¡INSENSIBLE!
La cantidad de expedientes acumulados
en las dos últimas semanas ya llegaba al techo de mi miserable oficina y de
solo ver las cincuenta pilas arrumadas y desafiantes me entraba unas ganas
malditas de mandar toda esta porcata de vida al diablo. Desesperado, opté
escaparme por tercera vez al kiosko para empujarme un par de papas rellenas con
bastante ají y que me quemara hasta las entrañas y así olvidarme, por un buen
rato, del montón de problemas que me tenía como un camello: doblemente jodido.
Pero en el trayecto sigo abatido al no saber qué regalo comprarle a mi
“modesta” mujer, ante la proximidad del reciente Día de la Mujer; ocasión que
me encontraba decididamente lacio y tan pelado como una aguja de arriero.
-¡Qué le sirvo, Inge Peláez?
-¡Dos papas rellenas con cianuro!
Y mientras iba a dar el primer bocado,
se me agolparon varias fechas ´parajódicas´ en la mente: su cumpleaños, el Día
dela Madre y la Navidad… ¡Fiestas de mierda! ¿Y qué querrá la muy estúpida,
ahora? Si nunca se contenta con nada y me mordí la lengua hasta hacerme
sangrar, ¡maldición! Mas, debo cambiar de actitud; sin embargo, aún recuerdo
mis pasados ofrecimientos bastardos: -Mamita, aquí tienes tu chompita de
alpaca… -¿Cómo se te ocurre, animal, si estamos en pleno verano y este maldito ventilador
está más viejo y acabado que tú? –Amor, te he comprado este anillito con mis
ahorros… -¡Ahhh… seguramente te estás quedando con parte de tu sueldo, perro
mentiroso! -Mira, cariño, estos
zapatitos son de Milano para ti, con todo mi… -¡Ahora me traes ropa de segunda…
o debe ser de tu trampa; ¡déjame olerlos, a ver…!
-¡Ya sé! ¿Cómo no se me había
ocurrido antes? Mañana sábado le voy a proponer dos alternativas que le van a
encantar… Sí, claro, lo que más le gusta es deleitarse con una zarsa de patitas
o un viaje a Limón. ¡Ahora sí que di en el clavo! ¡Soy un chu…!
Como nunca, me he levantado
temprano, a pesar que no es día de trabajo; me he bañado, afeitado y ya me juro
un hipster. Despacito me acerco al lecho donde todavía ella duerme de por vida
como mis expedientes y le digo suavemente:
-Amor… amorcito… mamita…
-¿Qué quieres ahora? ¿Estás tan estúpido que no reparas que hoy es
sábado, a las cuatro de mañana y encima quieres quitarme el sueño de pajarito
que tengo? Si solo he dormido tres horitas…
-No, mamita linda… son las 11 de
la mañana y además, (temblando), te traigo dos opciones por el Día de la Mujer:
te invito una Zarsa de Patitas ¿o… prefieres un viaje a Limón?
-¡Dime, “Pelaítos”… ¿te has caído de la cama? ¿estás con Alzhaimer en
último grado? O… ¿has sido aconsejado por la vieja de tu madre que me adora
tanto? La única Zarsa de Patitas es la que te vas a tirar el lunes, porque hay
huelga de los transportistas de carga pesada y el camión de la basura no va a
venir a recogerte… En cuanto al viajecito, seguramente me quieres mandar por
carretera… cuando muy bien sabes que yo solo viajo por avión en la clase
turista y por no menos de 15 días… ¿Qué te has creído… que en esta sagrada
fecha… ¡No esperaba que me hagas esto! Si por lo menos te acordaras a tiempo de
tomarme en cuenta… ¡Me has debido consultar un mes antes… para escoger el
presente más adecuado… no a tu economía, sino a mis necesidades!... Toda vez que
resulto ser tu cocinera, tu ama de casa, tu colchón y tu muro de los lamentos…
¡perro maldito, desgraciado! Insensible de miéchica… ¡mañana mismo me quito a
la casa de mi santa madre!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario