lunes, 5 de septiembre de 2016

MI PRIMERA VEZ


Llevaba ya tres días sin probar sólido alguno y ya las resecadas tripas estaban a punto de graduarse en apretados ductos de cartón corrugado y sus efectos sonoros se retorcían a 5 cuadras de distancia, a tal punto que habiendo pasado la noche allí, en el socorrido parque público; y estando todavía acurrucado a las 10 a.m. en una vieja banca del concurrido lugar de diversión, no hice más que estirarme y forzar un suave bostezo; pero -cosas de la naturaleza humana-, me regaló un rugido descomunal que, primero, hizo voltear la cabeza a los 50 sorprendidos fulanos que paseaban por las inmediaciones y todas sus miradas se clavaron en mi sorprendido pellejo; sin embargo, traté de volver a mi estado normal recogiéndome apresuradamente y allí la cosa se puso incontenible: apenas escucharon el bombazo de mi eructo, se improvisó una gran estampida, no quedando un alma en pie en 2 kilómetros a la redonda.

Triste, solo y apachurrado; jodido en la inmensidad del parque, no podía estar peor: aterido y en mangas de camisa, pues ellas se quedaron atrapadas en las altas rejas del recinto dado que no tenía “un sencillo” para pagar la entrada y, ahora, recontrajodido, la salida me sabía misión imposible; además, estaba metido en una raída bermuda y hasta las recogidas sayonaras tenían sendos agujeros para ser arrastradas desde sus recompuestos pasadores; pero, eran Adidas… qué caray!
Trepé nuevamente la verja de hierro y esta vez solo se quedó un pedazo de pellejo que me enterneció hasta las lágrimas; a pesar de todo, asumí una actitud asertiva y me dije: it´s naw or neva, my broda! Levanté la cabeza como pude. Inflé el poco pecho que me quedaba y casi me desmayo; pero, aún, con los restos del medio lomo dejado en la reja, tomé una actitud triunfadora y llegué adivinando, adivinando hasta la nueva casa del jabonero… donde el que no cae, resbala! Sí, pues, allí estaba su nombre en grandes luces de neón: Rebeca, La Diosa de los Imposibles! Ya iba a ingresar por ese pasadizo oscuro, tenuemente iluminado por luces fosforescentes y, como un reflejo de urgencia, metí las manos en todos los bolsillos: cero balas, cero puntos. Solo tenía como capital un hueco en el bolsillo derecho que tranquilamente llegaba hasta la rodilla y mucho más abajo, dependiendo de las circunstancias y necesidades. ¿Cómo ingresar? Allí, aparecían, pegados en la pared, mensajes que en verdad convencían: ¡Madam Rebeca, te hace volver a gozar del amor… por más que sea imposible! ¡Te pasamos el huevo para alejar la discordia en tu familia! ¡Ella, retruca hechizos, males de amor y te devuelve la salud espiritual! ¡Haga la prueba con la colonia Piri Piri y pronto verá que se le para y para! Pase usted y saldrá convencido… por S/. 20, únicamente! … Pero únicamente…  no tenía nada de nada!
Ya volvía sobre mis pasos cuando una figura regordeta, muy rubia y contoneando sus ampulosas caderas detuvo su carterita giratoria y me dijo:
-Pasa… amiguito!
-No, no puedo; no… ¡no tengo ganas…!
-No es cuestión de ganas… tan solo son 20 luquitas… y te saco de misio!
-Pues de eso mismo se trata… estoy misión imposible… bien aguja… hasta el…cu..bo!
-Para, para! ¡Por ser mi primer cliente y porque me caes bien… te lo hago gratis!
-No, no… ¡lo que yo quisiera es… salir de misio! ¡Lo otro,… me las arreglo… solo!
-Sí, pues… ¡lo otro lo buscas en otro sitio… aquí, leo tu horóscopo, lo que dice tu carta astral… y lo mejor, aquí puedo solucionar tu futuro… pasa, pasa! ¡Y toma siento en ese diván y ponte tranqui, que yo no muerdo! ¡Aquí vas a encontrar un mejor destino, paz y mucha, pero mucha dicha y tranquilidad! ¡Te seguro! ¡A ver… dame tu mano derecha… a ver… a ver… así que eres de Capricorrrrnioooo!
