Bajo este apocalíptico título,
pareciera que se esconde una invisible amenaza por la cual, inexorablemente y
sin un bastón que el caso requiere, estaríamos condenados a tener que graduarnos
de invidentes pordioseros, a no ser que tengamos las visibles condiciones de
José Feliciano, Stevie Wonder o Andrea Bocelli y, por lo tanto, al toque, ir escogiendo
-al tacto- un perro lazarillo, aunque el intento nos cueste 50 mordidas en el
mero poniente (ya que no podremos calcular su frente de ataque), 10 muletas de
aluminio o un GPS superadelantado que sea capaz de llevarnos “de la manita”,
hasta meternos en los miles de huecos que tenemos por las calles; porque
tampoco podremos ver el celu de porquería.
-Pero, Inge, ¿cuál es el motivo,
causa o razón de esta su alucinante visión, predicción o alarma? A no ser que
el caso de la ceguera permanente que observan nuestros presidentes de turno
haya escapado de los linderos de palacio y se haya convertido en una plaga de
resultados incalculables y que en este invisible momento esté cegando a
Cholifornia entera…
-¡Efeitivamente, my dear broda! ¿Acaso no te has dado cuenta de lo que
nos sucede per-ma-nen-te-mente con los llamados gobiernos democráticos? ¿Qué
todavía no las paras?... ¡Tas hasta tu mero ass, broda! Hoy en día, las ciento
cincuenta plagas que nos ha caído desde de la Riva Agüero, Odría, Prado,
Belaúnde, el Chino, el Cholo, el Megalómeno, el Cosito, el gringo lobista;
hasta el improvisado; todos, absolutamente todos, han promovido y establecido
su propia escuela a punta de decretos condicionados por las transnacionales: el
analfabetismo, el neoliberalismo aplastante y asesino con su aliado, el consumismo
desbordante; además de nuestra paupérrima monoproducción económica en base a su
minería explotada y explotadora; dando como resultado: ese mercantilismo
engañoso, el contrabando, la falsificación y el plagio; el despilfarro
presupuestal por carencia de planificación y su supuesto control ejercido; la actual
violencia incesante en las calles y la mortal inseguridad femenina y materna
ocasionada por el machismo alentado por los medios; y lo peor de todo, la
corrupción galopante, causante de la improvisación dirigencial, así como el
diario aumento de las brechas sociales y la solapada desigualdad social. Estas
son solo algunas muestras de nuestra indolencia fraternal, desdeñada por el egoísta
éxito personal; aunque, para conseguirlo, los demás tengamos que ponernos una
mano sobre la boca, no queriendo, ni por casualidad, mirar siquiera a los
esqueléticos vecinos de los
asentamientos, de la sierra y selva que se están muriendo de inanición y de
afecto.
-¡Esto que ha dicho, Inge, es
bastante fuerte! ¿Y por qué continuamos viviendo así, postergados, ignorados y
complacidos de no tener nada? ¿es sinónimo de insuficiencia calórica o mental?
-¡De ambas, mi estimado pellejo parlante! La falta de una buena ingesta
nutritiva en los primeros 5 años de vida es determinante, tanto como brindarles
una buena motivación y preparación educativa… Por lo tanto, se precisa, desde
que navegamos en la pancita materna, de una estimulación temprana para el nuevo
cholifornianito en camino, basada en ejercicios de RELAJACIÓN Y CONCENTRACIÓN.
Solo así estaremos preparados a PENSAR,
para poder mejorar individual y colectivamente.
-¿Y por qué no se aplica esta
estimulación y aprendizaje previos en todas las cunas y los centros de
Educación Inicial y que también incluya a la Educación Superior, Inge?
-Creo que son dos los motivos: la ignorancia de todas las autoridades
habidas y por haber, así como el individualismo exacerbado que sigue cuidando
grandes intereses particulares; de allí que nuestras perturbaciones visuales no
solo produzcan miopía, ocasione mil cataratas, nos mantenga con el Ojo Seco,
hasta llenarnos de “moscas volantes” porque, así como hay improvisados
optómetras, que pecan de expertos oftalmólogos para guardar avemarías en los
bolsillos y hacerse los locos, los tontos o los ciegos de ocasión, como otros
millones de profesionales, técnicos o los simples informales de Cholifornia, todo
a su alrededor les importa un pito y que ya están metidos en la mermelada de
quedar más ciegos que un topo… y esta plaga sigue haciéndose de la vista gorda…
y jode y joderá… por los siglos de los siglos.
-¡Of course, Inge! Porque como
somos tan cucufa, estamos esperando la venida de un salvador que nos eche
salivita en los párapados y nos atrevamos a abrir los faroles.
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