-Benitooo… hijito, ¿alguna vez te´idicho que
no debís tener miedo a nada?
-¡A cada rato! Perooo… ¡No se puede, abuelitooo!
-Creyó qu´emiquivocau… Dende shempre, mi tata
y´el tata de mi tata, me deciyan lo mismo. Y´esquel miedo, es algo del momento
ya´y te quedáis, sosprendiu y tieso com´un ratón cuando se le zampa de pronto
un gato y se queda clavau e´nel sitio sin poder mover n´iuna pestaña siquiera;
porque a´listante se lo zampa; si pueee… el miedo es algo propio de tuitos los
seres que tienen ojos… y´ablando del diablo, te gua contar d´ialgo que shempre
nos ha catatau mucho miedo…
E´nesta hermosa Tierra Santa… ash´el mes de
dishembre, pocas veces ha dejau de llover. Cada 24 por la noche, nos cayía güenas
rociadas y´esto duraba hasta tres meses, por´eso shempre s´escuchaba decir: “Enero,
poco; febrero, loco y marzo, poc´ua poco”.
-¿Abuelito, y solo por llover tanto se
asustaban? Si ahora también llueve bien fuerte y no…
-¡N´uera por la lluvia… era por algo que de
solo escuchar a lo lejos que veniya bajando dende más arriba de las Pampas de
Polanco, pareciba qu´iba catatando en sus negras aguas, un tropel de chanchos,
vacas, ovejas, gallinas, conejos y´otros tantos animales; pero lo más tenebroso
era la cantidad de barro jediondo y muy konchoso qu´iarrastraba en s´uavenida,
jondiando como plumas e´nel viento tuitos los puentes hechos con troncos
d´iucalicto y que se los catataba como… papelitos y dende las chacras Chilina y´el
Barrio de San Lázaro, los peyones, los camayos y los vecinos, asentados junto a
la brava torrentera bajaban gritando, como locos: la llocllaaa… ¡Cuidau con la
lloclla, vecinos! La lloclla, ha dentrau la lloclla. Est´alvertensha era más
que sufishente pa´que la poblashón entera acudiera pa´sistir a tuitas las
jamillas qu´iabiyan sido destrozadas por esa inmensas oleadas d´iagua que
destruyían tuito a su paso.
-¿Y eso daba miedo?
-¡Caray, caray, m´ijo! ¡No l´uas viviu…
po´reso no sabís del miedo que daba l´entrada de la lloclla! Puesss…
generalmente las torrentes de lodo s´entraba a las casas y catataba tuito lo
qu´encontraba, personas, animales y cosas… Luego, luego, podiyan contarse
heridos y muertos al diya siguiente y´además, tuitos los sobrevivientes se
quedaban en la calle… Solo con la ropita de su cuerpo… D´iallí qu´iapenas
escuchabais gritar, la lloclla, vecinos; t´entraba una tersiana que t´iasiya
meyar de miedo y si además escuchabais el soniu de las inmensas piedras que
jalaba y tuito lo que catataba, y´estariyas patitas pa´qué te quiero… Temblando
com´una rama de sauce removida por el viento d´iagosto. Ese mismo diya por la
tarde, se teniya que sacar en procesión a la Mamita de Chapi pa´que l´encargue
a su wawa que no se meye tanto en su tierra.
-¿Y solamente entraba la torrentera una sola vez
al año, abuelito?
-¡No! Desgrashadamente no, porque podiya
entrar tantas veces como alluviones cayga en la ciudá.
¿Y qué hacía la gente para no sentir miedo?
-¡Aquí va lo más principal, hijito! Cuando
tenís algo que n´uas visto, oyiu o presentiu… tenís miedo. El miedo es cosa natural;
todos sentimos miedo y´esto te puede costar la vida; pero s´iaprendís a
dominarlo, no t´iará tanto daño.
-Entonces… ¿cómo lo puedo dominar?
-¡Maver, hijito! Shempre podís sentir miedo…
pero si en ese momento, te sobreponís y pensáis en otra cosa… por encima de lo
qu´estáis chirguando uescuchando, eso t´iará más juerte y podráis responder de
la mejor manera o sabráis qu´iacer en el momento. ¡No t´iolvidís! Teng´otro cuento
pa´ti. Pará bien las oréjasss… Habiya una feroz bruja allá por los pagos escondius
y tenebrosos de Huaranguillo…
-¡Abuelito, Pancho… mejor me lo cuentas mañana!
-¿Creyo que vos y´astáis temblando co´mun
pollo mojau? Acordateee… de mis palabras; son encargos que me permito
jondearlos pa´que te sirvan d´esperensha… y mañana, más tarde, te sirvan pa´que
sepaís cómo responder o contestar como Dios manda y no tengáis tantito
problema.
Bueno, bueno… Creo que todavía es temprano…
¡Dale al cuento!
-Mejor, quitáte esas ideyas de la bruja mala
de Huaranguillo… que solo son cuentos. ¡Persináte, hijito… ¡Y´asta mañana, que
gua trayer una cacha pa´matar a tuitas la brujas y ya no tengáis miedo!
AREQUIPEÑISMOS: Basado en el Diccionario de
Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz
Cacha: honda, resortera
Camayo: el hombre que riega
Catatar, catatau: llevar, arrastrar; llevado
Chirguando: llorando
Concho: lo que asienta en un líquido
Dende: desde
Jamilla: familia
Jediondo: hediondo, que apesta
Jondear: lanzar algo con una honda
Lloclla: torrentera
Peyón: peón, obrero, pastor
Tersiana: fiebre costeña acompañada de fuertes
temblores
Ucalicto: eucalipto
No hay comentarios.:
Publicar un comentario