-¿Y cómo lo sabes?
-Por los cachitos que te están saliendo… ji, ji! ¡No, porque realmente puedo adivinar tu signo y muchas otras cosas más… como que estás bien planchado  y… no pruebas bocado alguno desde hace muchos días atrás! Pero, no te preocupes… que, con un poco de aceite de guanábana, sal negra, un cirio y unas tijeras, cambio tu porvenir y todos los males que te acompañan… porque… Claro! ¡Te han hecho daño… una mujer te ha hecho mucho daño! ¡Tengo que revertir eso! ¡Y solo se trata de agua y jabón!
-¿Acaso estoy cochino? Si… ni se nota… ¡trato de lavarme la cara todos los… domingos!
-Agua bendita y jabones perfumados del florecimiento! Eso es! Así, que… ¡quítate la ropa!
-¡Qué cosa! ¡A los hombres! ¡Nely! ¡Naranjas! Estoy misión imposible pero… tengo mis preferencias! Sin ofender… lo haría contigo… pero…
-Nada de nada! No te estoy pidiendo que lo hagas conmigo, tampoco; porque tú eres un mocoso sin oficio ni beneficio… así que… solo se trata de un baño de florecimiento… no debes tener miedo!
-Ahhhh, bueno, si solo es un baño… ni modo, haré un gran sacrificio… solo por salir de misión…
Y pronto estaba metido -más calato que de costumbre-, en medio de ese remedo de yacusi que olía fuertemente a colonia barata y una música suave y agradable dejaba escuchar sonidos de la naturaleza, mientras ella me pasaba un ramo de flores por todo el cuerpo.
-¿Deseas que te aplique un perfume explosivo o solo una loción de bambú?
-Lo que tu desees… estoy a tu disposición!
-Bien, lo del perfume explosivo lo dejamos para después… porque, como no tienes costumbre… te puede reventar los cocos y no vas a querer volver; así que, empezaremos por el baño mágico de miel y el bambú de un metro!
-¿Y no es peligroso? ¿Qué debo hacer?
-Solo colócate en cuatro… y cierra los ojos! Mientras enciendo y tengo lista la vela aromática…
de medio metro!
-¿Y así, totalmente armada, quieres que me coloque en cuatro? ¡Soy pobre… pero quiero morir invicto!
-¡No seas tonto, que te pongas en cuclillas, digo; y este pequeño cirio no te lo voy a meter por ningún lado!  ¡Es para crear un mejor ambiente! Lo que sí voy a coger son las tijeras para cortarte…
-¡Eso, tampoco!... ¡Que es el único tesoro que me queda! Mejor… me salgo y muchas…
-¡Anda, tonto! Si yo quisiera, hace rato que te hubiera hecho mío. Y solo para que veas lo honesto y honrado de mi trabajo profesional… ¡toma esta copita de chuchuhuasi… que tu futuro va a cambiar en un santiamén! ¡Salud!
¡Efectivamente, hoy tengo chamba! Aunque debo disfrazarme con una toga de seda azul con ribetes dorados y muy floreada con signos cabalísticos rojos, verdes y amarillos; repetir a viva voz algunas frases esotéricas en plena calle frente al negocio; además, cambiar de look para usar un llamativo turbante y fungir de mago presentador de Madame Remeca –porque ha cambiado de nombre y otras cositas más- la diosa de los amores imposibles, la de los mejores baños de florecimiento y especialista en el palo santo. Me he vuelto un firme convencido de los baños en pareja, de las pasadas de cuy mutuas; pero por sobre todo del efectivo pase del huevo; todo lo cual ha obrado un verdadero milagro y ya estoy tratando de convencerla para poner diversas sucursales e incursionar en otros géneros más lucrativos, por ejemplo, otras versiones de la Pensión Soto.
My God, save me! Todo sea por el emprendedurismo!






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