jueves, 21 de febrero de 2019

LOS PERROS DE CAMANYÚ II



Esperando que con la publicación de esta segunda parte del referido tema pueda conseguir plasmar mi sana intención de corroborar algunos aspectos positivos que guardan (en el fondo), mis queridos “socios”; y que a simple vista parecen contrarios, acaso mordaces o ruines; inclusive de poder ser acusados maliciosamente, desde aTL*, de ser un poquito (?)renuentes al buen uso del sentido común. Sin embargo, persisto en afirmar a favor de estos únicos enviados de Dios, que así es de común su contrasentido fijado en piloto automático y siempre colocados tercamente en el lado opuesto; razón recontra natural de su obligada casta; y que, por lo mismo, son tan así: capaces de jurar a los cuatro vientos que solo son tres brisas y que no llegan ni siquiera a dos soplidos; aunque en el momento se vean tumbados por violentos huracanes y ellos sigan desaguando su anegado bote con una chapita de gaseosa; pero como siempre, aparece tercamente su gran espíritu corporativo de los “socios” gritando pa´sus adentros:
“-¿Qué va ser?... estas olitas aurita siaplacan”, aun cuando estuviesen con el agua hasta el cogote… Seguirán dándole duro con su minúscula chapita, cual misma bomba extractiva.
-¡Pero, great chef,  ¿el tema de este post estaba dirigido a destacar a las bondades recontra naturales de los queridos, buenos y muy comentados “socios”?
-¡La verdad, que no! Te diré con precisión que está dirigido a los animalitos de cola y hocico; a esos que dan rabia… con sus cientos de canes que trota a su lado, libres o con correíta al lomo; con o sin dueña (la mayoría), y que hoy y todas las “dichosas” mañanas, por simple condicionamiento de l@s otr@s animales, hoy están utilizando las playas como interminables baños y que, cuando estás trotando, enamorado del ambiente, cual galgo corredor, de pronto, chocas, te tropiezas o pisas miles de mojones desafiantes o peor, sumergiéndote hasta perderte completamente en esas lagunas pastosas y malolientes de las diarreas dejadas por algunos estómagos sueltos; sin pensar (l@s otr@s) que dentro de unas horas, ell@s y sus hijos van a estar jugando con las mismas arenas.
-¡Ahhh … Pero eso es más fácil de solucionarlo! Solo es cuestión de decirles… que lo recojan…
-Para que te contesten indefectiblemente, muy enojadas: -Que lo recoja tu abuela… porque está muy caliente todavía…; porque yo contribuyo con el medio y ya no utilizo bolsas…; y porque yo pago mis impuestos y además… ¡Qué te va hacer este tantito… comparado con las grandes caga… de nuestras autoridades! Es decir…
-Sí, pueee… ¡son los perros de las sombrillas, de los restoranes y de las urbanizaciones!
-¡No! ¡Son los otros perros! Aquellos que han sido elegidos para subsanar embarres, cochinadas y basura, pero que solo siguen utilizando camioncitos descubiertos como recogedores, dejando una estela odorífica mortal; con personal sin guantes ni protectores respiratorios; y que, sin embargo, como autoridades, no han visitados sus playas porque les da rabia y prefieren veranear en Asia o Albatros.
O sea que ahora estas infestadas playitas son exclusivas… para perros… y que haremos rabia un buen rato!
-Pues, así como vamos… ¡Mejor escondo mis perras… no vaya a ser que les dé hidrofobia y mañana se mechen apenas inicie mi modesto footing!
*antes de Tata Lindo

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