Hay un aforismo que dice: “Después de la guerra, todo el mundo es general”; pero en este caso y a estas alturas de las clasificatorias para Catar 2022, hemos preferido seguir jugando en pro de las eliminatorias y, tal como vamos, la seguiremos luchando partido a partido; en la seguridad de conseguir ser eliminados; no lo duden, mis queridos y sufridos hinchas.
Como tampoco hay duda alguna en que este equipo de 33 millones de
peruanos, también está jugando sus propias eliminatorias: pobreza espiritual,
hambruna, informalidad institucional, desempleo, inseguridad, parches
educativos; improvisación generalizada; que nuestras autoridades, así como el
Chongreso están hasta las webs; que además, hay una angustia tan acelerada que
nos tiene en terremoto permanente obligándonos a salir calatos al campo, en pos de reclamar moralidad, corrección y
cambio; en suma, estamos tan jodidos física y mentalmente… que hasta nuestro
sol se ha venido en picada frente a los patrones monetarios, arrastrando con
ello, a toda nuestra realidad nacional;
incluyendo, obviamente al denominado “rey de los deportes” el tradicional julbo
que, en nuestro caso no llega ni a siervo y, a estas alturas del partido, ni
siquiera arañamos puntos, pero… para nuestros eximios sabiondos y
experimentados comentaristas deportivos, relatores, y demás ayayeros:
todavía queda mucho por delante y es muy temprano para hacer un análisis
concienzudo de las reales causas de nuestra situación “tan especial” en la
tabla… pero matemáticamente… todavía es muy temprano.
Si bien es cierto que estamos en sus inicios para el torneo de
escogidas selecciones mundiales, no se vislumbra un inicial rendimiento confiable que nos pueda asegurar
la clasificación a otro mundial…
-¡Pero, my dear Coach, qué selección puede hacerlo?
-¡Ninguna! Ok, pero… ¿por qué no tenemos jugadores de buena
calidad y en cantidades exportables? Ta, ta, ta, tannn…? ¿goleadores? ¡Manan!
Lo más probable (no hay investigaciones científicas) que dadas las
condiciones sociales donde prevalecen todavía las directivas fulboleras plagadas
de viejos vividores criollos que anteponen intereses personales, coludidos con
sus colegas de la prensa amarilla, tal cual reiterados empleados serviles de
directivos regionales y mundiales…
-¿O sea que el Elefantino es una joya del julbo?
-¡Una joyita de tamaño mundial! Y aquí gozan sus proveedores…
Asimismo, persiste la administración paternal en los clubes de la
primera división que se dice o llama profesional, gracias a un surgimiento silvestre, ocasional
y espontáneo en cuanto a aparición y formación de nuevos jugadores se refiere; además
de la carencia de un comportamiento profesional como corresponde al propio
jugador de estas características y también, al tratamiento patriarcal de los
eternos y grandes entrenadores, dirigentes y periodistas. Así, pues, nuestro julbolista
vive una incontrolable vida nocturna, derrochando sueldos inmerecidos,
queriendo alcanzar los roles de la farándula cómplice: figuretismo, excesos de
bebidas, sexo, diversión y estimulantes.
-Es decir, mi querido Cruyf, el julbo es solo vivir
desenfrenadamente un momento?
-¿En nuestro caso? ¡Creo que los resultados se ven, se comentan y
gritan… solo cuando nuestros sufridos hinchas… están huascas!
-¡No puede ser! ¿Y los entendidos en el asunto?
-¿Los hoteles, hostales, chinganas, huecos o los departamentos
alquilados por una semana, un mes o una temporada en grandes cadenas hoteleras
caletas, para no llamar la atención?
-¡No, Nooo… yo digo, cuál es la opinión de los periodistas o
comentaristas deportivos?
-¡la vaina es igualita! Un par de entradas, una encerrona o un
viajecito con la selección… ¡Se acabó, y punto!
Todo es producto de una componenda que aparece con el mismo juego en su
afán de conseguir mejores resultados, pero de la manera más fácil: prebendas,
compromisos, entregas, “echadas”, jugar con los resultados, apuestas; todo
aquello que se resume en ganancia entendida como dinero, poder y pasarla bien…
-Entonce… ta´mo jodido per saecula seculorum…
-Hay otro motivo que los entendidos no quieren tocar… ¡el miedo!
Miedo a perder amistades, aprecios, consideraciones y sobre todo, el
temor a hablar la verdad, con verdad y con argumentos que signifiquen
preparación, estudios, análisis, conclusiones y que se haga público: de los
entrenadores en general y los nacionales en particular.
-Pero… ¿acaso no está bien que los “grandes jugadores” se conviertan
en preparadores de los miles de deportistas en sus primeras etapas? Creo que es
lo más lógico y natural, ¿nooo?
-¡Tas loco, choche! Mientras no haya un preparación profesional y
científica en la formación de los futuros capacitadores, directores o
entrenadores, todo lo demás sigue siendo puro entusiasmo, aficionado o simple
amateurismo del más puro; es la principal razón para que existan cojos (patean
con un solo pie); buenos cabeceadores(de guita), y torpes (sin fundamentos), y lo
“más peor”, carentes de buenos principios, de profesionalización y dedicación…
-A ver, Presidente de la FPF, si me aseguras una entradita para ir a
Katar, cuenta con nuestros votos…
En el mismo sentido, todavía seguimos pensando que con un cursito o
taller de tres meses para ser ENTRENADOR es más que suficiente y que tal
preparación es para toda su vida está OK. Cuando ya se sabe que en cualquier PROFESIÓN
la capacitación es permanente y continua hasta la consumación de los siglos,
amén…
-¿O sea… que el Cursillo para entrenador que estoy llevando los
sábados, por dos horas, en solo tres meses, porque es super intensivo… no sirve
para nada?
-Para este nuestro medio, sí… Inclusive puedes llegar a se coach
de nuestra selección en el 2050… ¡Te aseguro… Dalo por hecho!
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