En ese momento me sentía el único
estúpido en pie perdido entre las sinuosas estribaciones de mis incertidumbres, pero largamente aumentadas al
contemplar una y otra vez aquella interminable explanada que parecía vacía y la
soledad de ese ingrato momento crecía más y más con el peso de esa inmovilidad
aplastante de las cinco malditas fajas transportadoras de equipajes que
aumentaban mi angustiante soledad; sin embargo la responsabilidad contraída con
mi choche, me mantuvo solo un instante más junto al frío carro metálico
portaequipajes; porque, como un resorte, me puse en pie, lo tomé decididamente
y retomé la búsqueda, empecinado en recorrer algunos de los gigantescos
corredores del piso principal del Amsterdam Schiphol Airport. Después de haber
dado varias vueltas y revueltas, el agotamiento me hizo su presa empezando por
la estirada lengua, pues ya estuve a punto arrastrarla sobre la larga y
metálica faja transportadora que conectaba las diversas salas de espera; y ya
quería llegar a cualquier sitio donde poderme depositarme o “pegarme una
echadita” para recuperar el aliento y proseguir la búsqueda de mi fugada
ilusión…
-¡Hey,
hey; you! Whe´re you going? Y la gringaza vestida de azul paró en seco el
pequeño móvil negro de tres ruedas que estaba conduciendo y estiró
violentamente la mano contra mi persona para poder detenerme, queriendo asirme
fijamente por el hombro.
-¡Boss,
Miss… yo no entender inglis! Me, espick Spanish, espanish, plisss… Pero la bendita faja metálica no nos
entendía e impertérrita siguió su curso y suácate, la colorada pólice salió
volando de su asiento y dio con sus ocho letras (portaba doble fondo) y el
sólido piso quiso quejarse porque lo conmocionó. Sin la menor queja, ella se
puso en pie rápidamente y algo se llevó a la boca, mientras, flotando en mi
incertidumbre, veía que se me alejaba más y más; pero yo quería deshacerme del
carrito de miércoles. Se me terminó la
faja y sentía que mis piernas volaban por zigzagueantes pasillos. Agitado hasta
los pelos, divisé un anuncio amarillo que decía EXIT con unas escaleras y una
flecha que indicaba bajar. No lo pensé dos veces: en un dos por tres bajé al
otro piso tan grande como el superior, pero con más carteles luminosos y
tiendas comerciales con pequeños cartelitos que decían: 50% OFF, 80% OFF y me
fui para averiguar las ofertas del día. Ya me iba acercando a la de 80% cuando oí
que algo se anunciaba reiteradamente por los parlantes y un frío calofrío se deslizaba
como un feroz tirabuzón metido en mi columna vertebral. Quise cambiar de rumbo
inmediatamente, cuando un par de tenazas de acero me tomaron por los brazos no
sin antes reventarme a punta de gritos:
-¡Hey,
you! Where´s the luggage raks?
-What?
What chu chey yu?
-¿Dónde
llevar carrito porta equipajes?
-¡Ahhh…
era eso! Miren choches, yo estaba arriba más de cinco horas esperando…
-¡No
entender nara, ¿porr qué quedar tú solo más de cinco hourras? ¿dónde esconderr
el bagaje carr? Tú ser perruvian, ¿nooo? ¿Y tu compinche? ¿dónde irr?
-¿De
qué diablos hablan ustedes? ¿a qué se refieren con peruvian… y cómplice? ¡Yo
soy el que no entiendo nada! ¡Vamos a la policía!
-¡What!
¿Tú querrerr irr pólice? ¡I don´t understand this guy! –le dijo a su
compañero-.
Y me soltaron mientras íbamos caminando
al piso superior.
-¡Your
passaport, please! And… where´s yours and your couple baggage?
-¡Aquí
está mi pasaporte! ¿Pero lo demás? ¡No entiendo! Spanish, please…
-¿Dónde
estarr tu equipaje… y de tu compañerra?
