martes, 20 de septiembre de 2016

LA ÚNICA PREOCUPACIÓN DE NUESTRO SANTO PADRE ADÁN


Bueno, aquello de santo, solo le duraría unos cuantos siglos; mientras no descubriera las delicias que su arrastrada confidente (doña Cule I), le pasara el dato, momentos antes de dormir entre sus piernas. Pues, según los primigenios whatsApp enviados por las “blindadas Reporteras del Edén” (Siglo -000), quelonios en cuya conchaza king zice, estaban encriptados los millones de chismes desde que Tata Lindo se puso a maldecir  porque su Play Station Sideral no le ofrecía soluciones fáciles. De allí que, las primeras tortu-ninjas pararon las antenas y enviaron sus reportes con el más veloz de sus nietos, motivo suficiente para entender este ´breve lapso´ en la recepción de sus post y también, porque en gran parte es culpa del Ángel de las Bolas de Oro… pues los mantenía escondidos, otro tanto, bajo su sétima bola, sección: top secret!
¿Y qué había pasado en esos diez milloncitos y medio de años siderales? Pues el recepcionista de marras era el Tarzán, puesto en el primer Jardín Botánico, tamaño Brasil y Tata Lindo lo había premiau con vacaciones indefinidas, mesa servida en la cama y una varona de dos plazas. Bueno, este santo varón, después de haberse roto el coco descifrando el primer chisme así decía: … Había una vez en ese paraíso… un fulano cocinado en Tangañica, Olduvai, África; quien, andando calato por el bosque y no sabiendo qué hacer, empezó a discurrir triste y con grandes picazones, sobre todo por las noches. Recuerden ustedes que, el pobre, todavía no sabía los goces del himeneo y anduvo como loco y sin poder hallar una explicación lógica (?) y racional (??) mientras no dispusiera de un espejo para que le “diga” las diferencias que tenía con su varona. Si bien sus necesidades fisiológicas solo se remitían a comer, dormir, pasear y dormir… francamente ya le estaba llegando al huevo, porque él tenía unas ganas inmensas de meter sus narices en todo aquello que tenía a mano. Así, pues, todo él compungido, andaba pegando puñetazo y medio a los burlones chimpancés porque eran unos monos copiones que en todo lo imitaban y ahora, lo miraban y se cargaban de risa; luego, pateaba a las culebras porque se le metían entre las piernas y constantemente le hacían “trompezar” y caer de cara sobre los inmensos silos que sembraban los elefantes y los chimpancés volvían a disparar a diestra y siniestra sus miserables carcajadas. Desesperado el varón empezó a experimentar una nueva emoción y así se lamentaba:
-¿Dime, Yavéh, si ya ves… qué estos monos de mierda, junto con esas desgraciadas y burlonas hienas, se mueren de la risa cada vez que me ven calato? ¿Por qué soy diferente de la varona? ¿T´ias equivocado y m´ias colocado esta minucia tan solo pa´ser pichi? ¡No creyo! Si túeres impotente, Perdona mi lengua pues recién la estoy dominando, digo, si Vos Sois omnipotente, ¿la cosa es que solo sirve para hacer pipí?
Ya iba a guarecerse debajo de una gran palmera y taparse con una orangutana de la gran flauta, cuando escuchó una voz desde el cielo que más le parecía una cadena de truenos, que le replicó:
-Adán, ¿ande´stás, woncito?
-¿Adivina, pue… no que Tú lo ves todo, ahhhhhh?
-¡Déjate de cojudeces y ven acá! Que no solo soy Tu Dios, Tu amigo y Tu choche…No me gusta repetir las cosas… así que tranquilo, que mi bondad es magnánima y magnificiente, pero también tiene límites; por lo tanto… 
-Perdón, Dios mío… pero no se dice magnificiente; se dice magnificente!
-Basta, carajo! ¡Tan solo escucha! Que a mí nadie me corrige porque soy impotente, digo omnipotente, omnisciente y omnívoro… aunque Ma. Santísima no quiere que engorde porque…
-Sorry, Mi Choche!... pero me ahueva no hacer nada de nada con mi…
-¡Ya lo sé! Te voy a encargar una pequeña tareíta; y lo primero que harás será una zarza…
-¿De tolinas, cebollita picada, con tomate y harto perejil?
-Cojudo! Ahora dudo -más que nunca-, porque realmente no estás hecho a mi imagen; menos, lo seas a mi semejanza… Bueno, tendré que amputarte la cola y meterte un kilo de masa gris… a ver si con ello mejoras; pero, por siaca, y dado este especial momento… pues, si no tienes labor alguna y todo el día estás con las manos en los bolsillos (?)! Te estaba diciendo… primero, prepara una zarza ardiente, digo, un altar de piedra y allí colocas trozos pequeños de madera y los prendes!
¿Dios mío! Y con qué los enciendo…? Ayer, Has hecho llover a cataratas y mis piedras encendedoras están que chorrean montones de agua!
-No os preocupéis! ¡Que Yo os mando un buen rayo sobre tu ara; digo, sobre tu mojón hecho con piedras y… asunto resuelto! Pero, eso sí, os repito: ¡vos tenéis que elevar múltiples preces u oraciones en nombre de este, Tu Padre,  para el Hijo y para  el Espíritu Santo!
-¿Y para mi padre y mi madre?
Y cayó un diluvio por 40 días y 40 noches. ¡Amén!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario