lunes, 16 de noviembre de 2020

¡VAMOS A LA LUCHA!

En esta hora de marchas y contramarchas, de multitudes aparentemente dormidas; de reclamos colectivos fabricados a pie; en esta hora de brazos levantados en pie de guerra y hora de levantamientos multitudinarios que suenan a descontento en cacerolas y sartenes que vienen desde balcones y plazas; calles y avenidas saturadas de indignación, venidas desde millares de angustias aguantadas y conformismos escondidos… Este título, que resuena a manera de grito altanero, desafiante; acaso subversivo y largamente postergado, podría parecer una incitación al ataque, para integrarse alma y todo en esta avanzada de tanto descontento y mucha ira; metidos en un largo y extenuante aguante de muchos siglos.

-¡Lo siento, camarada Rasputón! Ud. Se me va derechito a Socabaya por ser un caviar subversivo…

-¡Un momentito, Miguelito! Calmantes Montes… que no he terminado todavía…

¡No! ¡No lo es! En primer lugar, es una promoción de júbilo, al comprobar que a pesar de haber discurrido mucha agua pútrida y maloliente bajo sus puentes centenarios de esta nación atestada de sobrevivientes, durante incontables lustros; recibiendo a cambio, tanto palo, tanta indiferencia y tanta ignominia haciéndonos morder los pliegues más hondos del alma, de tragar tantas idas y venidas de desgobierno, incapacidad, corrupción y delincuencia a ojos vista; sin que haya una sola voz popular altisonante que se haga sentir en la placita del barrio, en el atrio de la catedral, en algún otro sitio público o en un atrevimiento desesperado, efectuar un toque de campanas en la iglesia mayor para convocar al pueblo (aunque reconozca que eran estrategias propias de otros valientes dinosaurios), cuando cundía un general convencimiento que las únicas voces parlantes eran las de algunos dirigentes de viejas instituciones fabriles, económicas, sindicales o de pequeños feudos; siempre amordazados por sucesivas disposiciones y normas impuestas por el régimen imperante, usualmente de corte económico, hoy propio de un pregonado y supuesto liberalismo económico igualitario.

-Luego, Mr. Hot Dog, my boss, ¿de qué diablos se trata esto o dónde diablos pretende llegar?

-A poder percibir, con mucho entusiasmo, la aparición de una luz pujante y generosa al final de este primer cuarto del nuevo milenio.

-Seguro que se refiere al Chongreso y su nueva gavilla; digo, familia!

-¡Contra! ¡Neva, jamás; lo juro por mi prima María (por la p.m.)

-¡Entonces, ¿a qué viene eso de Vamos a la Lucha? Escupe, escupe!

-Si hace muchas décadas, en los análisis que nos exigía la preparación universitaria, estábamos convencidos de  tener alguna gente visionaria, creo que ahora, más que nunca, las palabras guardadas en los anales de la estridente “Pájinas Libres” tan propia  del contrasentido mostrado por la singular autoría de Manuel González Prada se hacen más premonitorias cuando, en esos años de complacidas juventudes, sonaban más a imposible: “…los viejos a la tumba y los jóvenes a la lucha”. Hoy como nunca, y dado lo que acabamos de presenciar, en estos últimos días, podemos guardar la esperanza que tanto los millennials y la generación Z, estas suerte de juventudes supuestamente descarriadas, indiferentes y hedonistas a simple vista, permanecían a la margen de su realidad social.

Hoy, sin temor a equivocarme, creo sinceramente que esta, su postura, su accionar y proyección, denotan su preocupación por el futuro y el de sus hijos; que a pesar de lo que se diga de ellos, piensan y sienten de manera diferente; que su permanencia casi absoluta de vida y comunicación en las Redes Sociales, están conformando una realidad completamente diversa pero integrada, de apariencia conformista, pero que está lista para hacer conocer y luchar abiertamente por sus ideas e ideales; sus reclamos y sus anhelos; no importando la pandemia, el confinamiento, ni el estado de sitio; tampoco los uniformes mal llevados, menos la incongruencia entre las normas y disposiciones mal dadas y nunca bien ponderadas.

Consecuentemente, este pretende ser un humilde reconocimiento a toda la juventud que se pone en pie y reclama; que dicen con acciones: ¡Aquí estamos! Que con nosotros se han equivocado porque todo lo actuado anteriormente es propio de dinosaurios, que no corresponde a esta época ni a este momento. Que la verdad se grita cara a cara, sin ambages, cortapisas, ni medias tintas… Que lo que viene en nuestro país es de otro tiempo, del futuro y hay que gobernar para el futuro; de allí que la familia, la educación y la salud de mañana, requiere de otros sistemas que correspondan a lo que se nos viene en los próximos 20 años y que ello está a la vuelta de la esquina; no a lo que hoy tenemos, sentimos o vivimos; esto ya fue… ¡Es pasado!

-¿O sea, Chocherita, tenemos esperanza de tener un mejor futuro?

-¡Of course, my brosss, por eso todos a festejar! !Todos a La Lucha! Que estamos en noviembre y todavía quedan muchas wawas con pasteles y mucha Kola Escocesa!

 

 

 

 

 

 

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