Cada vez que hemos levantado la
voz contra los “vecinos del sur”, al toque, aparecieron mil voces indignadas de
los vecinos del norte, tildándonos de enarbolar falsos nacionalismos,
patrioterismos extemporáneos o ser portadores de una marcada xenofobia que no
van en los tiempos actuales y que, por el contrario, deberíamos luchar por una
coexistencia pacífica; haciendo que aquellos judas y fariseos, “al tiro”, sigan
relamiéndose por sus estudiadas imposiciones, consabidas arbitrariedades, amén
del creciente asalto comercial y simplemente “se mojaron el potito poh”, y nos
mean hasta en la cara cada vez que se trata de meternos el dedo hasta “chuparse los bigotes
poh, ñor”.
-Entonces, Inge, deberíamos romper relaciones con ellos y declararles
la guerra para…
-Desgraciadamente, Choche,
llevamos las de perder, porque ya son dueños de medio Perú y no se vaya a
pensar solo se trata de unas cuantas avionetas que tienen que calentar una hora
antes de arrancar; remendados peque-peques en los ríos y acequias de la costa,
internet de segundo uso con fibra de piedra; unos cuantos puestos de calzones
en Gamarra; pequeños lotecitos de terreno en las grandes irrigaciones del norte
y esperando dar el zarpazo en Majes-Siguas II; algunas hostales de mala muerte con
servicio completo de origen; o simples carretillas de comida al paso y demás
contratos solapa conseguidos desde antes del Chino. Porque los muy
desgraciados, no han necesitado recurrir a una acción bélica; sino que sus
angustias y necesidades los han vuelto “avispaos” y los muy “sapos”; por
ejemplo, en cuanto a nuestro Pisco, NUESTRO PISCO, han tratado de “pololear”
con todo el mundo queriendo demostrar que su sacarronchas es propio por ser
país de origen; queriendo ignorar ignominiosamente que en estas benditas
tierras no solo hay un lugar denominado Pisco, palabra derivada del quechua
“pishku”, aplicada a los envases donde se guardaba esta deliciosa bebida desde
siempre; y su producción artesanal se inicia en 1572.
-¿O sea que estamos chupando pisco desde el SXVI?
-Oficialmente, Choche; porque lo
venimos haciendo desde que los fenicios llegaron a Camaná… y allí los changos
se pegaban cada mona con los visitantes penikios hasta hacerles olvidar la ruta
de regreso; pero los naturales de la zona, tan diestros como siempre, les dieron
la solución: ¡Remen pa´ atrás y diaseguro llegan al punto de partida!
Es decir, que aquí ya no solo se
trata de bajar la frente (Ante tamaña afrenta), y permanecer mudos y chupados;
porque ellos creen que aquí todos arrugamos. ¡La huiflas! Y como somos
católicos, apostólicos y characatos, hoy estamos muy pegados a los mandatos de
la Biblia: Ojo por ojo … y como sus diputados quieren sacar una ley que prohíba
el ingreso del Pisco Peruano, a sus dominios con tal denominación; salvo, que
sea cambiada por la de aguardiente…
-¡Y la Cancillería Peruviana, Boss? ¿qué ha hecho? ¿los ha mandado a la
mismísima Patagonia?
-Tan solo ha dicho que no participemos
en un concurso de Bruselas, ni que se envíe a Chile nuestra bebida emblemática;
menos con otra denominación.
-¡Ta, que seguimos agachando el moño ¿nooo?
-Sí, pero en esta República
Independiente, hemos sesionado de emergencia en la Picantería de “La Mundial”,
con dos chombas de chicha al “costau” y 12 joncas del Puro Acholado de Majes; que
nos quedaron chicotes, pero, entre gallos y medianoche, acordamos: 1.
Inmediatamente romper relaciones con el país del sur, así como el retiro de
nuestro Exmos. Embajadores de Santiago y feroces cónsules de Copiapó, Antofagasta,
La Serena, Tocopilla, Iquique y Arica;
2. Dejar de enviarles -ipso
factum-, las 35 toneladas del verdadero Pisco que salen a Europa con otras
etiquetas y así los jodemos;
3. Retirar de nuestro suelo a
toda la población de origen chileno, especialmente a los varones, no permitir
que pasen a la ciudad de Tacna todos los fines de semana; y cerrar todos los
negocios con capitales rotos.
-¡Inge, ¿y por qué solo a los varones?
-¡Porque a las pololas ni me las
tocan… toditas vienen a Tierra Santa…! Como garantía.
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