Que un hueso es un hueso, nadie lo duda; ¿pero un té de hueso de aguacate como remedio infalible? ¡Habría que verlo!
Resulta que a pesar de la pandemia que vivimos y por necesidades
biológicas de esta especie de tan rica y especial gastronomía y a causa de no
haber vuelto a degustar un poderoso Chupe de Camarones desde antes del Toque de
Queda; fue causa suficiente para ocasionar un jodido estado noico familiar y estando
a punto de cometer un suicidio colectivo
por las ganas acumuladas durante ese interminable lapso, por fin pudimos
conseguir 10 raciones del exquisito plato vía delíbery, pues ayer, que caía
domingo, fue el día apropiado para mandarnos, a las seis de la mañana, este
obligado y delirante menú. Lo cierto es que el mismo día por la noche, se había
desatado una réplica del Combate de Angamos en nuestras infladas panzas y para
media noche, estábamos disputando sitio para ocupar los contados baños de la
casa, pues ya estábamos a punto perder el estómago por lo suelto que estaba;
los intestinos, por los efectos de los restos desatados; y sobre todo, del
irritado Colon que descargó toda su furia con el delicado ano, dejándolo en la
serie de Los Intocables.
Personalmente creí encontrar una solución mandándome la siguiente
receta de la abuela que en paz debe descansar: 50 infusiones de carbón, media
docena de tunas, más dos jarros de cañihuaco y un molde de queso fresco encima;
además de cargar (ojo de cargar), mis dos rollos de papel en la mano, por siaca.
En tales incontenibles momentos, llamé a mi Compadre, El Chamán de Huaranguillo,
y desesperado le supliqué:
-¡Compita, estamos metidos en una gran inundación! Inclusive ya
hemos llamado a Sedapar… ¡Ayuda, por favor!
-¡Tranquilo, compa; ¿me puedes explicar qué diablos sucede? Porque
hasta aquí siento un tufillo a…
-¡Sí, compadre; efectivamente… El Chupe de Camarones de ayer nos
ha caído recontra mal… Estamos a punto de botar hasta las tripas… Nada nos para
este arrollador huayco de mermelada líquida, su fetidez que ahoga y el tener
que utilizar, por el momento, hasta periódicos enteros para limpiarnos la
vergüenza…
-¡No te preocupes! ¡Que la bendita naturaleza nos provee los
productos adecuados para la curación y sanación!
-Con tal que no me digas que cada quien tiene que beber té de
manzanilla a todo pasto, empujarse dos kilos de papas, además de dos plátanotes
bellacos recién arrancados de su mata, y luego…
-¡Nada de eso, compita! Aquí va lo último de la Medicina Alternativa:
¡Un hueso!
-¡Compadrito… ¿Creo que usted me quiere tomar de los cocos?
-Compa, con el mayor respeto posible y viendo que se le viene el
huayco… ¡Un hueso de aguacate es la solución!
-¿En cristiano, compa? ¿Usted cree que con una pepa de palta…?
¿No hay riego de… desgarro?
-¡Ahhh… usted cree que se la tiene que colocar… Allí, abajo… todita,
enterita… ¡Efectivamente! La tiene que colocar lavadita por una hora… ¡Y deje
de sudar compa! Que le iba a recetar un corcho de damajuana… pero eso es muy
viejo, además… ya no creo que le sirva de contención… Y lo peor, tendría que
hacerse cambio de anillos…
-¿Y cómo sé que dicha pepota es efectiva; además, debe doler un
huevo?
-¡Porque está recontra probada y comprobada su eficacia; para bajar
de peso, curar la hipertensión, desatorar el colon; acabar con la colitis o la
torrentosa lluvia de ideas venida por el otro lado. Es un eficaz antioxidante, reduce
el colesterol malo, baja el azúcar de la sangre; previene anomalías cardiacas,
controla el asma, mejora la circulación; favorece a los huesos y dientes. Rejuvenece
porque ayuda la producción del colágeno, desinflama la próstata, controla el
asma; es muy relajante y quita la acidez estomacal; es decir…
-¡Que es toda una panacea! ¿Y de dónde saco 10 paltas; porque
debe ser una pepota para cada uno, nooo?
-¡Ese es su problema, compita! Peor ahora, cuando el kilo está a 20
soles y como deben ser tamaño King Size…
-¿Y así nomás, a capela? Sin ningún relajante… ¿Como los meros
machos? ¿No puede ser solo la mitad?
-¡No! Enterita… Si no, no le hace efecto… y van a seguir
disputándose los turnos y comprando PH por camionadas…
-¡Yo prefiero acudir a la medicina convencional, Compa! ¡Prefiero
morir deshidratado… pero invicto!
-¡Era una bromita, Compa! Pues, usted, solo saca la pepota y la lava
bien; la hacer hervir en un litro de agua, la deja reposar; bebe un vaso de ese
té en ayunas y otro, antes de acostarse…
-Y yo que estaba pensando en utilizarla como supositorio…
-¡Allá usted y sus deseos reprimidos, Compa! Por el momento, yo estoy bien sanote y
practicando con cocos brasileños para la cura de las hemorroides…
-¡Provecho, compadre!
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