miércoles, 16 de noviembre de 2016

DOLOR DE CORAZÓN


Believe it or not, hoy he vuelto -desde del pasado milenio- a ´formar cola´ (cosa que también odio), delante de un confesionario con el obvio propósito de descargar todos los ´cochinos´ actos cometidos a diestra y siniestra; sobre todo estos últimos y que califican sobradamente para figurar top ten en la blacklist  de aquellos confesos seguidores con sotana, debajo de la cual rinden pleitesía al mismo Lucifer, tanto de hecho como de oídas. Pero, aclaro, para tomar esta fatal determinación, he tenido que renunciar a “mis principios”, que impedían acercarme no solo ante estas misteriosas y lúgubres buhardillas donde el penitente (realmente da pena), tiene que saber esquivar una serie de balotas marcadas a sangre y fuego en el obligatorio protocolo exigido por el Caronte del Purgatorio e imposibles de contarlas por ser de carácter mortal, a saber:
1°, Contar los continuos ingresos a la iglesia o la escondida sacristía para tirarse las hostias y matarlo, -tras un colerón de Padre y Señor mío- al padrecito de turno y, hacerle la vida a cuadritos por mandar, como penitencia, rezar cien Padrenuestros y quinientas Avemarías. De no ser posible esta primera opción, ir volando al altar mayor, asumir una cara de arrepentido y, todo compungido, joder la paciencia al de arriba con peticiones misión imposible y que ya lo tienen con las bolas a punto de reventar, como por ejemplo:
-Dios mío, y solo de mí (?), ¿por qué escuchas a los demás que no merecen ni ser llamados siquiera entenados; en cambio, a este pío, fiel y entregado cordero tuyo que, por llevar una vida llena de malditas privaciones, cuchucientos rosarios a la Virgencita del Puño y con más de mil quinientas novenas en el lomo; además, de estar con las rótulas rozando el suelo por tantas inclinaciones que te hago.   Y tú… neli… nica.
-Señor mío y Dios mío, ya voy por las quinientas comuniones y cuarenta peregrinaciones descalzo e inclusive calato… pero hasta la fecha nada de nada; ¿qué os pasa? ¿acaso no veis que este siervo vuestro, ínclito pastor evangélico en esta interminable grey de mulas, lleva 15 días sin cerrar los ojos y, aquí, entre nos, ¿dónde diablos está la fulana? Tú dirás que es por las legañas que no la veo, pero no. ¡Dime!... que Tú eres el único que sabes de ella… mi hermosísima… Sor Presa; más conocida como Sor Terremoto, por su poderoso po…niente, que cada vez que se inclina para postrarse a tus pies causa tal alboroto entre los fieles y los infieles… seminaristas… que el Prior la tiene enclaustrada… en su convento, dicen…
-Padre mío, a San Antoñito, lo he puesto de cabeza tantas veces, que su tonsura hoy le llega hasta el cogote y sus orejas cuelgan hasta el suelo; sin embargo, aquel hijo de la guayaba… ese muchachote de mi vecina no cae rendido a mis piernas. Ni por los ojitos que le hago, ni las microfaldas que me las subo hasta la garganta hacen que este ciego de mierda (con perdón, Diosito), pero da cólera ¿o no?; te pido que por lo menos… me suelte una miradita; pues, yo misma he hecho que toque la calidad de mis medias y… al muy jijuna… frío e indiferente… no se le para ni el cabello. Pero sigo confiando en Ti y, por el largo tiempo perdido, solo te pido una cosa: por su bien, creo que deberías ayudarlo para que salga de una vez del closet; bien sabes que solo se trata de un empujoncito…
-Señor, Dios de los ejércitos… ¿por qué has permitido que recién se den los aumentos de sueldo a los integrantes de la PN y las FF.AA.? El año pasado te estuve pide que te pide, que lo hicieras cuanto antes; porque, hoy que me encuentro retirado y fuera del servicio… he tenido que verme obligado a taxiar; es decir, los 5 ticos que dispongo (y aunque no tienen permiso, ni placas, ni mantenimiento) los he puesto al servicio público en los tres turnos. Ya sabes… de las multas ni me preocupo… los encargados fueron mis chulis. Eso sí, no me falles… me he presentado para ocupar una vacante como cajero de la Cooperativa… Tú sabes las condiciones me sobran, pero tengo miedo… ¿Y si otra vez me gana la costumbre? Pero, confío plenamente en Ti… que no has permitido que me cojan en las tres veces anteriores…
-Oh, Amorosísimo Jesús mío, perdóname, pero el desgraciado que me has mandado como MO (monta oficial), es una real y completa mula, con decirte que cada vez que le reclamo su permanencia en casa para que me ayude con sus tres pequeños hijos de los cinco que criamos… siempre me dice que está cumpliendo una comisión de emergencia y sus ausencias son más prolongadas; con decirte, Padre mío, que, anoche, después de haberme jurado tres veces que era la última, dice que ahora tiene que irse de servicio completo al VRAEM por dos meses. Pero Tú que eres tan bueno, siempre me cuidas y sabes de mis apremios… le dije que no se preocupe por nada. Hoy mismo, hablo con mi compadrito Benito y le digo que venga a acompañarme, es decir, que venga a cuidar de sus sobrinos, sobre todo por las noches, cuando más lo necesitan.
-Diosito, bien sabes que yo no he nacido para el estudio, pero mis padres son tercos y quieren que yo sea médico, pero ellos deberían estudiar. Mañana tengo el último examen de anatomía general que la llevo en tercera matrícula y comprende dos inmensos tomos que los tengo a la mano en mi cabecera, pero como almohada; porque de solo verlos se me nubla la razón y, al toque, se me viene el sueño. Para poder recuperarme tengo que relajarme un poco cada día con mis choches. Hoy, he tratado de hacer un minúsculo resumen con el contenido del primer tomo en mi celu, pero este ya tiene tres horas de duración y no sé dónde esconder el audífono. Dame fuerzas, Tatito, para poder resolverlo y tratar de levantar el 04 de promedio… dicen mis choches que el docente está construyendo su jato… veré si necesita fierro y cemento… ya sabes, no pretendo conseguir algún favor, pero si pudieras… hazme, otro favorcito, ¿qué hago para conseguir la plata para pagar los tres meses de pensión que estoy debiendo, más los cuatro del alquiler y los cinco de la pensión? Diosito, confío en ti y estoy bajo tu divino poder… Si quieres, te prometo bailar morenadas en los carnavales de los tres próximos años. ¡Yo sé que vas a permitir que apruebe esta maldita anatomía!
Por los siglos de los siglos. Amén.


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