Hace pocas horas, la comunidad
educativa nacional se ha visto conmocionada, casi hasta las lágrimas de
cocodrilo, por la espantosa e inhumana medida adoptada por un docente de EBR,
quien tuvo el “atrevimiento desnaturalizado” de castigar físicamente a 18
alumnos por no cumplir con sus tareas.
-Juanito, choche, ¡Préstame tu tarea para copiarme y poderla presentar
al profe!
-¿Tarea? ¿qué es eso? Desde comienzo de año que yo no presento… estoy
enfermito y mi papi no quiere que haga esfuerzos fuera de la escuela; así que…
si me vuelve a pedir… !me voy a quejar a la defensoría; porque al director de
la escuela ni siquiera lo conozco!
Al margen de los alarmantes
comentarios propalados por los “enterados” comunicadores sociales a través de
todos los medios disponibles, pues apenas se descubrió el magnicidio escolar,
se viralizó para satisfacción de la prensa amarilla y de la otra:
-“El malvado docente los castigó con una varilla de fierro de 5/8…”
-“Fueron nalgadas públicas y con una vara de dos metros…”
-“Ese malvado docente merece todo el castigo de la ley… diez años de
prisión, por lo menos…”
Mas como siempre, las cargadas
especulaciones de los entendidos comentaristas solo siguen buscando el exacerbar
ánimos colectivos para crear falsas expectativas y con ello, conseguir mayores éxitos
comerciales: raiting, ventas y ganancias.
Es decir, aquello que critican es
la aplicación del castigo en sí; y para darle solución a esta falla didáctica
se exige hacerlo mediante otro castigo. Entonces, seguimos creyendo que el mal
de la rabia canina se soluciona matando al portador de la misma:
-“¡Invocamos a la autoridad educativa, a la ministra de educación, al
poder jodicial, al gerente regional de educación, al defensor del pueblo… a la
policía, al ejército, a la marina y la aviación que lo castiguen y le apliquen
todo el peso de la ley…”
Luego, esta singular forma de
solucionar “técnicamente” la problemática educativa en general y la didáctica
en particular, se debe seguir las acertadas propuestas de los medios de
comunicación: ¡y muerto el perro, se acabó la rabia!
Pero la trasnochada forma de conducir
el decimonónico sistema educativo nuestro sigue igual, tanto así que la rutina
mental de sus autoridades permanece enquistada y apoltronada en el MINEDU; desde
la misma ministra hasta los directores y profesores de aula que, con absoluta
seguridad, son incapaces de poder responder:
a) ¿A
qué se debe que todavía continúe esta acción disciplinaria física o psicológica
(a través de un reforzamiento negativo)?
b) ¿Se
ha reglamentado en cada centro educativo las inconductas o faltas escolares?
¿Son conocidas tanto por el alumno como el docente? ¿cuáles son las estadísticas?
c) ¿Las
autoridades de la UGEL, directores y docentes de aula han sido actualizados en
el actual aporte de las neurociencias en la tarea educativa? ¿cuándo?
¿cronogramas? ¿evaluación de las capacitaciones?
d) ¿Cuál
es la opinión técnica de los profesores sobre las tareas escolares y los
exámenes?
e) ¿Están
en capacidad de poder enseñar las técnicas de relajación y concentración?
f)
¿Están determinados los estilos de aprendizaje,
previos a cualquier actividad docente?
g) ¿Saben
cómo usar los superenlaces en los diversos tipos de aprendizaje?
h) Y
el SUTEP, ¿qué ha dicho al respecto?
Finalmente, creemos sinceramente
que el magisterio nacional sigue estando lejos de la investigación o de la
consulta permanente; que nos hemos quedado en el simple cumplimiento documentario,
en la copia permanente de las programaciones y que mayor culpa tienen las
obsoletas y desacreditadas autoridades del MINEDU, que llega hasta los
directores de los CC.EE. Y que siguiendo la misma política merecen ser
sancionados por ser los causantes directos de la postergación social y
económica del país y que vamos a seguir con la serie de taras y deficiencias
pedagógicas; por lo tanto, también se hacen acreedores a un castigo.
-¿Y cuál sería la sanción más apropiada que corresponda a la falta de
presentación secular de sus tareas de actualización y mejoramiento para nuestro
sistema educativo?
-Empezando por la ministra de educación y sus secuaces, colocarlos en
short o si prefieren en bikini, en pleno Parque Universitario para que sean
azotados en las piernas por sus adláteres, los comunicadores sociales (a la
usanza actual del magisterio); a no ser que prefieran recibirlo en plenos
cachetes!
“El castigo en
cualquiera de sus tipos es una forma de violencia contra los alumnos, por lo
tanto, no deben ser aceptados socialmente, el reto es trabajar en conjunto para
eliminar la violencia en las instituciones educativas en cualquiera de sus
formas.”
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