UNA RUBIA DESPEDIDA

Era un maldito lunes pero con mucho olor a miércoles de oficina. Deseaba quitarme la corbata porque la camisa me asfixiaba pero las disposiciones de arriba eran peor. Todo mi cuerpo seguía en una ardiente tembladera y aún continuaba exhalando alcohol metílico del más puro desde el viernes en la noche que alcanzó más de 48 horas. A pesar de los 20 duchazos recibidos, el puerco, digo, mi cuerpo seguía destilando ingentes cantidades de cerveza, vino, pisco y anisado. Ingresé a la Sección Ventas y nerviosamente saludé a los compañeros:

-Hola, vagos de porquería… ¿dónde han estado?... hace como 2 meses que no los checking!

-Cómo, si hace tres horas que estábamos quebradazos… y tú te fuiste con la rubia!

-Qué, dices! ¿Cuál rubia? Si hemos estado puro macho… a no ser que… tú hayas salido del closett!

-Has mamao como vikingo, causachum; ¿No te acuerdas del viernes?... t´as jodido!

Quise tomar mi silla giratoria y mi mano empezó a dar grandes saltos incontrolables. Me asusté un poco y traté de estirar el brazo, pero igual, parecía que estaba saltando soga. Por fin logré arrellanarme en el asiento tratando de agarrarme fuertemente de sus coderas y al intentar girar un poco hacia el último cajón de la derecha se me acabó el mundo y un huayco incontenible me lanzó como un torpedo hacia los servicios.

Regresé temblando y desplomé todo lo que me quedaba de cuerpo. Solo que seguía palpitando fuertemente en mi mente aquello de: viernes 13 de febrero… Ingresé mi password en la computadora y allí todavía estaba colgado el anuncio para reunirnos todos los ´machos solteros´ urgentemente a las 22:00 en punto en el pub Las Delicias del Edén con el propósito de darle su mejor ´despedida de soltero´ al Flaco Delgado –that´s me-.

A la hora en punto, allí estaban mis choches: El Lagarto Briceño, El Cuche Montesinos, La Cobra Almasifuentes, El Perro Talavera, La Gata Pareja, El Otorongo Quesquén, el Judío Fleishmann y, mi pata, El Aserrín Fernández. –Una cajota… para empezar! No, mejor media de  champán… que la ocasión lo amerita… que el flaco es nuestro choche de choches!

-No, está bien la caja de chelas porque tenemos que durar… he invitado a tres chicocas A1, como corresponde en una despedida de soltero! ¿Y quién va a pagar? El Flaco, pueeee… quién sino?

-¿A qué hora llegan las flacas?… porque estoy a dieta hace tres horas y ya no aguanto un minuto más… a ver… date vuelta, gatita!

-No jodas lagarto que tú eres puro burubú… a ver estira la mano… muéstrala pue, rosquete! Ya ven: tiene callos en la palma… y la izquierda está peor!

-Mira, flaquito, hablando en serio…

-Tú te comprometes a pagar la tacuen!

-No jodan. Un minuto de atención, señores… porque apenas el Judío escuchó la palabra tacuen y ya quiere dormirse…

-Voy a dormirme pero por tu discurso de todos los años!

-Bueno, bueno, eso no importa…que esta vez lo he preparado toda una semana: -Flaquito…

-Ya le va a declarar su amor otra vez!

-Flaco, ahora que vas a pasar al otro equipo…

-Pero si el Flaco es bien macho por ambos lados!

-¿Y cómo sabes… lo has probado?

-¿Bueno, se van a dejar de cojudeces o no? Como te decía Flaco –A fin de mes te casas y seguramente que te nos vas!

-Buaaaa, buaaa, buaaa; te apuesto dos cajones que el Flaco Delgado no cambia… porque su fulana es un angelito y la tiene que pisar!

-Claro pue, huevas! Si no ¿pa´que se nos casa? Oigan, oigan… miren a la puerta… aquí están los materiales y son de primera… Unos cuantos tragos y nos las llevamos a mi hato… que ya lo tengo preparado!

-¿Y tu marido?

-Le he dado permiso! Vamos, vamos que he traído mi combi. Solo es cuestión de acomodarse…las llevamos en nuestras rodillas y así vamos calentando la noche. Vamos!

Efectivamente, el depa estaba acondicionado para el momento: música tonera girando con la luz multicolor. Luego empezó el desfile: copas tras copas de vino, pisco y las flacas estaban altamente niqueladas pues le entraban a todo. Cada una hizo su presentación especial para la fecha derrochando full malicia y coquetería; solo una de ellas nos hizo un streep tease a forro. Empezaron las escapadas a los dormitorios y después de repetir tres veces ´la Hora Loca´, todo el depa se movía como pública bailarina de Reguetón, dentro de un ambiente recontra nublado. Tambaleando me dirigí a los sanitarios y tuve que apoyarme en la pared mientras dejaba trabajar a mis riñones; ya iba a salir del baño cuando la impresionante rubia ingresó intempestivamente, se paró frente al retrete y se puso a miccionar.