jueves, 10 de diciembre de 2020

CASI SE MANCHA DE NEGRO

Si hay algo que, en última instancia, se quiere cambiar en el fútbol es aquella actitud insultante y denigrante que, hasta hace muy poco, era altamente artera y faulera (a la altura de la cara);  estúpida, pues se daba en una confrontación deportiva y extremadamente pasional (tal vez por ello mismo), donde el color negro era el ladrillo o, en el peor de los casos, el reverendo kingKong de diez kilos lanzado a todo pulmón para hacer llegar un fervoroso y atento reclamo al hijo de la guayaba que se atrevió a co-meter un leve takle al mejor de tus delanteros; esto en el caso de tratarse de cualquiera de tus “jugadorazos” tocados en pleno partido.

Mis profundos y largos estudios chamanísticos todavía no son lo suficientemente competentes para poder alumbrar algunas luces sobre los prejuicios ancestrales que hasta ahora encierra dicho calor y color quemado a forro, pero… este, casi siempre ha estado asociado sentimentalmente a luto, dolor, oscuridad, miedo y espanto; de allí que cuando uno escuchaba: “…fulano es un negro de m…” el prototipo aludido no solo venía cargado con un tostadito playero, un bronceado algo intenso o un simple azul marino profundo; sino, que aquella expresión encerraba uno de los peores insultos, plenos de sucia burla, desprecio y enconado racismo. Pero… cuando, por el contrario, uno contemplaba, anonadado, estúpido y babeando un par de espectaculares caderas cimbreantes con las que una fulana te llevaba de aquí para allá y al toque te convertía en confeso caníbal, solo podías exclamar: !Mi negra linda, estás para comerte!”

Es decir que, en ese momento, perdías la razón, tu sólidos principios y el alma entera; se te salía el corazón y los ojos; mientras que querías convertirte en el hombre-plástico, porque tus manos se estiraban tanto en pos de aquel cuerpo voluptuoso que con dada paso te cantaba: Acércate más y más.. pero mucho más…

-Pero… Boss, la tuya es una típica reacción animal, instintiva y cuaternaria; dinosáurica… ejmmm… Ahora con los bicentenarios… los millenials y los zetas, ya no existe tal cosa… !Son arcaísmos!

-¡¿´Tas tú?! Hace pocos instantes, en el Palacio de los Deportes de París, acaban de suspender un partido de la Champions League por culpa de uno de los de negro…

-Pero… si en la Ciudad Luz hay miles de miles de colorados llegados del Costa de Marfil, Martinica, Guadalupe, Senegal, etc.etc.; es decir, allí, hay mestizos como mote y zambos como cancha…

-¡No! Yo me estoy refiriendo al cuarto hombre de negro; al juez de fútbol fuera de la cancha… El que en un momento determinado llamó al juez principal y le dijo: -¡A ese negro, que es el asistente de Coach de Estambul, hay que sacarle tarjeta porque continuamente está jode y jode; reclamando wadas hasta por las puras… Sí,  a ese negro, a ese…!

Seguramente, pensando que mesié Negrón era más sordo que Beethoven o que no entendía el rumano, cuando el referido estaba más enterado que nadie y más amarillo que un chino de fonda porque la bilis, negra de furor, le chorreaba por cilindros y se le había subido hasta sus miles de rulitos que de pura pica-pica se le cayeron; dejándolo como una bola de boliche…

-¡Estás mal, my Cheff! Esa es la versión que ha salido en la TV francesa. Lo cierto es que tal hombre de negro; es decir, el cuarto asistente, no dijo o no lo llamó de esa manera; la cosa fue más grave… Ta, ta, ta, tannn…

-¡Translate in Spanish, please! Ce qui s´est passé, monsieur Q´Lebrón?

-Que el muy desgraciado del cuarto referí, efectivamente, previa oscura mirada inquisidora y despectiva, llamó al juez principal por los parlantes el estadio, hizo suspender el partido y a todo pulmón gritó:

-¡Atencion! Su atención, por favor, señor juez principal: tenga presente que durante todo el tiempo de jugado este partido, ese won (señalándolo con los cinco dedos), no ha dejado de gritar y observar todas sus decisiones tomadas y…

-¿A quién se refiere, mi querido ayudante, mesié juez de campo?

-¡Al won ese! (Y levantó los otros cinco dedos)

-¿Cómo dice que dice?

-¡Weón, señor juez!

-¡No puede ser… usted debe estar equivocado!

-¡En serio… o es un Weón, un webón o solo un won! ¡Con toda seguridad… si no, véale la cara…! Que está recontra negro de preocupación…!Ese won!

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