No es para reírse de las burradas
ajenas, pero en esta viña del diablo se siguen dando tantas estupideces juntas
que, seguramente, mi estimado, por la simple lectura de este título, al toque,
se te han venido; mejor dicho, has podido imaginarte:
a)
Que este post estaría dirigido hacia un grupo de
´jaladitos´ integrante de la “billonaria colonia china” que en nuestro
inteligente medio involucra a chinos de China, ponjas, taiwaneses, tibetanos,
mongoles, kasajos o manchúes y cualquier otlo hijo le la guayaba que sea un
pellejo a control remoto, color amarillo ictericia, con los pómulos hundidos, nariz
chata, pelo como trinches y su infaltable par de alcancías que los mantiene
como eternos viejos miopes mirando al sol;
b)
A los millones de venecos que sirven de
jaladores en los diversos mercados de frutas, de telas o de aguantados
parroquianos; haciendo su chamba con tal ahínco y responsabilidad que hoy en
día siempre lo consiguen; si los clientes llegan vivos, mejor;
c)
A los clásicos “burros”, a los desaprobados en
los exámenes, a los eternos estudiantes para idiotas, quienes no logran sacar
del calcetín aquel plagio salvador a tiempo, porque las perras están con
hidrofobia en máximo grado y son altamente delatoras; o aquellos plagiadores
prematuros, caseritos del delirio de persecución, bloqueados hasta perder el
control total de sus esfínteres por no lograr aprender el password para
comunicarse con sus secuaces del mundo exterior.
Pues No, este caso no queremos
referirnos al eminente ciento de magistrados postulantes al Concurso para
elegir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, donde, de los 113
postulantes asistentes solo cuatro (04 aunque usted no lo crea), aprobaron el
examen escrito, aún después de haberse enterado de los contenidos y áreas del
Derecho por evaluar. Y la verdad que este hecho no es para morirse de risa como
una hiena después de zamparse a su trampa; tampoco, para ponerse a llorar a
moco tendido… ¡dado que eran los resultados esperados!
-¿Cómo, cómo? ¿ha meditado sobre esta última afirmación, my dear boss?
Es muy temeraria… ¿Acaso ya se sabía de antemano que… eran unas buenas bestias?
-¡Of course! Digo, por las otras,
las encargadas de la formulación del concurso: estructura, contenidos, áreas,
%; tipo de pregunta, alternativas y validación de la misma. Todo lo cual solo
confirma una vez más que didácticamente permanecemos en el SXIX…
-Entonces… ¿ha sido otro disparo al aire? ¿Acaso la Comisión Especial
no tiene profesionales docentes en sus respectivas áreas? ¿Cuál es la verdad de
esta mermelada?
-Mira, mi docto choche, parece
que el presidente del TC, al ver los resultados sufrió un derrame cerebral
después de exclamar en plena UNI: ¡Qué tales animales! Ante ello, el defensor
del populorum y uno de los rectores comentaron: -Pero… Si ellos son lo mejor de
lo mejor…
Y ¡blummm! Antes de caer desplomado,
cual una pila de expedientes, únicamente atinó a rasgarse su impecable Versace
y solo pudo clamar a los cielos:
¡Me refiero a los animales que imprimieron las pruebas… han copiado las
mismas pruebas utilizadas para tomar los exámenes de fin de carrera a los
egresados de las universidades… con razón estas mulas… ¡Vámonos al Larco
Herrera!
Pero en verdad, mi versado choche
del alma, lo criticable debe ser dos cosas: los exámenes programados y su
correspondientes pruebas o formas de selección. Primero, seguimos con los
exámenes tradicionales y solo para medir memorismo; por lo mismo, no habrá una
real evaluación a los postulantes conforme a los objetivos, fines y metas
planteadas; más aún, si se trata de apreciar cualidades en profesionales del
Derecho cuya función es de eminente capacidad para proponer y nombrar autoridades
que ejerzan una justicia real, concreta y “justa”, gracias a sus cualidades,
bondades éticas y del dominio profesional de la especialidad en menor grado.
-En suma, mi estimado faro de luz, ¿estamos con la soga al cuello en
cuanto exámenes?
-¡Tú lo has dicho, Peter!
Seguimos aplicando exámenes para medir conocimientos a un candidato, postulante
o alumno, porque no queremos cambiar el chip; nos cuesta mucho seguir
aprendiendo, investigando para proponer nuevas alternativas…
-Bueno, choche, en serio, ¿cuál es la solución? ¿O tan solo esta es una
simple crítica al sistema caduco, obsoleto y trasnochado que sigue vigente en
la mente de las coimisiones?
-¡Naranjas! Mi querido
licenciado; las universidades, los colegios profesionales, los sindicatos y
todas las organizaciones sociales deben hacer diez propuestas cada una, para elegir
aquellas personas que cuenten con mayor integridad, formación y capacidad
moral; y de allí, con la mayor transparencia posible, escoger los catorce
representantes que nos aseguren una mejor calidad de jueces y vocales.
-¡Ta´ pero si es tan fácil como robarle los huevos a una águila!
-¡Guarda, guarda, primo! Que hay
mucha ropa tendida…
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