Este ilustre hijo de la Bella
Pisa, siendo muy niño, su padre quiso inclinarlo también hacia las artes en
general y la música en especial, así pues el futuro genio tuvo que inclinarse
(allí todo se inclina, hasta su famosa Torre Pendente o Torre Inclinada) por la
música tal como mandaba, chicote en mano, su amoroso padre; y con la music, -de
raspetón- tomar entre sus cuerdas la física y las matemáticas, al estar
íntimamente emparentadas con el estudio teórico de la armonía. Pero la inclinación
que lo persiguió hasta su muerte fueron los problemas. Pronto lo alcanzaría uno
tamaño king size: la muerte de su viejo dejándolo en la mera strada junto con
otros 7 grandes problemas… sus hermanos menores. Este ´insignificante´ tropiezo
hizo que se trasladara junto con su family a Florencia, donde tampoco floreció
su fortuna ni sus estudios de medicina encargados por el difunto pater
famillias. Grandes inconvenientes de tipo científico-religioso de la época lo
siguen, por lo cual regresa a Pisa y gracias a la oscilante lámpara de su
catedral descubre el isocronismo del péndulo dejándolos estúpidos a los curas
católicos que querían pegarla de científicos y empieza a estudiar Física. Por
tres largos años se hace íntimo con la Geometría de Euclides, la que le
proporciona un basamento lógico netamente copernicano; sin embargo, él ya había
estado de tú a vos con los principios de Arquímedes, pues se los conocía de
memoria, originándole a la competencia eclesial, insoportables dolores de
cabeza, pues sus postulados iban en contra del cucufa Aristóteles y, más tarde,
para verificar su particular centro de gravedad en los cuerpos sólidos, todos
los días a las 12m en punto (era muy puntual) se ponía a lanzar objetos desde
lo alto de la torre: desde pequeños guijarros, seguidos de piedras tamaño bola
de cañón, hasta un enorme pedrón de 20 toneladas (razón por la cual se terminó
de inclinar la torrre) como prueba final de su nueva teoría; no contando con
que a la misma hora desfilaban una veintena clérigos dispuestos a recibir la
comunión, pero su mala suerte hizo que algunos recibieran la extremaunción por
un simple error de cálculo, haciéndolos conocer el más allá de una manera breve
y muy sentida en toda la ciudad.
El terremoto teórico y material
vivido por sus habitantes (VII en la Scala de Mercalli) y su fatal consecuencia
fueron razones suficientes para que la “Academia del Lincei” le otorgara el
nombramiento de Filósofo y Matemático del Gran Duce en mérito a tres razones: 1ra.
Al cuidado y mejoramiento del medio ambiente local con proyección a ser
aplicado en toda la península; 2da. Incremento del turismo vivencial, tomando
todas las providencias del caso; y 3ra. Un reconocimiento y aplauso generalizado
por parte de la Iglesia Católica dotándolo de una santa a su entera y real
disposición la cual sería entregada en Roma.
Después de entregar un telescopio
de su creación al Senado de Venecia nunca se imaginó que en Roma lo harían ver
otras estrellas con la santa prometida: la santa Inquisición! Macabra máquina
de destrucción física e ideológica a servicio del Papado. Del 12 al 30 de abril
de 1613, gravemente enfermo, es continuamente interrogado y le proponen abjurar
de sus propósitos y teorías científicas. Galileo se rehúsa inicialmente, pero
después de dos larguísimos procesos intimidatorios a cargo de la Congregación
del Índice formada por cardenales que defendían la hermenéutica canónica
(Ptolemaica y geocentrista) lo obligan a contradecir públicamente sus
postulados…
Mas este insigne científico fiel
a sus principios lógicos, sabiendo que nuestro planeta se movía alrededor del
sol, camino a la prisión iba musitando entre dientes: EPPUR SI MUOVE ¡ Y una
sonrisa maliciosa dejaba entrever la firmeza de sus verdades sobre los dogmas y
sofismas propios de la época.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario