Es en el SXX que el COMIC asume
una connotación de rechupete gracias a la difusión masiva de la risa hecha
dibujo, gracias al ingenio hecho pluma de sus creadores, quienes solo disponían
de un lápiz juguetón que bailaba incansable entre los dedos, una paleta que
fijaba su fino humor en los colores y un
proactivo pincel que quería encender la
chispa de la vida; en el otro lado, arrumadas, dormían desesperadas, cientos de
cuartillas en lechos blancos; peros eso sí, fueron los inmensos forados
guardados en sus bolsillos, los que persistían en esa fiera estoicidad propia de
un avaro Mac Pato, que mostraran a todo el mundo esa fría y enigmática sonrisa
apurada por el hambre, que los obligara a sacar -por arte de magia-, aquellos
animalejos parados en dos patas y metidos dentro de una vestimenta humana, que
no solo humanizaba a ratones, patos y perros; sino, burlonamente portaban
nuestros peores defectos: familias sin madre, ausencia de padre, protagonismo
del tío (muy similar a lo actual, ¿nooo?); y para no creerlo, ello nos causaba
divertidos efectos y mucho apego; al punto de constituirse en lecturas
imprescindibles para acompañarnos y sublimizar nuestras carencias; ya sean
bautizadas con: The Katzenjammer kids (1897), Krazy Kat, Tintín o tantas otras
series de viñetas yuxtapuestas para inmortalizar esa narrativa gráfica impuesta
graciosamente a través de los diarios y periódicos, cuyo propósito inicial fue
y sigue siendo desternillarnos las mandíbulas, tras la percepción del fino humor
gráfico que quería arrancarnos una sonrisa a golpe de ojo, y vaya que sí lo
lograba. Posteriormente, en los 30´s aparecieron los dibujos animados con sus
primeras ocurrencias del famosísimo ratón Mickey Mouse en blanco y negro, de la
mano y complicidad de Walt Disney.
-Bueno, Inge, ¿A qué viene tanto
bururú? ¿What´s tu cau cau?
-Simplemente el tratar de
romperme el coco, en este momento, para obtener la interpretación o mensaje
subliminal sobre la declaración abierta efectuada por los Estudios Disney, los Walt Disney Animation Studios.
Ojo y no se trata de una de las tantas críticas existentes hacia sus personajes.
Pues este modesto enfoque, pretende plantear algunas questions acerca de la
sexualidad manifiesta en los productos ofrecidos por dicha empresa a la niñez
del mundo entero. Es más, no deseo repetir la postura de Ariel Dorfman y Armand
Mattelart al respecto; sin embargo, si bien todavía no hay una respuesta del
por qué los personajes, empezando por Mickey, Donald o Goofy son asexuados.
Supongo que Disney consideró que en ese momento (1930), era conveniente
presentarlos de esa manera. Es así que los fuimos aceptándolos, tal y como eran;
porque, primero, en su lectura, había que seguir la secuencia de la acción
propuesta; luego, tomar la intención o el mensaje inmerso en el desarrollo de
la tira cómica; o tal vez, uno daba mayor importancia al desenvolvimiento del
personaje, quedando en segunda opción el dibujo hecho en la expresión del
rostro y su ligazón con el diálogo propuesto; posteriormente, venían los
colores, y la música casi pasaba desapercibida. Nunca, siendo niños, nos
preocupamos por descubrir la sexualidad pintada en cada uno delos personajes,
puesto que el fin de la historia o la conclusión era lo más interesante. Es así
que no importaba si el dibujante se olvidaba de mostrar un atisbo gráfico sobre
el sexo del personaje. Mickey y Minnie, orgánicamente los mostraban iguales;
Blanca Nieves pasaba piola por sus vestidos amplios, pero los enanos, por
ejemplo, parecían haber nacido sin su órgano como castigo eterno de la bruja
(en el fondo buena, a fin de preservarla casta hasta la llegada de su príncipe
azul).
Luego, ya en la universidad,
tratando sobre efectos de la comunicación, tuvimos la oportunidad de conversar
y discutir sobre la obra de los autores señalados en el párrafo anterior. El
análisis no pasó de ser una apreciación sociológica sobre algunos de los
contenidos del Pato Donald.
Mas lo curioso es que, hace pocos
días se difundió por las redes sociales y la TV, acerca de las recientes
producciones cinematográficas del Walt Disney Animation Studios…
-Y…
¿Cuál es la novedad, Inge?
Abiertamente
se presentan varias escenas en las cuales se ven adolescentes del mismo sexo
besándose. Luego, ¿acaso esto constituye la máxima aplicación de la consabida
monserga: “!Cada quien tiene el derecho de escoger su opción sexual?!”. Si es
así, ¿quiénes van a ser potencialmente los futuros espectadores de los filmes
que se avecinan? Obviamente que seguirán siendo los chibolos de 3 a 90 años.
Tal vez no haya problemas con los benjamines de la cuarta edad, por cuestiones
de sueño (no vieron todo el film), cuestiones de memoria o simplemente su
comentario: “pobres chicos, dónde irán a parar”; pero en cambio, para las
nuevas generaciones… digamos, de aquí a 15 o 20 años…la principal preocupación
de las ciudades sea… ¿la falta de maricomios?
Pero
ustedes, mis estimados amici, ¿estarán de acuerdo con esta “evolución” de la
especie? Digo, que un ratón sea pato y que una pata busque otra pata para
satisfacer sus necesidades de… ¿cariño? ¿afecto? ¿amor? O los Walt Disney Animation Studios
han evolucionado tanto que ya nos están preparando para vivir una etapa más
espiritual y menos sexual, donde las miserias y las bondades otorgadas por
Tatito Dios, sean simples adminículos inservibles, aparejos sobrantes u órganos
obsoletos, resabios de épocas de bestialidad que ya no corresponden a una
sociedad culta y organizada… (?)
-¡Inge,
a mí, que me lo corten! ¡Si es que va a ser otro apéndice! Porque no hay nada
más rico que…
-Bueno,
bueno; tranquilo Esquilo…Estoy seguro que mi difunto Walt, encerrado en su balón
de criogenia, está que se “muere” por despertar antes de lo previsto… A no ser
que este pato… haya empezado por descomponerse justo de esa parte… !Y ya no la
considere necesaria para fines del SXXI!
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