lunes, 29 de junio de 2020

¿P´ANDE M´IAS JONDIAU MIS CAUCACHOS?


-¿Nadies han vido and´idejau mis queridos caucachos?

La voz estentórea del viejo resonaba por toda la casa y la verdad era que se sentía amargado por haberle “caído la nevada” esa fría mañana y ello hacía que sus ánimos estuviesen sumamente caldeados.

-¡Buenos días, abuelito Pancho! ¿Qué es lo que te pasa?

-¡D´iaseguro que poray s´ian trompezau con mis caucachos y me los han jondiau a la huerta gual techo, solo con el fin de joder la pasensha…Eso deben haber hecho los sajras de tus hermanos… Pero dejáme que los chape y les rompo el culo a zurriagazos… ¡Dende que mi levantau estoy patacala y ya tengo las patas como dos sillares congelaus…

-Pero… abuelito, ¿no te acuerdas dónde los has dejado?

-¡Ande shempre los sé dejar! ¡Ahí puesss… junto a mi catre! Por si hay temblor y…

-¡Para que duermas más rico! ¿Nooo?

-¡Juera d´iaquí, mocoso del diablo!  ¡Vos también te burláis de tu agüelo! ¡Yo me lavo las patas todas las noches! ¡No soy com´un coro que lúestoy catiandooo…

-¡No abuelito, solo lo hacía para que te rías un poco! Como está nublado y parece que ha caído la nevada…

-¿Tuaviya seguís jodiendo la pita? Maver… subíte al techo, diaseguro qu´estos badulaques…

-¡Sí, abuelito; aquí están! No te amargues… seguro los han puesto a horear…

-¡Y dale la mula al máiz! Pasáme también la gamela pa´lavarme en tu delante…

-Abuelito, ¿puedo darte un consejo para que te no suceda lo mismo otro día?

-¡Maver, hijito… ¿Cuá será?!

-Desde esta misma noche vas a tener que amarrar tus zapatos a la pata de tu catre… para que no se te escapen… ja, ja, ja.

-¡Bajá nomá, apuráteee! Qu´iapenas te chape, te´gua cascar el lomo a latigazos pa´que aprendáis a no burlarte de tu tata mayor… ¡Bajáteee nomá y verís lo qu´es rico!

Hacia media mañana el sol estaba radiante y mi abuelo ya estaba riéndose a carcajadas. Se quitó sus preciados zapatos, aunque rotos, eran parte de su vida. Se quitó el saco, se remangó los pantalones y buscó su sombrero huacali. Tomó una pala y gritó:

-¡Pepitooo, pepitooo, acompañaméee; voy a huaspiar algunas tabladas d´ialfalfa… ya no tenemos n´iun tantito… Vamos aver d´iande cachimos una brazada en la tarde; ¡Tenís qu´iacompañar a tu queriu tata!

Salimos por la parte de atrás de la casa y pronto cruzamos el puente de troncos que nos servía para pasar al otro lado del acequión; más allá estaba la torrentera que servía de límite para ascender a las grandes extensiones de sembríos cubiertos de verduras, trigo y alfalfa.

-¡Hijito, tenís que quitarte esos machuchos y´arremangarte los calzones pa´chimbar la lloclla. Luego, subimos pa´rriba hast´el bordo de las chacras del Macote y y´astamos en las tabladas… Mientras tanto, te gua hablar acerca del orden; porque tuaviya vos tenís metiu en la torocma que lo d´esta mañana es por mi desorden; ¡n´ues así! ¿Qué decís, vos, le metemos a la conversa?

-¡Claro, pue, abuelo Panchito; mientras le metemos diente a estos aurimelos y los blanquillos que he traído de la casa…

-¡Hombre precaviu, vale por dos! Güeno, güeno… s´iay una virtú muy importante pa´un hombre, esta es la que conocís bajo el nombre de orden; sí, el orden es una cualidá tan necesaria como l´ues la puntualidá.

-Pero eso no se aprende… cada quien sabe que hay que poner las cosas donde corresponden, ¿nooo?

-En tu caso, ya lo tenís estableciu, porque dende qu´eras una criatura, tú veíais cómo tu mamita colocaba tuita tu ropita ordenada en los pies de tu cuna; porque dende que te levantabas cada diya, teniyas que saludar al Tatito y a la Mamita de Chapi; luego, luego a tus tatas y las personas mayores; primero te poniyais la camisa, luego los calzones; tus medias y tus caucachos. Si teniyas que salir a comprar la leche y´el pan; a colocarse el poncho y tu sombrero. ¡Ya visss… primero es lo primero y después lo que viene… No podemos desayunar en la noche o merendar por la mañanita…

-Pero, entonces… Solo es cuestión de costumbre ¿nooo?

-¡No, m´ijo! En el hombre, es una cuestión de necesidá. Dende qu´iaparecimos sobr´esta tierra, aprendimos que shempre hay un antes y un después; cada diya, primero sale el sol y por la tarde s´escuende; com´uesta fruta, si está verde es chuma, pero a su tiempo, ya madura es dulce como la miel. El orden es uno de los principios que nos hizo gentes; es lo que nos hace personas. Mientras tengáis más orden en lo qu´iacís, mejores resultados tendrís… Si vos ponís las cosas en su sitio, entonce…

-¡Se te pierden los zapatos!

-¡Creyo que recién t´iacayiu la nevada! ¡Estáis más terco que una mula, hijito!

AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz.

Badulaque: ocioso, vago

Brazada: todo aquello que se abarca con ambos brazos

Cachir: arrancar alfalfa con las manos

Cascar: pelar; quitar la carne a un hueso con los dientes

Catiar: ver, avistar; percibir

Caucachos: zapatos corrientes, gastados pero muy cómodos

Chuma: sin sabor, soso

Huaspiar: atisbar, observar sigilosamente

Huacali: sombrero de ala ancha

Jondiar: lanzar, arrojar con una honda; meter,

Nevada: susceptible estado de ánimo del arequipeño cuando el cielo está nublado

Sajra: diablo, diablillo; juguetón, mataperro

Tablada: chacra o chacras sembradas con el mismo producto


 


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