No quiero ser infidente, pero en una de las tantas instituciones públicas -que no deseo mencionar su acrónimo o sigla y solo diré que queda frente a la 13°Comisaría de Miraflores- por consideración y aprecio a mi choche Roberto, que sigue muy metido en la celebración de su quinquenio sabático; aunque finge desempeñarse como auxiliar 3ro. en el ramo de limpieza y, a quien le estuve enseñando a grabar por si ocurriera algo en su inicial afición registral. Este eximio aspirante a empleado público practicaba de seis de la mañana a diez de la noche; tanto que un día se olvidó de apagar su aparato dentro de la Gerencia General. Al día siguiente y saltando en una pata, en lugar de estar seriamente preocupado, me mostró lo increíble que había podido registrar con pelos y señales, versión 8D, su dichosa maquinita:
-Señorita Secretaria de la
Secretaria Auxiliar, ¡Llame a la titular de la Secretaría General!
-Está en su refri, señor Pendavis; digo, señor Polito; este… no,
estimadísimo señor gerente general…
-¡Pero… si recién estamos a las
diez y treinta de la mañana!
-Bueno, señor gerente, voy a llamar a mi asistente para que la ubique.
Pasada media hora:
-¿Dónde estabas, Pochita?
Seguramente, bandidita, como siempre, en la cafetería… metiéndote esos
chocolates de dos por medio… sabiendo que aquí está esperándote tu Toblerone de
50 soles… A ver Pochita, ven a tomar nota mi larga agenda para que me acompañes
este fin de semana; digo, la agenda para la próxima semana… Ven y toma siento
como siempre lo haces…
-¿Ya no están frías sus rodillas? Porque ayer parecía que estaba
montada sobre dos bloques de hielo, se me adormecieron las manos y la carta a
la Subgerenta de RR.PP. me salió muy fría, con mala mucha ortografía y al final,
terminé con un dolor en la garganta, a pesar que en esa zona estaba bien
abrigadita con toda la mini.
-¿Y los wiscachos que nos
empujamos no te sirvieron de nada, Pochi de mi corazón?
-Bueno, bueno… ¿quieres que te diga la verdad? Bueno, Polito, después
de dejar tu oficina, traté de arreglarme lo mejor posible; pero yo supongo que,
por efecto de los wisquicitos, me iba feliz con el calz…ado en la mano,
jugueteando como si fuera un abanico de seda… hasta que, primero me topé con la
desgraciada de tu Gerente de Compras, me miró horrorizada de abajo para arriba
y lanzó una maldición, solo atiné a entender lo último, dijo algo que termina
en …uta. Seguí caminando a mi oficina tratando de no tambalearme y al doblar
una equina, no sabes, ¿te imaginas con quién diablos me choqué? Con el Benito,
el chico de limpieza, pues, el que nos trae los refris y la cocas, ¿nooo?
Bueno, me saludó muy atento como siempre y me hizo notar que estaba haciendo
flamear mi bandera de guerra a todas luces. Le dije que era otra que la acababa
de lavar… Así que no te preocupes. ¡Don´t worry, babie!
-¡Pero Pochi, ¿cómo no voy a
preocuparme? ¿y las quinientas cámaras de seguridad que tenemos en todos los
pasadizos? A estas alturas somos la comidilla de todo el personal… sobre todo
del femenino… que son unas chismosas de la p…
-¡Ah, sapazo, eso es lo único que te preocupa!
-¡No, amor de mi vida, mi Pochi!
Pero si mañana sale la denuncia: …chau ropa, chau joyas y chau comilonas… hasta
chau auto que pensaba regalarte para tu cumple…
-¡No te preocupes, mi bebito… que ya arreglé esa cuestión de la
filmada!
-¡Y cómo lo has podido convencer
al Toribio, que es una mula para borrar…
-¡No te preocupes y confía en tu Pochita, que ya lo convencí al Tori! Más bien, no me vayas a decir que solo has podido comprarme un Camaro de tercera; ¡no! Yo quiero ese BMW descapotable y del año… mira que la próxima semana es mi diablo. ¡Hasta la vista, jefazo!
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