en el celestial, espiritual o, en el peor de los casos, cuando nos sorprenden de improviso apareciendo como un remedo de Gasparín, pero sin su sabanita; pudiendo gozarlo como aquel choche selecto y escogido, posibilitando el poderlo tocar, con todo su uniforme de soldado celestial que incluye espada filuda y escudo a prueba de incrédulos, todo por salir en defensa de las creaturas y buen comportamiento exigido por el Supremo Tata Lindo.

Bueno, de acuerdo a un solo evangelista, existen siete arcángeles: Jofiel, Chamuel, Gabriel, Miguel, Uriel, Zadquiel y Rafael; todos ataviados con sus diminutas alitas, pero que vuelan de lo lindo y mantienen sin saberlo, su aureola respectiva, quienes deben cumplir tareas de protección, justicia y orden celestial, entre otras cosas; pero como allí en las alturas todo es paz, tranquilidad y sosiego, prácticamente resultan ser los primigenios modelos de empleado público; sus desvelados esfuerzos por no hacer nada y pasarse todo el santo día agarrándose las bolas; digo, las bolas de San Pedro, solo por puro intento de ocupar en algo su escaso tiempo de ocio que dicen disponer y al pobre Don Perico lo tienen bastante cabezón buscando de nube en nube sus preciadas bolas (dicen que de oro).

Bueno, puesss… para ir directo al grano, entre las nubes estaba rebotando una noticia por demás impensable: muy solapas, Gabriel, Uriel, Rafael y Miguel querían hacer su propio grupo, sabedores que Tata Lindo estaba de viaje y solo Miguel había sido nominado Arcángel, además le había conferido la máxima autoridad entre el grupo de ángeles y arcángeles, dado su condiciones de sumo sacerdote, cucufa en sumo grado y lo más detestable, experto en tirar dedo a sus colegas de escapadas, Tik Tok y full trago; sin embargo, dizque estaban organizando una novena muy particular y a beneficio exclusivo de los cuatro. Ante tal situación por demás impropia de nuestro sindicato, los tres abajo firmantes, Te dirigimos la siguiente misiva con carácter de Carta Poder:

Querido, Santificado y Glorificado Tata Lindo:

Vos, que sois sapientísimo y lo sabéis todo, os debería oler a conocido el motivo de esta misiva llevada y entregada por vuestro siervo Raguel, aunque es parte interviniente del asunto; sin embargo, creemos que no conocéis (y no vayas a pensar que es chisme del más puro como jamás os merecéis), pero queremos hacerte llegar este texto aunque más Os suene a reclamo; aún más, dado a que Vuestra Real Majestad sois Omnipotente, Omnisciente y Todopoderoso, esperamos que toméis cartas en el asunto a la brevedad posible, porque ya las cosas están pasando de castaño a oscuro y tenemos fundadas sospechas que en el otro bando está muy bien asesorando por Vuestro archienemigo, don Sata y su plaga de cachudos segundones, Os informamos solemnemente:

1° De los siete arcángeles designados por vuestro santo dedo, solo los cuatro innombrables se quieren zampar toda la torta y nosotros, que constituimos minoría, tenemos que contentarnos con las migajas que nos hace llegar el tacaño de Jofiel, por eso le hemos cambiado el nombre y ahora está bautizado como Jodiel.

2° En lugar de estar el santo día leyendo el devocionario que nos diste, los cuatro se la pasan releyendo a Calvino y Lutero y, por lo bajo, quieren hacerte llegar una SOLICITUD impostergable SOBRE EL PAGO DE JUSTAS Y OBLIGATORIAS REMUNERACIONES; caso contrario, planean hacerte un perpetuo levantamiento de túnicas y lanzamiento de aureolas, para dejarse todo al aire y desacreditar la pureza tan pregonada del cielo;

3° Pues ahora, ellos pretenden “regalar” las indulgencias y muchos milagritos a cambio de novenitas sumarias que se pueden rezar en cinco minutos, nombrando obligatoriamente a los cuatro, pero con la única condición de hacerlo viral y que dichas ganancias serán absolutamente para una cuenta abierta en las profundidades del Averno; pero ya sabéis y Vos estáis advertido, con perdón de lo dicho;

4° Finalmente, tan solo “recomiendan” poner un like a cada breve oración, la que contaría como si recibiera una completa  y santa comunión; pero, lo más peligroso de todo, es que al completar dicha novena, juran asegurar un sitiecito a tu diestra, previo borrado de sus pecados por un simple pase momentáneo por el purgatorio en caso de tener pecados mortales. ¡No puede ser! Ese Miguel Arcángel, no tiene nada de santo y te rogamos accedas a nuestra petición: o se reparte equitativamente las ganancias entre los siete, incluyendo Vuestro 51%, con sus respectivos intereses, previa certificación oleada y sacramentada de las cuentas por cada segundo transcurrido, porque a la fecha, ya cuentan con 10 milloncitos de adherentes convictos y confesos. Ya Tú sabes cómo roban, digo, obran los de aquí abajo.

Nota.- En caso quieras escarmentarlo al oscuro disidente y sus secuaces, Os sugerimos que Vos les quitéis tres cosas: a) la palabra y los dejes mudos, porque ese santurrón jefe tiene una lengua triperina y puede convencer hasta las piedras; b) Igualmente, cortarles las alas, para que no estén tirando contra (escapando por el atajo posterior), todas las noches, hasta Las Vegas, USA, donde los hemos encontrado casi todas las noches; c) Del mismo modo, sacarle las bolas, para que no se las pare agarrando a cada instante y a todo el mundo lo tiene hinchado con sus pelotas, digo, las de San Pedro, quien también tiene que bajar hasta estos arrabales, porque las bolas corren como si fueran fake news en las redes sociales.

NOTA.- Declaramos, que decimos la verdad, casi toda ella por temor a los hackers y lo juramos por los siglos de los siglos. Amén.

 

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