martes, 21 de mayo de 2019

¡JALADOS!



No es para reírse de las burradas ajenas, pero en esta viña del diablo se siguen dando tantas estupideces juntas que, seguramente, mi estimado, por la simple lectura de este título, al toque, se te han venido; mejor dicho, has podido imaginarte:
a)       Que este post estaría dirigido hacia un grupo de ´jaladitos´ integrante de la “billonaria colonia china” que en nuestro inteligente medio involucra a chinos de China, ponjas, taiwaneses, tibetanos, mongoles, kasajos o manchúes y cualquier otlo hijo le la guayaba que sea un pellejo a control remoto, color amarillo ictericia, con los pómulos hundidos, nariz chata, pelo como trinches y su infaltable par de alcancías que los mantiene como eternos viejos miopes mirando al sol;
b)      A los millones de venecos que sirven de jaladores en los diversos mercados de frutas, de telas o de aguantados parroquianos; haciendo su chamba con tal ahínco y responsabilidad que hoy en día siempre lo consiguen; si los clientes llegan vivos, mejor;
c)       A los clásicos “burros”, a los desaprobados en los exámenes, a los eternos estudiantes para idiotas, quienes no logran sacar del calcetín aquel plagio salvador a tiempo, porque las perras están con hidrofobia en máximo grado y son altamente delatoras; o aquellos plagiadores prematuros, caseritos del delirio de persecución, bloqueados hasta perder el control total de sus esfínteres por no lograr aprender el password para comunicarse con sus secuaces del mundo exterior.
Pues No, este caso no queremos referirnos al eminente ciento de magistrados postulantes al Concurso para elegir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, donde, de los 113 postulantes asistentes solo cuatro (04 aunque usted no lo crea), aprobaron el examen escrito, aún después de haberse enterado de los contenidos y áreas del Derecho por evaluar. Y la verdad que este hecho no es para morirse de risa como una hiena después de zamparse a su trampa; tampoco, para ponerse a llorar a moco tendido… ¡dado que eran los resultados esperados!
-¿Cómo, cómo? ¿ha meditado sobre esta última afirmación, my dear boss? Es muy temeraria… ¿Acaso ya se sabía de antemano que… eran unas buenas bestias?
-¡Of course! Digo, por las otras, las encargadas de la formulación del concurso: estructura, contenidos, áreas, %; tipo de pregunta, alternativas y validación de la misma. Todo lo cual solo confirma una vez más que didácticamente permanecemos en el SXIX…
-Entonces… ¿ha sido otro disparo al aire? ¿Acaso la Comisión Especial no tiene profesionales docentes en sus respectivas áreas? ¿Cuál es la verdad de esta mermelada?
-Mira, mi docto choche, parece que el presidente del TC, al ver los resultados sufrió un derrame cerebral después de exclamar en plena UNI: ¡Qué tales animales! Ante ello, el defensor del populorum y uno de los rectores comentaron: -Pero… Si ellos son lo mejor de lo mejor…
Y ¡blummm! Antes de caer desplomado, cual una pila de expedientes, únicamente atinó a rasgarse su impecable Versace y solo pudo clamar a los cielos:
¡Me refiero a los animales que imprimieron las pruebas… han copiado las mismas pruebas utilizadas para tomar los exámenes de fin de carrera a los egresados de las universidades… con razón estas mulas… ¡Vámonos al Larco Herrera!
Pero en verdad, mi versado choche del alma, lo criticable debe ser dos cosas: los exámenes programados y su correspondientes pruebas o formas de selección. Primero, seguimos con los exámenes tradicionales y solo para medir memorismo; por lo mismo, no habrá una real evaluación a los postulantes conforme a los objetivos, fines y metas planteadas; más aún, si se trata de apreciar cualidades en profesionales del Derecho cuya función es de eminente capacidad para proponer y nombrar autoridades que ejerzan una justicia real, concreta y “justa”, gracias a sus cualidades, bondades éticas y del dominio profesional de la especialidad en menor grado.
-En suma, mi estimado faro de luz, ¿estamos con la soga al cuello en cuanto exámenes?
-¡Tú lo has dicho, Peter! Seguimos aplicando exámenes para medir conocimientos a un candidato, postulante o alumno, porque no queremos cambiar el chip; nos cuesta mucho seguir aprendiendo, investigando para proponer nuevas alternativas…
-Bueno, choche, en serio, ¿cuál es la solución? ¿O tan solo esta es una simple crítica al sistema caduco, obsoleto y trasnochado que sigue vigente en la mente de las coimisiones?
-¡Naranjas! Mi querido licenciado; las universidades, los colegios profesionales, los sindicatos y todas las organizaciones sociales deben hacer diez propuestas cada una, para elegir aquellas personas que cuenten con mayor integridad, formación y capacidad moral; y de allí, con la mayor transparencia posible, escoger los catorce representantes que nos aseguren una mejor calidad de jueces y vocales.
-¡Ta´ pero si es tan fácil como robarle los huevos a una águila!
-¡Guarda, guarda, primo! Que hay mucha ropa tendida…


No hay comentarios.:

Publicar un comentario