-¡Esos
son mis dos problems! Mi maleta, su maleta y ella… ¡Se han perdido¡
-¡Entonce
ser tres problems! ¡This guy is stupid, foul or crazy!
-What
chu chey yu?
Y seguramente mi rostro reflejaba una
extraña y aterradora mueca, después de tornarse violentamente pálido; luego, seguro
que pasé de un rojo intenso a granate mortal; hasta ponerme blanco como un
papel, además de bizco al cuadrado, pues ya veía cuatro policías, ocho brazos y
veinte marrocas… Cuando uno de los dos engalonados gorilas se acercó y dicho
transformer me nubló el panorama, pues la bestia era doble ancho con tamaño
catedral y se me venía encima.
-¡Don´t
worry! ¡Nou preocuparr! Aquí estarr tus equipajess; perro la chica no estarr…
Me entregaron ambas valijas y recobré
medio conocimiento y medio sentido común; todavía me sentía un tanto groggy y
con mi consciencia a media caña; sin embargo, solo atiné a repetirme en un acto
desesperado: ¡Sal de aquí, stupid, sin mirar atrás! ¡Vuela! ¡Vuelaaa…!
Avancé lo más rápido posible cruzando
abierta y decididamente por entre pequeñas ciudades comerciales -imaginaba- con
cientos de tiendas luminosas y escaparates sumamente ordenados. Nuevamente el
aeropuerto me parecía haber recobrado su agitada vida y ya estaba por la
estación del metro, feliz de haber recobrado mis pertenencias y mi vida entera
pues allí estaba mi ropa y el poco de dinero que traía a manera de bolsa de
viaje. No era muchos euros, pero los suficientes para poder sobrevivir algunos
días y ello me hizo sentir mucho mejor. Quise emitir una sonrisa de
satisfacción… pero, lo de siempre: al toque, apareció en mi mente la sensual
figura de ella. ¡Tengo que volver a la delegación! –me dije-.
Tardé otra media hora en volver a
encontrar el puesto policial no sin antes haber preguntado a medio mundo por su
ubicación y en cada caso, las respuestas eran desconcertantes y diversas.
-¡Oh
nou! You´re here again? A verrr… Mary, come in…
he´s your family… español, please.
-¿Qué
pasaro ahoura, amigo? ¡Tú querrerr quedarte aquí!
-No,
Mary, please; necesito ayuda… yo sé que ustedes pueden averiguar dónde está o
adónde fue mi compañera… Ella es…
-Sí,
nousotros saberr quién serr ella… ¡perro no querrerr dicirte verdá!
-¡¿Qué
le ha pasado?! ¿algún accidente? ¿dónde está ella?
-¡Trranquilou!
No pasarle nara… Ella venir antes aquí…
-¡Cómo!
¿Y por qué no me dijeron nada? Yo estoy muy preocupado…
-¡Ella
irse sola! Ella dicirr que tú recogerr equipajesss…
-¡Me
están mintiendo! Ella no conoce este país y…
-¡Nousotros
no mentirr… ni jugarr! ¡Nousotros serr autoridá!
-Entonces,
¿dónde se halla en este momento?
-¡No
saber… exactamente!
-¡Entonces!
¿Qué puedo hacer para ubicarla?
-¡Tú
irr estación 15… ella dejarr dirección en Ofice de Inforrmess!
Estoy tres horas seguidas tratando de
ubicar la maldita estación 15 y su caseta de informes y solo he podido servirme
un bocadillo (en verdad bocadillo porque en dos bocados se acabó el dulce) y
por poco me acabo toda el agua de un surtidor público. Me he recostado sobre
una hilera de asientos; retiré las hileras de mis tenis para amarrar las
maletas a mis muñecas; estoy bostezando por centésima vez y los ojos se me
cierran a pesar que no quiero perder de vista mis…
(Continuará)
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