domingo, 18 de agosto de 2019

MI BURRO ECHOR



Recuerdo muy tantito que seriya más o menos las cinc´ue la mañana, porque solo habiya escuchau cuatro campanazos venius dende la catedral. Casi no sentiya friyo pero mis manos estaban bien heladas como si les hubiera cayiu carámbano*. Iba un tanto apurau porque teniya que sacar a mi Marianito, aquel burro imenso* tuito blanco como las ñeves del Misti y que dende maltón jue mi caballo preferiu. Tuaviya habiya poca luz, pero seguiya tacpiando* en ese largo sendero empedrau qu´iba derechito hasta el mismo corral. Hacia mi lau derecho habiya largos  montones de lindas gallinitas* floriando hast´ese mantón verde estendiu* qu´iacolpachaba* amorosamente las matas del Texau* bordiando este largo corredor; hacia el izquierdo, varias conejeras de cuyes con cututos* blancos, negros, cafeyes y pintos; más allacito, los largos gallineros revoltosos, and´el gallo mayor dejaba entonar su himno madrugador, canto que saludaba tuita la mañana. Más al jondo estaban los inmensos chiqueros de los cuches, cercados con purito sillar pircau*. Pronto y´estaba en el corral del ganau, ande destacaba m´iermoso y grandote caballo molestando a sus cotimbiantes* hembras; así era el famoso padrillo del Fabio Paderes como deciyan las gentes de la ciudá.
El diya anterior, mientras tomamos desayuno, mi tata* m´encargó llevarlo al corral del Compadre Juan de Dios Bernedo en Yarabamba pa´servir* como se debe a sus burras, pues y´astaban enceladas*. D´iasegurito, pa´l medio diya y´astaría por allí. Antecitos de salir, solo alcancé a tomar un jarro de leche y me llené los bolsillos con harto tostau y dos chugas de chancaca. Cogí el sombrero huacali y trote, trote, me jui corriendo montau en mi mañoso padrillo.
Justamente, casi al medio diya llegué hasta las chacras de Yarabamba llenitas d´ialfalfa, de lacayote y calabaza. Apenas m´iacerqué a la casa, unos ladridos salleron a darme el recibimiento. Dispués salló el compadre, su´esposa y´una tracalada* de ccoros* juguetones. Si´nembargo, algo faltaba. Me sacaron un caporal* de chicha y de dos sorbos me lo sequé hashendo tronar el toncori*.
-¿Estarís de much´ambre, nooo? Ya sabiyamos qu´ibas a venir… por eso h´ipreparau un rico chupe de camarones con su rocoto relleno… ¡Vamos p´al comedor! –Mandó la comadre-
Ye en esa larga mesa cubierta con un lindo mantel a cuadritos de colores pudimos servirnos el rico almuerzo… Estaba pa´zamparme d´iun bocau medio rocoto, cuando, frente a mi lugar, estaba l´hermosa maltona de la Benita más linda que nunca. Su´ermano menor, qu´era muy trejo*, le increpó en plena mesa:
-Beni, ¿por qué t´ias puesto ese vestido de fiesta, ahhh?
La sosprendida ccora se puso coloradita y no supo and´escuenderse. La doña de la casa, viendo la turbashón de su hijita, replicó:
-¿A quién l´iaumento un rocotito más? ¡Esta cosa está pa´lamberse los dedos!
Al rato, juimos a visitar las tabladas* de maiz listos pa´calchar*, junto con el compadre y su engreyida. Ya en los maizales, chupamos varios huiros rajachos* y´el compadre resongó:
-¡Ladrones de mierda, s´ian tirau unas güenas brazadas de choclos… d´iallí, de la cabecera! ¡Esta tarde misma, voy a levantar una chuclla* pa´cuidar estos topos que y´astán listos!
Y nosotros dos, regresamos riyendo muy alegres hasta la casa. Comimos por la noche y nos juimos a dormir. Yo, con el corazón saltando como nunc a d´ialegriya hasta que cayí co´mun costal de papas en ese catre de palos y l´uice tronar com´una sarta de cuetes.
