Llevaba ya tres días sin probar
sólido alguno y ya las resecadas tripas estaban a punto de graduarse en apretados
ductos de cartón corrugado y sus efectos sonoros se retorcían a 5 cuadras de
distancia, a tal punto que habiendo pasado la noche allí, en el socorrido
parque público; y estando todavía acurrucado a las 10 a.m. en una vieja banca
del concurrido lugar de diversión, no hice más que estirarme y forzar un suave
bostezo; pero -cosas de la naturaleza humana-, me regaló un rugido descomunal que,
primero, hizo voltear la cabeza a los 50 sorprendidos fulanos que paseaban por
las inmediaciones y todas sus miradas se clavaron en mi sorprendido pellejo;
sin embargo, traté de volver a mi estado normal recogiéndome apresuradamente y
allí la cosa se puso incontenible: apenas escucharon el bombazo de mi eructo,
se improvisó una gran estampida, no quedando un alma en pie en 2 kilómetros a
la redonda.
Triste, solo y apachurrado; jodido
en la inmensidad del parque, no podía estar peor: aterido y en mangas de camisa,
pues ellas se quedaron atrapadas en las altas rejas del recinto dado que no
tenía “un sencillo” para pagar la entrada y, ahora, recontrajodido, la salida
me sabía misión imposible; además, estaba metido en una raída bermuda y hasta
las recogidas sayonaras tenían sendos agujeros para ser arrastradas desde sus
recompuestos pasadores; pero, eran Adidas… qué caray!
Trepé nuevamente la verja de
hierro y esta vez solo se quedó un pedazo de pellejo que me enterneció hasta
las lágrimas; a pesar de todo, asumí una actitud asertiva y me dije: it´s naw
or neva, my broda! Levanté la cabeza como pude. Inflé el poco pecho que me
quedaba y casi me desmayo; pero, aún, con los restos del medio lomo dejado en
la reja, tomé una actitud triunfadora y llegué adivinando, adivinando hasta la
nueva casa del jabonero… donde el que no cae, resbala! Sí, pues, allí estaba su
nombre en grandes luces de neón: Rebeca, La Diosa de los Imposibles! Ya iba a
ingresar por ese pasadizo oscuro, tenuemente iluminado por luces fosforescentes
y, como un reflejo de urgencia, metí las manos en todos los bolsillos: cero
balas, cero puntos. Solo tenía como capital un hueco en el bolsillo derecho que
tranquilamente llegaba hasta la rodilla y mucho más abajo, dependiendo de las
circunstancias y necesidades. ¿Cómo ingresar? Allí, aparecían, pegados en la
pared, mensajes que en verdad convencían: ¡Madam Rebeca, te hace volver a gozar
del amor… por más que sea imposible! ¡Te pasamos el huevo para alejar la
discordia en tu familia! ¡Ella, retruca hechizos, males de amor y te devuelve
la salud espiritual! ¡Haga la prueba con la colonia Piri Piri y pronto verá que
se le para y para! Pase usted y saldrá convencido… por S/. 20, únicamente! …
Pero únicamente… no tenía nada de nada!
Ya volvía sobre mis pasos cuando
una figura regordeta, muy rubia y contoneando sus ampulosas caderas detuvo su
carterita giratoria y me dijo:
-Pasa… amiguito!
-No, no puedo; no… ¡no tengo ganas…!
-No es cuestión de ganas… tan solo son 20 luquitas… y te saco de
misio!
-Pues de eso mismo se trata… estoy misión imposible… bien aguja…
hasta el…cu..bo!
-Para, para! ¡Por ser mi primer cliente y porque me caes bien… te lo
hago gratis!
-No, no… ¡lo que yo quisiera es… salir de misio! ¡Lo otro,… me las
arreglo… solo!
-Sí, pues… ¡lo otro lo buscas en otro sitio… aquí, leo tu horóscopo,
lo que dice tu carta astral… y lo mejor, aquí puedo solucionar tu futuro… pasa,
pasa! ¡Y toma siento en ese diván y ponte tranqui, que yo no muerdo! ¡Aquí vas
a encontrar un mejor destino, paz y mucha, pero mucha dicha y tranquilidad! ¡Te
seguro! ¡A ver… dame tu mano derecha… a ver… a ver… así que eres de Capricorrrrnioooo!
