sábado, 21 de enero de 2017

UNA CHICA DESCONSOLADA


En casa todavía somos un poco anticuados con aquello que se ha puesto en boga últimamente: eso de estar en las redes sociales, las compras por internet o el guardar todo en la nube; tal vez, porque todavía persistimos en el uso del teléfono fijo, y para que el dichoso aparato doméstico no se preste a disputas, interrupciones y/o largas colas de espera; sobre todo a las horas en que las tres mujeres del doméstico cuchitril, se pelean el fono para confesar sus intimidades más “sucias” a su cofradía de perpetuas mojigatas, rebobinando, por enésima vez, desde que sintieron el primer llamado ancestral de su especie, desdeñando cualquier otra solicitud que tenga bigote, barba y un par de hue… cos en la nariz. Y como siempre, renuncian a ceder posiciones –bajo la amenaza de gritos escalofriantes y obligado desmayo- por ceder su línea declarada personal e intransferible aunque sea por un par de minutos… así les recemos tres avemarías, cuatro padrenuestros y cinco glorias, junto con un posible kilo de chocolate “de leche” tamaño familiar… ¡Nely! ¡Neva! ¡Jamás! Sobre todo, a la hora en que mi padre o este frustrado interlocutor intentan telefonear… -Ustedes podrán hacer sus llamadas tan solo a partir de las tres de la madrugada… de la semana siguiente y cuando tengan la suerte que alguna de las tres haya perdido su regla y así hagan conocer su reclamo a los cuatro vientos; total: ¿Y ustedes para qué chicha quieren hablar por teléfono?
Pero como seguimos siendo una family tradicional y muy unida gracias a la telefonía fija, ellas fijaron nuevamente y por unanimidad, comprar un anexo para cada uno… de sus dormitorios, lugares predilectos para que se tiren, a pierna suelta, un rollo kilométrico hasta quedarse afónicas, sin importar los 150 coquitos de pago en cada chapada del auricular.
Hoy, yo tenía una urgente urgencia de hacer una llamada a mi causachum Kiko, el Empedernido Calentador, porque solo enamoraba por celu. Y justamente, pensando en su estupidez crónica, cogí el auricular y ya iba a marcar cuando una voz suplicante y llorosa, desde el otro cuarto, clamaba con gritos desesperados:
-¡Pamelita, ya no puedo vivir más en este cochino mundo! Snif, snif, y snif; hasta los mocos se me caen de cólera carajo… todo por culpa de estos malditos hombres de mierda, malditos hijos de p… ¡Todos son igualitos! Sob, sob, sob (más mocos), Sabes… Pame, Cachito me dejó… Buaaaa, buaaaa, buaaaa… me dejó tirando cintura… y ya no sé qué hacer… ¡Creo que en esta décima vez me muero, pero antes, lo juro, de pura cólera, me tiro a la Bartola! ¡Sí carajo, que me la tiro y bien!
-¡Ya no llores, preciooooosa! –respondió su causa- ¿qué cosa dicessss? ¿Te has vuelto lesbiiiiii? ¿Por qué no me lo dijiste? Porque yo también…
-¡No, hija! Terrrrr… disculpa, hasta se me ha soltado la huata, maldita sea… ¡y maldito sea el won que tiene toda la culpa! Pero esto… de la media vuelta, never, jamás será para que cambie de bando… por la chu… de su mamita; pero a ese won de tu amigo Ricardo yo lo mato… o yo soy la que va a morir… de ganas; porque, maldita sea, ya no puedo aguantar la soledad y la cosa se me pone más fea con cada minuto que pasa… y todo esto que te cuento, júralo que no vas a contarlo a nadie… mamita linda… la ansiedad me come hasta la… misma con… ciencia y me excita hasta las puntas de mis chichis… Ay, hija de mis entrañas, que no aguanto más esta comezón y yo me encamo con el primer cojudo que pase por mi puerta, aunque… estoy sentada en la ventana del tercer piso… pero me puedo bajar…
-¡El forro! Es lo más fácil de hacer, cojudita, como siempre. Pero deja de lloriquear y no jodas, wona… Que tus mocos me están embarrando las orejas… ¿Crees que ese cojudo mujeriego del Richarcito, quien sabe hacer… la carretilla como Dios manda… según tú misma me lo contaste; para, para y para… y no sigas con la misma wada… ¡que mañana mismo te mando a mi consolador!
-¡Yo no quiero saber nada de tu marido! Que es otro mujeriego de mierda…
- No, wona… ¡estoy hablando de mi juguete!
-¿A tus años sigues con juguetitos… cojudaza?
-¡No, of course not! Me refiero a… este otro juguetito que lo tengo en… pleno uso y, sobre todo, calientito; es decir, recién comprado por internet y tiene una potencia de la PM, pues te sacude hasta las neuronas más recónditas y te hace llegar tres veces en diez minutos. Solo que vas a tener un pequeño problema, si no tienes internet ni celu…  ¡¿cómo te lo mando?!
- ¡Click!
-Plop.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario