sábado, 5 de marzo de 2016

DOBLE PEDIDO


Estimado Dr. Chiro:
Le escribo, doblemente angustiada, dado el pedido efectuado por mis dos cachetes con los que  vengo jugándome un doblete de la gran flauta. Resulta, mi querido doctor, que yo soy una “chica” (aunque no tan chica porque ya tengo 23), muy, pero muy cool y muy nice, además de ser aplicadísima en todos los campos. Dispongo a mi antojo de un par de fieles proveedores comiendo de mi… mano,  donde y cuando quiero desde hace  dos años cuando ingresé a la Facultad de Medicina. Ellos son mis dispensadores super archi automáticos; pues me basta hacer un pequeño movimiento y todas mis necesidades y mis ´pequeños´ caprichos sin dudas ni murmuraciones, so pena de quedarse en ayunas por dos días,  dos semanas o dos meses si no son atendidos al toque.

Obviamente, por mi parte,  tengo que retribuir con la magia de mi arte insuperable;  de tal manera que queden enteramente como trapos después de  participar religiosamente (aunque esto sea un simple cliché) porque  nuestros encuentros son a muerte y endiabladamente malditos.
   
Todo está excelentemente organizado: mientras uno de ellos me paga mis pensiones en la U y sus derivados: dobles separatas de lujo, textos originales, y mi docena de los queridos Cross con punta de oro; el otro, se ocupaba de proveer mi departamento; mi ropero completito, desde la lencería “ “ incluyendo mi pequeño Swatch deportivo, solar y sumergible hasta los 100 m. Para no confundirme a uno lo llamo Calvin Klein (también porque tiene poco pelo) y al otro, Paco Rabán porque le gusta más ese lado mío. A uno lo atiendo los días pares y al Paco, los impares. Está prohibido que me llamen siquiera a mi cel en otro día que no sea el que le corresponde. Como le dije, todo iba de maravillas  hasta que no me explico porque casi a la vez, estos dos hijos de la guayaba me han hecho pedidos totalmente opuestos. Mientras que el primero me pide que mi escuelita esté limpia de polvo y paja –escuelita porque yo soy la que les imparto teoría y práctica-; el segundo la prefiere peludita y con raya al centro. Primera vez que me hallo metida hasta el poto en esta doble disyuntiva que me ha dejado boquiabierta por primera vez. ¿Qué me aconseja?

                                                                                       Su amiga: Renee, Doble Cachete

Estimada Cachetona: ojo que lo de cachetona no es por los mofletes de la cara; por el contario, me imagino que debes ser un señor lote A1. En realidad que te estás jugando el depa, los frejoles y el ropero (casi nada). Te podría recomendar que te afeites conforme lo está pidiendo uno de tus fieles proveedores y dejar esa zona tan tersa y suave como teta de monja debutante, pero, y el otro? Colocarte una pequeña peluca fijada con un cuarto de litro de terokal, pero tomando la precaución de no rociar demasiado en la zona de la ingle y sus alrededores, que después no vas a poder abrir las piernas por el resto de tu vida y, para miccionar vas a tener que hacerlo en dirección opuesta; tampoco vayas a utilizar tus encantos con el peluquín haciendo la 69 o la 96 porque después del cambio obligatorio tu media naranja puede acabar con unos mostachos a todo dar o bien con un insustituible candado Yale que se lo tendrían que quitar a punta de cincel y comba.

Como último recurso, puedes seguir jugando por partida doble; es decir, convencerlos que en verano podrías acceder al pelado total por cuestiones de salubridad y el exceso de calor en esa zona y en el otro semestre, por cuestiones de las bajas temperaturas te dejarías crecer una frondosa cabellera donde tenga que bucear por horas para encontrar el camino la gran Gruta de Venus.
Si a pesar de todo no hallas conformidad  por ambas partes, proponles otra alternativa: al pelado que se ponga obligatoriamente un bisoñé sumamente ondulado y esponjado porque así lograrían más placer que el de costumbre; mientras que al otro proveedor le pides que se rape hasta las pestañas ya que así conseguiría orgasmos múltiples tanto para él como para su pareja.

Finalmente, si no atracan, indicarles que, por decisión unánime (la tuya) dispones de dos muñecas francesas capaces de brindar las condiciones solicitadas por cada uno de los aportantes: una peladita como la palma de tu mano y la otra, totalmente cubierta de una frondosa pelambre. Total: un guante de cada tipo no te va a significar mayor gasto y ni van a notar la diferencia. Que te vaya OK. Y sigue disfrutando de la dicha por partida doble, que los tarados ahora se presentan por pares. Chauuuuuuuuuu.
                                                                                    

No hay comentarios.:

Publicar un comentario