martes, 17 de abril de 2018

CRÓNICA DE UNA CHUPETA ANUNCIADA



Que el alcohol es la adicción que causa mayores índices de mortalidad es una verdad tan evidente, como que el choborra es el paciente que menos acepta que, sus reiteradas bombas, es algo propio a su Síndrome de la Esponja que para de bomba en bomba sin querer queriendo y en franca competencia con los “Bombarderos de la Cía. 2018”: Bashar al-Ásad, Trump, la Techy May o el mismísimo Emmanuel Macron y sus inocentes bombas pegadas en Siria.
-Pero, Inge… inclusive las hormigas y los elefantes se pegan sus grandes trancazas hasta terminar tomados del hombro y sin perder el paso porque las pueden pisar…
-¡Ok Doky, pero eso sucede con otro tipo de animales…
Y digo esto, porque ahora no solo se trata de las simples bombitas de siempre: un jonca de  helenas al polo, dos litros de ron de quemar o una damajuana de metílico purol; no, ahora resulta que se acabaron las ojivas convencionales y acaban de aparecer otras que no solamente son smarts, sino, que además son silenciosas y poseen objetivos predeterminados, con el agravante de ser a prueba de devoluciones o interceptaciones por parte de la policía doméstica: espesa, suegra o trampas.
De otro lado, también se sabe que una biblioteca en un ambiente  necesario y complementario para la consulta académica permanente; y su majestuosidad reclama un buen comportamiento, hasta sacro en algunos casos; pero resulta que en este País de las grandes Garavillas su atención está sujeta a las condicionantes de sus empleados: ignorancia al 100%, pagos extras, horario rígido: de 10 a 12 por la mañana y de 16 a 18 horas en contados lugares de gestión particular, ojo; porque en los otros es peor: 4 refrigerios, 2 almuerzos, 4 horas de descanso con  discusiones obligatorias acerca del mundial de fútbol, donde ahora las bibliotecarias saben mucho más de Griesman que sobre las obras que tiene en sus polvorientos estantes.
-¿Y qué tiene que ver el trago con los libros, Inge?
-¡Mucho, en este caso, digno de Ripley!
Pues resulta que seis servidores administrativos de una universidad de renombre internacional, deseando saber qué era un libro, se pusieron de acuerdo para reunirse secretamente en una biblioteca para, de una vez por todas, desentrañar qué diablos eran esos papeles empastados que estaban guardados por años y por siglos; algo deberían esconder. Es verdad que a las 19 horas o 7 de la noche hacía un frío de miércoles, mas, eso no sería obstáculo teniendo en cuenta que cada uno estaría premunido de dos litros de cañazo a 5 soles cada uno. Eran las 8 de la mañana del día siguiente y todavía continuaba la discusión para saber si ese día era apropiado para bajarse uno de los ejemplares.
Hacía un buen rato que los rayos del sol habían invadido el aposento de cultura y los primeros alumnos, al hallar la puerta de acceso entre abierta, descubrieron al sexteto en plenas celebraciones chupísticas. Al día siguiente, fueron citados de grado o fuerza para rendir sus manifestaciones ante el rector:
-¡A ver… señores… sutano, mengano, perengano y metano… ¿se imaginan ustedes el bombazo que vamos a causar en la Asamblea General, en la ciudad y en la SUNEDU? ¿por qué emborracharse en la Biblioteca Central, bajarse todos los estantes y querer arrancar las hojas a todos los libros? ¿qué diablos estaban buscando? Hablen, hablen… que lo mínimo es una suspensión temporal y luego la separación definitiva de nuestros claustros… ¡Los escucho!
-¡Jefazo, era mi cumpleaños… y cómo no tengo familia…
-¡No, Jefe, queríamos celebrar particularmente el aniversario de nuestro sindicato…
-¡Mentira! Estaba haciendo mucho frío y como yo tengo las llaves de toda la…
-¡Es verdad, estaba haciendo mucho frío y como los uniformes no abrigan nada, quisimos calentarnos un poquito…
-¡¿Prendiendo fuego a los libros?! ¿Están todavía borrachos?
-¡Sí!... ¡No, solo con un poquito de resaca! Queríamos saber qué esconden los libros… si son tan viejos y todavía los siguen “leendo”…
-La verdad, señor rector… queríamos acabar con tanto libro viejo… y como sabemos que hay una partida pa´comprar nuevos textos y revistas, nos pusimos de acuerdo pa´…
-¡Nerón va quedar como un bebe de pechos! ¿En qué dependencias están asignados ustedes?
-En las bibliotecas, señor –contestaron en coro-
-¿No estarán en la Sala de Necropsias, o en la Clínica de Psiquiatría o en el Pabellón de la Morgue, nooo? Porque ahora mismo… ¡Van a ser reubicados!
-¡Jefazo, ¿podemos escoger el cargo y lugar?! Porque si no nuestras quejas irán al sindicato…
-¡Plop!


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