lunes, 6 de julio de 2020

DIYA DE MANTEL LARGO


Había transcurrido dos semanas desde ese domingo en el cual, reunida la familia entera en nuestra casa, todos habían sido convidados para festejar el santo de mi tata y que, por feliz coincidencia caía el lunes 6 ; mejor dicho, en ese próximo fin de semana. Mi madre y mis hermanos hicieron un repaso de los convidados “Pa´que no se les escape ninguno; sino, los enojos saltarían como conejos cimarrones”.

-¿Ya t´iabís enterau, nooo, hijito? Este domingo estamos de mantel largo… D´iaseguro, tuita la jamilla v´astar aquí; porque ya saben qu´enesta casa se come rico y se festeja mejor… Así que ya me mandau a´cer mi traje nuevo p´astar  bien pije ya´ver si conquisto algunas maltonas… Yo le comprau unos hermosos caucachos a tu tata… Y vos, ¿y´astás preparau? ¿Querís una telada nueva? ¿Y tu regalo?

-¡No te preocupes, abuelo Panchito! Que tu nieta preferida, la Marga, me ha vestido de pies a cabeza… ¿No ves que todo el mundo va a venir a vernos de arriba abajo, para poder tener de qué rajar luego? Creo que todos van a estar ´pa´mirarles la cara´… ¡No te confundas, que todo está listo!

-¡Creyo que sí… porque, sin querer, m´enterau que ya avisaron al compadre Juan de Dios Zegarra, El Mulo Prieto… El de Vítor, pueee… pa´que nos mande esos riquísimos camarones llotos, esas uvas italia y las cuatro cantarillas de vino… Mas creyo que tabién y´an pediu dos arrobas del chimbango de Uchumayo… ¡Sí, pueee… hijito, los festejos van estar más mejor que la Fiesta de la Cruz, Tatitoy…!

-¡Yo también creo que así será, porque mi mamita y mis hermanas, desde enero, han estado bordando un nuevo mantel blanco y muchas servilletas; mis hermanos mayores han comprado una mesota para el comedor y las bancas parecen de iglesia: grandotototas… Van a matar un borrego que está bien engordado y también hay un cuche maltoncito… Además dos docenas de cuyes padrillos ya están en capilla… Pero también han estado renegando…Parece que lo único que no han conseguido es el anisado; todo está listo para hacer la chicha dulce y del güiñapo, ni hablar, tenemos dos fanegas.

-¿Y del baile, qué sabís del baile? Porque e´nesta Tierra nos gusta remoler como trompos cucas y´al final, shempre, como cierre de fiesta: a levantarse las polleras y arremangarse los calzones pa´zamparse un feroz chancapapas… ¡Claro que empezáis cantando los sentius yaravíyes del Melgar y conforme se callentan los ánimos, chapáis una comadre y temandáis una pampeñita de rompe´yrraja, hasta que los caucachos se rompan y los candiles n´ualumbren…!

-¡Sí, abuelito; pero aparte de las dos guitarras que tenemos, mis hermanos creo que van a conseguir un aparato de esos que tocan discos… que tienen un perrito y hay que darle cuerda… Lo que no hay son los discos… que son para tocar otro tipo de música…  

-¡Maver…! ¿Qué quieren hacer estos coros? Sufishente con dos güenos cantores pa´legrar la fiesta… Vos verís que, con unos cuantos jarros de vino, más el chimbango, tuitos vamos a trinar como jílgueros. Sí, si, ya sé… Eso de la llamada vitrola o victrola es pa´los calas calzón sin forro… Nosotros debemos seguir remoliendo con la música de shempre; pero si tu tata quiere… “Allá vaya cada loco con su tema”. Yo, mientras, voy buscar mi fino Borsalino de paño.

Llegado el esperado domingo, parecía que también el sol se había levantado alegre y más temprano. Corriendo fui al establo de doña Julia Barreda para comprar la leche al pie de la vaca y hacerle su chocolate a mi tata; el pan de tres cachetes todavía estaba calientito y la larga mesa vestía sus mejores galas. Cada quien estaba en su lugar, vestido lo mejor posible para la ocasión. Mi abuelito Pancho estaba ocupando una de las cabeceras y todos, ansiosos, estábamos esperando que aparezca el dueño del santo. Y mi tata, como nunca, venía reciamente estirado; orgulloso y con una franca sonrisa de oreja a oreja. Los saludos y abrazos, junto con los buenos deseos nuestros no se hicieron esperar; las lágrimas de mi mamita y las de mis hermanas también se hicieron presentes y el abrazo de fondo era dado con el otro tronco más viejo, que se juntaron en un sentido apretón y ese palmoteo mutuo en el lomo, nos encendió el ánimo.

A eso de las once, con pleno sol, los parientes e invitados empezaron a caer y nos cobijamos bajo la sombra de unos robustos molles que teníamos al fondo, en la huerta. Para medio día, los buches y los toncoris ya estaban pidiendo más mote con trozos de queso fresco, tan solo como una simple entradita y, al rato, mi madre, invitó a todos pasar al comedor. En la interminable mesa, sentados, estaban todos los mayores; en las tres mesas contiguas, toda la tracalada de chicos y chicas maltones, las jóvenes mamás con sus wawas y nosotros, los coros.

Después de la comilona, esos guargëros habían secado las cantarillas de chicha dulce, aparecieron las botellas del anís Nájar y, al rato, no se hicieron esperarlos jarros de chimbango, Los rostros tomaban rojizos matices y las palmas y jaleos pedían parejas pa´romper el piso, con las alegres pampeñitas. Los ánimos subieron al tope y casi a media noche, la voz ronca de mi amado tata resongó:

-¡Tuitos vamos a bailar este alegre chancapapas! ¡Salgan a bailar todos… Sí, tuitos!

Hasta los ojos me bailaban de tanta emoción… porque esos ojitos verdes de mi prima danzaban con los míos y feliz esperaba, tomados de la mano, ¡que esa pampeña no acabe nunca! 

AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Borsalino: sombrero fino de paño; su marca
Buche: estómago en las aves; fig.
Cala calzón sin forro: para referirse a los citadinos
Candil: lamparín modesto hecho en una lata de leche, con kerosene y su mecha de tela o pita  
Cantarilla: vasija exagonal para guardar líquidos
Caucachos: zapatos
Chancapapas: huaynito
Chimbango: bebida tradicional hecha en base a higos
Lloto: camarón grande con tenazas inmensas
Pampeña: baile típico local parecido a la marinera
Pije: elegante, bien vestido
Rajar: comentar
Toncori: tráquea
Trompo Cuca: trompo saltarín.


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