Ni por un momento, my dear
friend, vayas a pensar que, al hablar de
este tema, me quiera referir al destape, calateo o desarrope de las menguadas
hijas de la India; mucho menos de las nuestras americanas, pudorosas y recatadas
de cabo a rabo; tampoco de aquellas ignotas tierras de las especias, semillas
tan cotizadas y comercializadas antes, durante y después que a maese Cristóforo
Columbus, su real destapador, descubridor o conquistador consignado en todas
las enciclopedias, textos de historia y manuales de estudio para todas las
latitudes de América y otras comarcas de por estos lares, de quien no se sabe
cuál fue la cuna de su nacimiento, porque desde estuvo en el útero de su madre
sabía que iba ser navegante y sobre todo, insigne comerciante gracias al
cabotaje; oficio muy socorrido de la época pero que exigía muchos huevos, dado
a que aún se creía que la Tierra era plana. Pero seguía convencido, gracias a
su afición por la lectura de las cartas (las geográficas), mapas y a su dominio
de lenguas antiguas, que se arriesgó en hacer una propuesta un poco indecente a
la corona de Portugal que por la época era la potencia marítima de la gran
flota, pero que usualmente se comentaba que ir hacia el otro lado estaba hasta
el poto y él salió despedido por el ídem del palacio luso; sin embargo, terco
el cholo, se puso piensa que te piensa y se dijo:
- Yendo a occidente también puedo llegar a las benditas indias, aunque
me cueste un huevo; así que me voy a España para parlar con sus reyes
católicos; la convenzo a Chabuquita y le llevo estos mapitas para que no se
imagine que son unas simples wadas o desvaríos de este fiel, atento y seguro navegante,
quien la va a llenar de un huevo de especias.
Efeitivamente, chapó como pudo
dos pequeñas carabelas y una nao que solo pudo adquirir, dado que las joyas de
la reina española estaban muy chancadas y solo le dieron un sencillo. Sin un
medio en la faltriquera; mas, impertérrito el Cholo, recorrió todos los barrios
de Madriz, Barcelona, hasta la misma Constantinopla queriendo reclutar algunos
marineros voluntarios para su empresa, pero todos, encada caso, le contestaban
lo mismo: -Tas won, Coloncito; mejor que vaya tu venerada… reina; porque con
toda seguridad que nos caemos en los abismos del Mar de Caribdis y se jodió
este insigne marinero. Cansado, triste y mediterráneo se refugió en el Puerto
de Palos como su último recurso y solo allí pudo animar a un conjunto de vagos,
aventureros ilusos y una bandada de choros, con los que llegó a la isla de
Guananí, etc.etc.
-Seguramente que esta saga, mon amí, te resulta conocidísima al
extremo, puesto que es la versión 2 000 de este supuesto descubrimiento que se
sigue repitiendo desde el año 1493 en adelante y que hoy día, también me tocó
“descubrir” entre las tareas de mi sobrino Jaimito, el mismo que me dijo:
-Tío, Sofo, ¿por qué nos siguen enseñando esas wa…
-¡Para, para! ¡Para, Chato!, que aún se continúan enseñando… Es muy
cierto; pero lo otro, no lo son tanto así. Podrás llamarlo repetición, copia,
leyenda, cuento o simplemente el relato de una versión anacrónica, desfasada…
hasta no realmente aceptada hoy en día, pero…
-¡Claro, pues tío Sofo! En internet ya se sabe que existen vestigios
comprobados y aceptados por la ONU que antes de Colón, ya estuvieron en este
continente perdidos navegantes fenicios, así como viejas factoría vikingas en
el SX al mando de Erik, el Rojo. Lo puedes hallar en…
-¡Alto, para, stop! Tiene mucha razón. Tú no tienes la culpa de esta
desinformación o mala información que aún persiste en la literatura escolar;
pero, lo peor, que todavía existe en la mente de casi todos los docentes que no
investigan; mas, a la vez, también observa que esta fecha del 12 de octubre
solo te sirva para rememorar un tremendo hecho cívico de nuestra historia, que
sirvió para llegar a un nuevo mundo con una nueva y diversa cultura; la que ya
no debe creer en los espejitos, ni en las plumas; muchos menos en los relatos
de su historia; hay que investigarlos.
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