Estimado Dr. Chiro T. Fast:
Hoy se cumple el IX aniversario de mi presencia en la Biblioteca
Municipal de Characato (única comparable con la de Camaná, que, según los
changos de por allá, solo es equiparable con la mismísima Enciclopedia
Británica); después de haber navegado meses de meses en la BDM (la Biblioteca
Digital, corcho) en esta inquietud rayana en la desesperación por hallar el
alucinante punto G, en un material que, manifiesta, se las sabe (por genética)
de la A a la Z.
Al respecto, los patas de la collera se habían pronunciado unánimemente
-con la más absoluta certeza- sobre el lugar exacto: a) ubicado en el cuello,
después de haber incitado frenéticos devaneos conducentes al clinch; sin
embargo, dos de los cien casos fueron los acertados, por lo tanto no había ninguna
seguridad de su correcta ubicación; b) el conducto auditivo, en sus dos
versiones: b1) mordida en el pabellón de la referida zona y… muerta la res.
Resultado: tres meses de cárcel por intento de desfiguración física; b2)
musitarle muy junto al ‘oído’ palabras dulces cargadas de emoción más una que
otra lisura. Consecuencia: 50 cachetadas por hocicón y bocasucia.
Los expertos mayores de la cuadra también hicieron llegar sus
“infalibes” ubicaciones determinadas por un Contador Geiger: 1. Los labios, a
través del beso. ¿cómo? Sí, el beso, pero tal como reza en el argot literario:
contrato en los altos para alquilar lo bajos; es decir, se empieza arriba y se
acaba… se acaba en los calabozos de la tercera comisaría de Polobaya por intento
de secuestro y asalto a palo armado.
Finalmente, se puso en evidencia otros métodos altamente comprobados y
sin margen de error en la entrega de la mercadería p.e.: un sonoro chupón en la depresión de la nuca; una sesión
completa de caricias en la espalda; una pasada de waipe por el mero mero;
toquetear con la punta de la lengua todititita la entrepierna; morder
suavemente la punta del dedo gordo, y, como último recurso pegar una mamada de
Padre y Señor mío a las chichis, etc, etc. Es decir, todas las posibilidades
imaginables por hallar la piedra de toque a fin de que se convierta en la piedra
del sacrificio más sublime de perfección. Inclusive, el día de ayer se ha
recurrido al GPS y nada¡ Más pareciera que es un invento femenino por hacer más
delicioso el preámbulo mamatorio conducente al muere completo. ¿En este caso,
tiene usted la respuesta correcta, mi estimado?
Fernando, El Buscador de Antiquilla
Estimado Fernando, no hay duda,
eres todo un zahorí erótico y aplaudo tu entereza, solo que el darte una
respuesta 100% infalible, sería como
aceptar aquella expresión tan familiar que dice: “todavía soy capaz de pegarme
cuatro al hilo y sin sacarla” y para colmo
reclamada por un nonagenario.
Desde la Biblia, El Decamerón, La
Enciclopedia de Educación Sexual de
Havelloc Ellis y los manuales de H. Zanabria y N. Paredes, además de la
Rampolla (mencionados anteriormente) sostienen apreciaciones muy disímiles.
Mientras que unos aceptan su existencia; otros, prefieren insinuar que es tan solo una posibilidad; pero,
personalmente, considero que el
lugar de mayor excitación conducente al orgasmo existe, pero, en cada caso, es
un lugar muy propio de cada material; ya sea categoría A. B o C. Todas, absolutamente
todas guardan muy celosamente su variedad de puntos excitantes, lo cuales van
de la A a la Z en una espiral de intensidad, según confianza, cariño, entrega;
autoestima, ocasión, modalidad, encontronazo, choque simple, choque y fuga, resbalón,
etc.
Sin embargo, aquello del punto G
más parece un punto XX (extremadamente extraño), porque cuando uno quiere
despejar la X para hallar la respuesta exacta, surgen otras variables que van
desde la P de primeriza hasta la P de prosti; pasando por las variantes A de aguantada;
B de buena; C de concentrada; R de reprimida; aunque, en otros casos, solo basta un solo toque digital y la presa
cae redondita y se desinhibe pegando un grito que lo puede humillar al mismísimo
Tarzán.
Ahora bien, como última noticia
tecnológica aparecida en el Daily Mirror de La Pampa, Camaná, acaba de aparecer
en la internet una noticia que puede cambiarte el empuje de tu búsqueda por
conseguir una auténtica felicidad sexual: el GPSS (Geographical Position Sexual
Sistem) inventado en la India precisamente con el propósito de ubicar el punto
G con una posibilidad del 99,9% de efectividad no tiene pierde, solo que
todavía tiene tres inconvenientes: 1. Su costo, solo lo puedes obtener a cambio
de 1000000 rupias pagaderas en el Banco de la Nación de la India, previo examen
proctoscópico antes y después de la compra para evitar el contrabando de
activos fijos: 2. El dispositivo lo tienes que portar introducido en tu parte
más sensible para poder detectar el cambio de frecuencia cuando halles el punto
G en tu pareja; 3. Su alto despliegue
ondulatorio causa un desbalance hormonal con consecuencias desconocidas para tu
familia y tu pareja, corriéndose el riesgo que pronto milites en el otro bando,
por lo demás creo que valdría la pena hagas ese viaje. Los gurús hacen
verdaderos milagros y pronto te podremos ver totalmente feliz. Suerte.
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