miércoles, 29 de noviembre de 2017

SOLO LOS BURROS TRABAJAN


Hoy, más que nunca, solo los ateos saben que, en este mundo tan refinado, ya no es posible comer pan con el sudor de la frente; menos de otro sitio.
Y es que la masa de los mortales, supuestos trabajadores en general y públicos en especial, o la generalidad de los públicos, resulta ser la especie de crecimiento fugaz y silvestre; inmediatamente después de publicarse oficialmente amañados resultados. Aprendió que es el momento en que se regalan las chambitas porque los regalitos se reproducen, cual salvajes hongos de moribundas perras con hidrofobia, pero que matan a una cuadra de distancia, después de haberse mandado zapatillas “Poma” durante 72 horas seguidas, sin medias y un calor de 40° a la sombra. Sin embargo, estos insectos sueñan con trabajar todas las noches y amanecen agotados de solo recordar sus alucinaciones. Mientras que, en el minúsculo sector restante, trabaja a medias; salvo en las empresas chinas, donde tienes que producir al 1000%, caso contrario, te quitan los cinco minutos para el refrigerio (un sánguche de pan con soledad), el minuto para ir al baño (prohibido descargar más de una onza) o, caso extremo, te retiran el derecho a suspirar para recuperar un poco de oxígeno.
Porque desde aquel providencial momento, donde el Pitekántropo descubre que, por cualquier medio natural: ya sea por designación involuntaria a punta de combo, flechazo en el mero poto, vacancia obligada del trono, robo de las herramientas reproductivas o  imprevistas defunciones y cualquier fulano resultaba ser elegido dueño de la mermelada, allí supo que solo había que gritar más que todos, patear y agarrar su lanza de cinco meros, orinarse en los demás candidatos; porque, por arte de magia y al toque, tendría derecho a miles de venias hasta besar el suelo, abrazos del sindicato con regalos “inesperados” y todo aquello que le despertara satisfacción personal, corporal, o en especial, entrega de otros materiales con faldas o sin ellas,  calificados como imposibles antes de subir al trono.
-Inge, ¿ Y aquello de los rectos ascensos por competencia, carrera pública o los concursos…?
-¡Pura y llana peliculina! Solo es para que el populorum siga creyendo que las peras vienen de los olmos; que existe la democracia en su más pura expresión o que la piara a la que pertenecen los obedientes chanchos persiguen sueldos ideales ; que las vacaciones de una semana -cada tres años- son las más justas; o al final, de ser afiliados a una AFP, les asegurará una vejez digna de ser vivida con calidad.
-Pero, Inge, desde los inicios de la república… los diversos gobiernos han tratado de…
-¡De joder, y lo siguen consiguiendo! Si no, mi estimado Watson, solo dame un único ejemplo de cabal cumplimiento; del respeto a un horario establecido, de una buena labor cumplida o de un pacto logrado…
-¡Tiene razón, Inge; pero… ¿no habrá alguna excepción en el ejecutivo, en el legislativo, en el concejo de ministros; entre los jefes, directores o simples trabajadores de oficina?
-¡Nelly! Nones, misión imposible, neva! Y no es que el prototipo ensamblado en Cholifornia tenga pilas bambasten, cuando precisa de una gigantesca batería nuclear. Tampoco, que su ADN corresponda a otro tipo de koala, perezoso o tortugón. No, simplemente, porque desde que nace aprende por imitación, al escuchar y ver desde siempre algunos estereotipos, tales como:
-“Papaíto, yo estoy muy cansada, ¿por qué no cambias al bebe, le preparas su biberón, vas a comprar los pañales y me traes el desayuno a la cama?  Mira que a mí me toca comprar el almuerzo a fin de mes…”
-“Yo les prometo que siempre vamos a actuar en democracia… y para que vean que esto es un hecho, cáiganse con su cuota pa´la campaña… diez mil verdes como mínimo… por mocha…A ver, cabezones…”
-“Y después de haber hecho una exhaustiva investigación y de haber aplicado un minucioso plan de contingencia, descubrimos esta posible banda que… posiblemente lavaba activos …”
-“Sí, ya sé que no fue penal… pero acaso no entiendes que no me caes nadita… ¡Te odio!”
-“!A usted le han informado muy mal, señorita! Yo no pido dólares para aprobar la materia…además este es un sitio muy público. Solo por ser un caso muy especial… la espero a la 10 de la noche en La Sartén…”
-¡No solo estás con 2° de alcohol encima, sino que te has pasado la luz roja, has volteado esa combi y tienes 80 mil soles en papeletas; sin embargo, por esta vez te bajo a 100 luquitas”.
-“¿Cómo dice? ¿Qué por qué no mando al depósito esa vieja cúster que bota humo hasta por los vidrios? ¿Y qué le importa acaso son sus pulmones? ¡Pobrecito ese chofer… ¿y si es padre de familia? ¿Ahhh?” ¡Además, me estoy arreglando las uñas!
-“¿Su expediente? ¿Cómo se llama usted? ¿De qué trámite era? Ahhh, sí, puesss… Esta mañana lo he presentado a la Secretaría de RR.PP. Ahhh, me olvidaba… ¡Hay que pagar tres mil coquitos verdes para el día de mañana; porque si no puede pasar otros tres años y…”
-¿Cómo dices, papito, que no te hemos pagado seis meses de tu pensión? ¡Eso no puede ser… además aquí están tus seis firmas… aunque seas invidente… Dime, ¿para qué quieres dinero? A tu edad ya no se tiene necesidades… Si quieres vienes, viejito, al próximo mes…
-¡Tenemos derecho a una pensión más justa! Hemos trabajado por más de 30 años… preparándonos para la guerra, defendiendo nuestras fronteras, cuidando el orden externo; comiendo ranchos muy pobres, poniéndonos uniformes usados, sin recibir las propinas los tres primeros años ¿y ahora quieren que vivamos con 1 200 soles?!
-“¡Solo los varones deben ir al colegio; las mujercitas, a la cocina!”
-“Felizmente los robots van a reemplazar al trabajador… es más eficiente. No se cansa. Trabaja como un burro y no cobra, además no se le pagan beneficios sociales y no hace huelga!”.


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