Y´iba a pescar el sueño, feliz de la vida, pero estaba en cama ajena… Cuando, de pronto, sentí que muy despacito s´iabriya la puerta. Me senté, sobresaltau, y´esa rendija s´iabriya más y más. Una sombra tras el candil* reíya maliciosamente y s´ialejó trote, trote hasta perderse en la oscuridá. Solo podiya haber una posibilidá: ser la hija del compadre quien m´estaba huaspiando. Entusiasmau, me levanté del catre de palos, boté a un lau las frezadas y salí patacala, despacito, sin hacer ruido. Mas habiya una dificultá: teniya que cruzar por el dormitorio de los compadres. En ese instante, unos ladridos cortos m´icieron asustar: era el Chogni que detrás de la puerta grande del patio m´esperaba alegre. Recobré la vida y huaspié* el catre donde dormiyan los tatas y´allí hubo un movimiento rápido después de los ladridos y yo me dije: ya me chaparon yún sudor friyo m´ianegaba tuito el cuerpo y por poco se me cayen los pantalones; pero esa ccora s´iabiya metiu en mi torocma* y´en mi corazón: creyo qu´ella me lleva como cinco dedos, más es linda la caroza*, ojos inmensos como dos luceros y sus trenzas que pareciban d´ioro; no podiya perder esa chance. Dispués de tanto susto la pude ver que trote, trote s´iba por el corredor. Ya en el patio, pareciba de díya porque la luz de luna nos alumbraba clarito. Por un momento se me perdió y no supe q´uiacer. En eso, detrás miyo sentí esa risita pura y maliciosa. M´iacerqué y´esos dos luceros m´iatravezaban de lau a lau. La tomé entre mis brazos le di su primer beso bajo un molle qu´iofreciya un fresco y´agradable aroma y´ahora pareciba cargar sus racimos de plata. Nunca jui más feliz y creyo qu´ella también. Así estuvimos abrazados un güen rato. Suavemente bajó sus delgados brazos, me miró como nunca, no sé d´iande sacó una sonrisa que por poco me deja helau en el sitio.
-Solo unito más…
Acercó delicadamente sus hermosos labios y nos fundimos en un interminable beso.
-¡Di´aseguro que nos vemos en las Fiestas del Corazón de Jesús…!
Y s´ialejó brincando de felicidá… hashéndome adiós con su linda manita…
DICCIONARIO LONKO: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz
Acolpachar: arrejuntar, juntar, incluir.
Calchar: segar, cortar.
Candil: recipiente rústico de lata para alumbrar.
Caporal: vaso grande de chicha de jora.
Carambano: (carámbano) pedazo de hielo punteagudo.
Caroso(a): persona de color blanco y rubio. Colorado.
Ccoro (a): pequeño(a)
Cotimbiar: retozar, corcovear.
Cututo: cuy macho, generalmente padrillo.
Chancaca: trozos sólidos de melaza.
Chogni: legañoso.
Chuclla: pequeña casita improvisada para cuidar los sembríos maduros.
Chuga: pieza de melaza moldeada.
Dende: desde.
D´iasegurito: con seguridad.
Echor: burro grande especial para ser padrillo.
Encelada: hembra predispuesta.
Estendiu: extendido.
Gallinita: la flor roja y naranjada del Texao, emblema de Arequipa.
Huacali: sombrero de ala ancha.
Huaspiar: atisbar.
Huiro: trozo del tallo del maíz maduro que es muy dulce.
Imenso: inmenso.
Maltón(a): joven adolescente, núbil.
Mariano: voz con la que generalmente se llamaba a las personas torpes o burras.
Pircau: pircado, sobrepuesto.
Rajacho: rajado.
Servir: pisar, hacer montar a una hembra para
Tablada: conjunto de chacras sembradas con lo mismo.
Tacpiar: andar dificultosamente debido a los zapatos gastados de los talones.
Tata: padre.
Texao: planta y flor heráldica de Arequipa.
Toncori: percuezo, garganta, tráquea.
Topo: medida antigua de terrenos agrarios.
Tostau: tostado, granos de maíz secos y asados. Canchita..
Tracalada: conjunto, una serie, varios.
Trejo: avispado, vivo, (pilas).
Trote, trote: apurado.




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