Mi muy querido y respetado Señor
Alcalde de Villa Eléctrica:
Le hago llegar educadamente esta
decimotercera misiva en la seguridad que sobran razones para que esta vez sí la
lea y, sobre todo, le dé una respuesta inmediata.
En primer lugar, notará usted que
he cambiado el nombre de la ciudad porque ahora son tantos los focos rojos que
están prendidos día y noche, por doquiera que vaya; que, por lo mismo, ha
logrado despertar encendidas pasiones en los varones y maldiciones extremas en
sus mujeres.
Ahora entiendo el por qué hasta
la fecha (diez meses, trece días y diez horas), no me has enviado la Resolución
Municipal nombrándome como Teniente Alcalde y que iba a estar encargado de
cerrar los bares, cantinas, hoteles, hostales, casas de cita, burdeles y demás
huecos de este gigantesco circo, porque tiene pánico que vaya a tocar la puerta
de la Tía Pocha, la Tía Zoila y la Tía Concha, que lo consideran un hijo
putativo y, ante el intento de tapiar sus locales, van a rezar encendidos rosarios
a cada madre que nos parió.
No es posible, mi estimado, que
casi a un año de su gestión edil, no se acuerde de este su compañero de carpeta
quien lo acompañó desde la primaria hasta la universidad y que, gracias a que
yo era el único que estudiaba y luego le pasaba los plagios, los ejercicios y
las tareas, se pudo graduar de abogado en Derecho y que, durante esos casi 20
años, a cambio, me pasaba toda la lonchera, y me traía regalos dependiendo del
examen. Además, que cada que hemos celebrado una aprobación suya, el papeo y el
trago (puro rascabuches) corría por cuenta de la casa; es decir, usted; y que,
por esa ausencia permanente de lonchera, estando chato, más que de costumbre,
me achacabas el no haber crecido ni física ni intelectualmente; quedándote en
el 1.20m de retacería.
Por todo esto y mucho más, en
verdad te digo, oye enano de porquería, que ya fui lo suficiente paciente
contigo; por lo tanto, en el término de la distancia me envías la Resolución
con mi nuevo cargo… o te atienes a las consecuencias, porque he tomado las
siguientes decisiones:
a) Te
quito la escalera que utilizas para subir y poder sentarte en el sillón
municipal, justo en plena ceremonia por el Día de Difuntos o caso contrario, te
dejo allí por una semana completa, con los pies colgando a un metro del piso.
b) Hago
público en todas las redes sociales que tu esforzada y elaborada preparación de
los discursos: 1) siempre me encargas su redacción completa y todavía quieres
corregirme la sintaxis, cuando no sabes ni siquiera qué es eso; 2) a pesar que los repites oralmente por toda una
noche, no asimilas, porque allí el espesor del cráneo no permite meterte ideas
ni con cincel; c) sigues utilizando una grabación solapa conectada vía wi-fi, y
solo haces mímica; por eso tu fiel secretaria, tiene que llevar el parlante caleta metido en
las alforjas que tiene por bolsillos traseros.
c) Finalmente,
y como última opción para subsanar este “inocente impase”, te recuerdo, pequeño
saltamontes (todavía sigo condescendiente) acabo de recibir un fonazo desde
Camaná City y las niñas de Las Diosas nos invitan para este fin de semana; ya
sabes, mientras continúe la espera, sigues ocupándote de los gastos… sino, oye
hijo de la guayaba, puedes ir alistando maletas para irte a la misma parte
donde se fue la cerda antes que te muerda y terminaras en la misma m…
Sin otro
pedido de exigencia en el cumplimiento de tus promesas electorales y más que
todo, pensando que este texto puede ser colgado en el Face de la Municipalidad
y al día siguiente quisieras desaparecer completamente del parque infantil que
tienes por casa, me despido con el mayor de los afectos. Recibe un cariñoso
saludo de nuestras tías y no te olvides de este compañero que tiene entre manos,
el rollo de fotos que acreditan todo lo que digo en esta misiva.
Tu fiel
condiscípulo:
Perico del Palote
Futuro
Teniente Alcalde
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