-¿Y cómo lo sabes?
-Por los cachitos que te están saliendo… ji, ji! ¡No, porque realmente
puedo adivinar tu signo y muchas otras cosas más… como que estás bien planchado
y… no pruebas bocado alguno desde hace
muchos días atrás! Pero, no te preocupes… que, con un poco de aceite de
guanábana, sal negra, un cirio y unas tijeras, cambio tu porvenir y todos los
males que te acompañan… porque… Claro! ¡Te han hecho daño… una mujer te ha
hecho mucho daño! ¡Tengo que revertir eso! ¡Y solo se trata de agua y jabón!
-¿Acaso estoy cochino? Si… ni se nota… ¡trato de lavarme la cara
todos los… domingos!
-Agua bendita y jabones perfumados del florecimiento! Eso es! Así,
que… ¡quítate la ropa!
-¡Qué cosa! ¡A los hombres! ¡Nely! ¡Naranjas! Estoy misión imposible
pero… tengo mis preferencias! Sin ofender… lo haría contigo… pero…
-Nada de nada! No te estoy pidiendo que lo hagas conmigo, tampoco;
porque tú eres un mocoso sin oficio ni beneficio… así que… solo se trata de un
baño de florecimiento… no debes tener miedo!
-Ahhhh, bueno, si solo es un baño… ni modo, haré un gran sacrificio…
solo por salir de misión…
Y pronto estaba metido -más calato que de costumbre-, en medio de ese
remedo de yacusi que olía fuertemente a colonia barata y una música suave y
agradable dejaba escuchar sonidos de la naturaleza, mientras ella me pasaba un
ramo de flores por todo el cuerpo.
-¿Deseas que te aplique un perfume explosivo o solo una loción de
bambú?
-Lo que tu desees… estoy a tu disposición!
-Bien, lo del perfume explosivo lo dejamos para después… porque,
como no tienes costumbre… te puede reventar los cocos y no vas a querer volver;
así que, empezaremos por el baño mágico de miel y el bambú de un metro!
-¿Y no es peligroso? ¿Qué debo hacer?
-Solo colócate en cuatro… y cierra los ojos! Mientras enciendo y
tengo lista la vela aromática…
de medio metro!
-¿Y así, totalmente armada, quieres que me coloque en cuatro? ¡Soy
pobre… pero quiero morir invicto!
-¡No seas tonto, que te pongas en cuclillas, digo; y este pequeño
cirio no te lo voy a meter por ningún lado! ¡Es para crear un mejor ambiente! Lo que sí
voy a coger son las tijeras para cortarte…
-¡Eso, tampoco!... ¡Que es el único tesoro que me queda! Mejor… me
salgo y muchas…
-¡Anda, tonto! Si yo quisiera, hace rato que te hubiera hecho mío. Y
solo para que veas lo honesto y honrado de mi trabajo profesional… ¡toma esta
copita de chuchuhuasi… que tu futuro va a cambiar en un santiamén! ¡Salud!
¡Efectivamente, hoy tengo chamba! Aunque
debo disfrazarme con una toga de seda azul con ribetes dorados y muy floreada
con signos cabalísticos rojos, verdes y amarillos; repetir a viva voz algunas frases
esotéricas en plena calle frente al negocio; además, cambiar de look para usar
un llamativo turbante y fungir de mago presentador de Madame Remeca –porque ha
cambiado de nombre y otras cositas más- la diosa de los amores imposibles, la
de los mejores baños de florecimiento y especialista en el palo santo. Me he
vuelto un firme convencido de los baños en pareja, de las pasadas de cuy mutuas;
pero por sobre todo del efectivo pase del huevo; todo lo cual ha obrado un
verdadero milagro y ya estoy tratando de convencerla para poner diversas
sucursales e incursionar en otros géneros más lucrativos, por ejemplo, otras
versiones de la Pensión Soto.
My God, save me! Todo sea por el
emprendedurismo!
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